Capítulo 16.

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Mike.


Me retiré de aquella casa rápidamente apenas conseguí la oportunidad, sinceramente era mucho peor por dentro de lo que pensaba. Apenas me adentré allí, el fuerte olor a marihuana indavió mis fosas nasales, y muchas de las cosas que utilizaban para drogarse estaban esparcidas por toda la sala de estar, sin mencionar todas las botellas de alcohol que se encontraban por todas partes. Literalmente, ese lugar daba asco. Ese tipo daba algo de miedo, y la peor parte fue la amenaza, si no volvía con  más dinero suficiente la otra semana, estaría en serios problemas. Guardé el paquete en mi mochila, y sólo rogaba llegar a mi casa rápido sin que nadie sospechara nada.  Traté de convencerme de que todo iba a salir bien, que realmente Justin tenía razón sobre todo esto. Aunque una parte de mí sabía que algo no saldría bien. 

(...)

Suspiré observándome en el espejo de mi habitación, luego de haber colgado con Oliver para darme un poco más de indicaciones sobre todo lo que tenrdría que pasar hoy. 

Era sábado, y finalmente había llegado el día. Los nervios indavían todo mi cuerpo y intentaba darme un poco más de confianza, porque yo siempre tenía confianza en mi mismo. Si yo no la tenía, ¿quién lo haría? Exacto, nadie. 

Todo estaba fríamente calculado, Vic no se encontraba aquí, Briana creía que yo estaba en casa de mis padres porque "los extrañaba", y en menos de una hora partiría a esa casa en la cual estaban dando una gran fiesta, que pertenecía a uno de los chicos más ricos de la ciudad, debido a que sus padres eran grandes empresarios. 

Recordé las palabras de Oliver, "no dejes que sepan tu identidad, cúbrete, e inventa un nombre falso si alguien llega a preguntar quien eres. Memorízalo Mike; esto no es un juego."  Las últimas palabras lograron darme algo de escalofrío, no era la primera vez que él lo mencionaba. Pero vale, estoy perdiendo valioso tiempo por esos pensamientos estúpidos.

Tomé la gran chaqueta negra para cubrirme con ella, no debía dejar que ningún tatuaje quedara al descubierto. Coloqué la gorra en mi cabeza, y guardé las drogas en el bolsillo de mi pantalon. Me miré por última vez al espejo, intentando quitar todo rastro de inseguridad que se propagaba por mi rostro, para así poder cubrirme con la "máscara", como a mi me gustaba llamarle, cuando solo fingía ser alguien confiado, seguro y sin problemas. Algo que todos creían que era.  

Escuché una bocina sonar y rápidamente tomé las cosas necesarias para esta noche, y salí observando el auto de Justin estacionado frente a mi casa. 

—Hey —saludé, mientras cerraba la puerta del auto. Noté a dos chicos a los cuales no conocía, sentados en el asiento trasero.

—Mike —respondió el rubio en forma de saludo—, ellos son Jack y Alex. (N/A: No se ilusionen, no son de ATL, son de SWS, equis dé) —asentí, sinceramente no me interesaban en lo más mínimo— Así que, ¿están listos? 

Los dos chicos soltaron un "sí" al unisono, algo desconfiados. O eso parecía. Me sentí un poco mejor al saber que no soy el único que está en esta situación.

Al cabo de quince minutos, ya estábamos parados frente a una gran, gran casa que prácticamente gritaba "tenemos demasiado dinero, envidianos" , la música retumbaba por todo el espacio que estaba completamente lleno de adolescentes bailando sudorosos pegados unos a otros. Rápidamente nos dispersamos entre la multitud para intentar no llamar la atención de todos ellos. Casi por instinto divisé a un grupo de chicos de no más de 17/18 años, y me acerqué a ellos para comenzar mi "trabajo".

I'll soon forget the color of your eyes » kellic quentesWhere stories live. Discover now