𝒱𝑒𝒾𝓃𝓉𝒾𝒸𝒾𝓃𝒸𝑜

784 88 15
                                    

ℑ 𝔥𝔞𝔱𝔢 𝔥𝔦𝔪

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ℑ 𝔥𝔞𝔱𝔢 𝔥𝔦𝔪

Omnisciente

El sol había vuelto a brillar débilmente sobre Hogwarts. Dentro del castillo, la gente parecía más optimista. No había vuelto a haber ataques después del cometido contra Justin y Nick Casi Decapitado, y a la señora Pomfrey le encantó anunciar que las mandrágoras se estaban volviendo taciturnas y reservadas, lo que quería decir que rápidamente dejarían atrás la infancia. Una tarde, Harry y Dakota oyeron que la señora Pomfrey decía a Filch amablemente:

—Cuando se les haya ido el acné, estarán listas para volver a ser trasplantadas. Y entonces, las cortaremos y las coceremos inmediatamente. Dentro de poco tendrá a la Señora Norris con usted otra vez.

Dakota pensaba que tal vez el heredero de Slytherin se había acobardado. Cada vez debía de resultar más arriesgado abrir la Cámara de los Secretos, con el colegio tan alerta y todo el mundo tan receloso. Tal vez el monstruo, fuera lo que fuera, se disponía a hibernar durante otros cincuenta años.

Ernie Macmillan, de Hufflepuff, no era tan optimista. Seguía convencido de que Harry era el culpable y que se había delatado en el club de duelo. Peeves no era precisamente una ayuda, pues iba por los abarrotados corredores saltando y cantando: "¡Oh, Potter, eres un zote, estás podrido...!", pero ahora además interpretando un baile al ritmo de la canción.

Gilderoy Lockhart estaba convencido de que era él quien había puesto freno a los ataques. Harry y Dakota lo oyeron exponerlo así ante la profesora McGonagall mientras los de Gryffindor marchaban en hilera hacia la clase de Transformaciones.

—No creo que volvamos a tener problemas, Minerva —dijo, guiñando un ojo y dándose golpecitos en la nariz con el dedo, con aire de experto—. Creo que esta vez la cámara ha quedado bien cerrada. Los culpables se han dado cuenta de que en cualquier momento yo podía atraparlos y han sido lo bastante sensatos para detenerse ahora, antes de que cayera sobre ellos...Lo que ahora necesita el colegio es una inyección de moral, ¡para barrer los recuerdos del trimestre anterior! No te digo nada más, pero creo que sé qué es exactamente lo que...

De nuevo se tocó la nariz en prueba de su buen olfato y se alejó con paso decidido.

La idea que tenía Lockhart de una inyección de moral se hizo patente durante el desayuno del día 14 de febrero. Cuando Dakota, con su típica cola de caballo y un listón rosa por el día de San Valentín, entró al Gran Comedor. Apenas lo hizo, paró en seco, y pensó que se había equivocado de puerta.

Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de un rosa chillón. Y, aún peor, del techo de color azul pálido caían confetis en forma de corazones.

Harry había llegado más tarde debido al entrenamiento de Quidditch, apenas llegó se quedó viendo todo por unos segundos y después se fue a la mesa de Gryffindor, en la que estaban Ron y Dakota, con aires asqueados, y Hermione, que se reía tontamente.

𝒯𝒽𝑒 𝒷𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔 𝑜𝒻 𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶Where stories live. Discover now