CAPÍTULO VIII: 𝗬𝗨𝗝𝗜𝗡

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Obs. narración en primera persona.

En el trayecto de regreso a casa, estamos sentadas Eunbi, Wonyo y yo —aunque sería más correcto decir que mi conejita está sentada en mi regazo, y no en los asientos traseros del Kia Morning 2017 de Hye—, mientras mi amiga conducía. Y a medida que más nos acercamos a mi casa, ahora nuestra casa tras la adopción de Wonyoung, la idea de que ya no vivo sola se hace progresivamente tangible, como si pudiera estirar la mano y tocarla. Es casi como tocar las afelpadas orejas de Wonyoung, una idea adorable y suave, magníficamente tierna. Pero también un desafío, porque nunca en la vida había cuidado a una híbrida, y me siento como si partiera en un barco hacia lo desconocido. Lo que es cierto, porque no tengo idea de nada.

Pero acepto con los brazos abiertos lo que venga, estoy abierta a aprender con Wonyoung.

—Tu casa está una calle más abajo, ¿verdad?—la voz de Hyewon, con el tono confuso que adopta cuando conduce por mi vecindario, me saca de mis pensamientos. Creo que estuve al menos diez minutos mirando por la ventana, con expresión de perdida, mientras mi bebé y Eunbi charlaban animadamente de quién sabe qué. Cosas de híbridos, supongo.— Siempre me pierdo por la zona en donde vives, todos los edificios son iguales.

—Sí, es una calle más abajo, junto a ese local de comida tailandesa —respondo mientras miraba brevemente por la ventana, para luego centrar mi atención en Wonyoung. Nunca la había tenido tan cerca, aunque tiene sentido, porque solo la conozco desde hace como cuatro horas. Aún así, disfruto enormemente esta cercanía. Se siente tan cómodo y tan cálido. Como si ella fuera mi hogar.

Wonyoung es mi hogar.

—¡Yujinnie! —ella advierte que la estoy mirando y voltea a verme también. De esta manera, nuestros ojos se encuentran y siento que podría observarla así por el resto de mi vida. —¿qué haces?

—Estaba mirándote, eres tan bonita —en la mejilla derecha, Wonyoung tiene un pequeño lunar, que me parece un blanco perfecto para besos. Con delicadeza hago un gesto para llamar su atención y que así voltee, terminando por besar la zona del lunar. Ni siquiera lo pienso mucho, solo me apetecía hacerlo. Y por lo visto, el beso tiene buena recepción por parte de Wonyo. Sus adorables mejillas se sonrojan y sonríe tímidamente, haciendo que asomen sus dientes de conejito.

—¿Lo soy?

—Totalmente —mi atención está en sus mejillas, de un tenue tono rojizo, y no puedo resistirme a acariciarlas. La yema del pulgar recorre su piel, que resulta suave al tacto, además de una dulce fragancia. No sé a qué huele, quizás cereza. Pero me gusta, me gusta mucho. —eres la conejita más hermosa que haya visto. Mi conejita hermosa.

—Mi Yujinnie hermosa —responde Wonyoung, roja a más no poder, aunque no parece incómoda por ello. Es algo justo, cuando ella se pone melosa logra que yo también me sonroje. Y yo detesto sonrojarme. Pero cuando es Wonnie, incluso llega a agradarme.

No sé cuánto tiempo pasa, pero eventualmente el Kia va reduciendo la velocidad. Alzo la cabeza y veo a Hyewon, estacionando cuidadosamente como siempre hace, hasta que logra estacionar el auto por completo.

—Ya llegamos, tortolitas —Hye sonríe, ligeramente burlona, y me doy cuenta que desde la llegada de Eunbi, tiene un muy buen humor. Eso es bueno, me gusta ver a mi amiga feliz. Y lo mejor es que es algo mutuo, porque su híbrida sonríe de la misma manera y el brillo de sus ojos la delata.

Wonyoung protesta ante los dichos de Hyewon, puchereando adorablemente como sólo ella sabe hacerlo, mientras le quito el seguro a la puerta del auto, para luego abrirla. Como ella está sentada en mi regazo, es la primera en bajar. Luego bajo yo y cierro cuidadosamente, porque si le hago un daño a su preciado auto (aunque sea un ligero rasponcito), el buen humor de Kang Hyewon se evaporara y querrá matarme. Nadie se mete con su Kia Morning, nadie.

🍼 夢  cómo cuidar a una híbrida, sin morir en el intento ⋆ iz*one fanfic ! !Where stories live. Discover now