Destinados °. • Ares H.

Capítulo 3

Capítulo tres.

El sonido de un carro me indica que ya están aquí. Salgo descalza con los tacones en mano y mi bolsa de maquillaje apresurada de la casa, corriendo con cuidado de no pisar algo, entro al carro que tengo enfrente.

No es Lena la que vino por mi, esta vez fue Marla quien se ofreció a llevarnos a Jane, Lena y a mi a la fiesta, quedamos de ir a su dormitorio en el campus  y arreglarnos ahí.
Al entrar saludo a todas, yo era la única que faltaba.

No tengo muchos ánimos de estar aquí, no quería ir a la fiesta pero Lena no parecía dejarme faltar por ninguna razón, una parte de mi molestia se debe a que acabo de pelearme con Milo, otra vez.

Tal vez el venir a la fiesta me sirva de forma de escape, justo ahora lo necesito.

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Estamos en el dormitorio de Marla, arreglándonos. 

Yo llevo puesto un vestido corto negro que se pega a mis curvas, me queda muy bien, tiene un corte cuadrado y mangas largas negras que se transparentan un poco, no recordaba que tenia este vestido hasta que hice limpieza en mi armario y ahora que lo pienso fue una de las mejores compras que he hecho.

Me pongo algunos collares, arreglo un poco mi cabello y ya estoy lista, me fijo a mi alrededor y veo a Lena arreglando su maquillaje, esta de frente así que  me detengo a mirar su vestido, es rojo y contrasta con su cabello rubio, no es por nada pero mi mejor amiga es de las chicas más bonitas que conozco.

Pasaron unos minutos y ya todas estábamos listas. Se nos hizo un poco tarde, es por eso que nos subimos rápido al carro.

Platicamos en el camino hasta que un sonido de llamada nos distrajo, era Emilio llamándole a Lena para preguntarle si ya casi llegaba.

—Que lindo, se preocupa por ti. —comenta Marla. Ella y Jane van adelante mientras Lena y yo estamos atrás.

Lena sonríe —Si, es muy lindo.

Me doy cuenta que todas tienen novio o algo con alguien, aunque no se si lo de Jane acabo en pareja, no me ha contado.

—Me siento la tía soltera.

—Sabes que eso puede cambiar —dice Jane, poniendo otra música.

—Sip, pero prefiero quedarme así, soy feliz y soltera, enamorada de la vida —digo, imitando un video que vi hace poco.

Todas ríen y así seguimos hasta que llegamos a casa de Emilio.

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Se escucha la música y ya hay personas borrachas tiradas afuera apenas siendo las 10 de la noche, es temprano.

Entramos y siento el calor, Emilio ve a Lena, la saluda  y después nos guía fuera de la sala y de todas las personas a algún lugar un poco más cerrado pero cerca de donde están todos bailando.

Llegamos a una mesa donde están algunos amigos de Emilio y botellas, muchas botellas.

Emilio nos presenta a sus amigos. —El es Adrián, —apunta a un pelirrojo, el nos saluda con la mano, parece amigable. —El que está tomando vodka desde la botella es Logan,—El ríe. —Hay más botellas, no se preocupen.—Nos asegura. —Y el de acá es Ares. —Emilio dice señalando a alguien en la esquina, el nos mira y da una sonrisa de boca cerrada muy forzada, este tipo preferiría estar en cualquier lugar menos aquí, pobre.

Nos sentamos, tristemente yo a alado de Ares y de Jane y digo tristemente porque llevo casi una hora sentada aquí y Ares no ha hablado casi nada, lo poco fue para pedir una botella, es un tanto incómodo.