Destinados °. • Ares H.

Capítulo 16

Capítulo dieciséis.

Ares Hidalgo.

Es hoy.

¡Jodida madre, es hoy!

Esperé tanto para que llegara este día. El día que iré a visitar a mi familia, pero más importante a mi brujita,

a Raquel.

Me despierto a las 7:00am, sabiendo que mi vuelo sale a las 12 en punto, me preparo para salir a correr, como lo hago diariamente.

Regreso y preparo mi desayuno, que consiste en huevo con jamón y leche. No es que no sepa cocinar, al contrario, es una de mis tantas cualidades, que aunque siendo honesto, no era muy bueno al principio, con tiempo y practica he mejorado.

Y Si no me creen pregúntenle a mi novia, ella ha sido testigo de mis primeros platillos y podría decir que no ha hecho ningún comentario tan negativo.

Como decía, se cocinar, solo que no quiero hacerme un buffet y menos ahora que mi tiempo es limitado. Después de desayunar, decido ducharme y arreglarme para ir al aeropuerto.

Voy a mi closet y tomo lo más cómodo qué hay, una camiseta blanca y pants grises. Guardo mis esenciales en una mochila que llevaré.

Mi maleta ya estaba lista desde ayer así que solamente la tomo y salgo del cuarto, no sin antes darle una última revisada para ver si no se me olvidaba nada.

Checo la hora en mi celular y son las 10:05, mi plan es estar en el aeropuerto 2 horas antes de que salga mi avión. Así que si quiero llegar a tiempo, tengo que salir ya.

- - -

Después de pagarle al Uber que me trajo al aeropuerto y buscar asiento en la sala de espera, empecé a tener hambre así que fui en busca de alguna merienda en lo que llegaba el avión.

Debido a que no había mucho de donde escoger, pedí en lo más popular, un Starbucks.

Ordene el café de siempre y una rebanada de pastel que no termine de comer. Volví a mi asiento y esperé una hora para que nombraran mi vuelo. Cuando lo hicieron, tomé mi equipaje, le di mi boleto a la señorita y caminé hacia el avión.

Usualmente vuelo en clase alta y hoy no era la excepción, me senté en mi lugar, me acomodé y después de largas instrucciones por parte de las personas del avión, me dormí un poco esperando a que pasaran las 7 horas para poder llegar a casa.

7 casi 8 horas después...

Desde la ventana de mi asiento puedo ver cómo aterrizamos, seguido de la voz del capitán indicándonos que hemos llegado, me levanto, tomo mi mochila y la pongo en mi hombro, salgo del avión agradeciendo a las azafatas y me encamino hacia el lugar donde están las maletas.

Cuando tengo la mía, voy para donde esta la salida, y busco con mis ojos alguna camioneta negra que se me haga conocida.

Artemis me mando mensaje hace unas horas avisándome que pasaría su chofer a recogerme, el señor Sánchez, un tipo alto, de algunos 50 años, demasiado amable y algo serio.

Pasan unos segundos y lo veo, él parece reconocerme y camina hacia mi.

—Buenas tardes Señor Ares, ¿Cómo le fue en el viaje?

—Muy bien, estoy un poco cansado ¿Y usted cómo está señor Sánchez?

—Yo me encuentro bien, gracias. Déjeme lo ayudo con sus maletas. —Abre la cajuela y mete mis cosas, yo me subo en la parte de atrás de la camioneta y espero a que el Señor Sánchez suba para poder irnos, no espero la hora para ver a todos.