Los efectos eran abismales e incontrolables. Luchaba por no realizar lo que sentía, pero al parecer, perdía cada intento por no dañar. Es que el ver sonreír a alguien me carcomía por dentro porque yo no era feliz. La ira me invadía, el rencor, el or...
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"El comienzo es el mapa del caminante, la brújula de muchos navegantes, pero el llegar a la meta final es de decididos y valientes, que estén dispuestos a enfrentar los peligros más eminentes". —Azucena Martínez.
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—¡Verónica, despierta! ¡Cariño, llegarás tarde a la iglesia y recuerda, amor. Te toca la apertura bíblica hoy!
Me levanté con tanta prisa que terminé estrellando en la puerta del baño porque iba casi dormida, solo reaccionando a lo que siempre amaba ser: ¡Serle fiel a Dios y servirle con todo mí ser! Sonido que mis padres escucharon.
—¿Todo está bien, hija allá arriba? — preguntó mi papá al escuchar el fuerte golpe desde donde estaban.
—¡Sí, papá...todo está bien! Espero que esto no se me haga una bolita de boliche en mi frente, Señor Jesús. (Auch, Auch, Auch) —Iba hacia el baño susurrando para seguir con mi agenda.
—Eso no fué lo que oímos desde acá, cariño pero confiamos en tu palabra —respondió el hombre al que respetaba, admiraba y reconocía como padre; ya que para ella él lo era. Después de unos cuantos minutos bajó donde sus padres la esperaba con su desayuno de siempre.
—¡Buenos días papá! ¡Buenos días mamita bella! ¡Dios me los bendiga siempre! —les dije abrazándoles inmediatamente, porque después de papá Dios, ellos eran mis héroes.
—Buenos días, princesa! ¿Qué fue eso que oímos desde acá? —preguntarón los dos a su hija, osea yo, con un rostro casi sonriéndome.
—¡Uju! ¡Vamos terminen de reír, les doy el permiso! Además, jamás me enojaría con ustedes. Iba tan aprisa y casi dormida, que la puerta del baño terminó de hacer lo que le tocaba a mi despertador. Eso fue lo que escucharon. Solo estaba saludando a mi puerta de una forma extraña, nada más —dije mientras mis padres se rían por el incidente.
—Entendemos, hija. Mientras carraspeaba su garganta.
—¡Oye! Llamó tu primo y nos pidió si le recibimos a pasar una temporada con nosotros, y pues, queremos saber si estás de acuerdo que se quede todo ese tiempo con nosotros. —me contaron mis héroes antes de desayunar.
—¡Claro!... ¡Si ustedes lo están yo también! Yo encantada de darle el mejor tour por la ciudad y sobre todo por la iglesia —Expresó con alegría la joven intercesora y enamorada de Cristo, repito: O sea, yo, (jejejeje).
—¡Perfecto! Ahora a desayunar y saborear los sabrosos platillos de mamá. A ver cuándo desayunamos pizza con pepperoni y queso —dije susurrando en voz baja a Verónica.
—Te estoy escuchando, amorcito. ¡Con que quieren salir de la rutina diaria, eh! Un día de esto y les doy una sorpresa —nos respondió muy seria y a la misma vez alegre. Asunto que dejó pensativo a Héctor Salinas.
Llegamos a la iglesia y estaba como de costumbre llena porque seamos sinceros. Los domingos son los días que la gente viene más, ya sea por el trabajo, los niños, contratiempos y etcétera. No era la primera vez que daba una apertura bíblica, pero sentía como que lo fuera.
El pastor pasó a dar la bienvenida y luego me llamó para dar la lectura bíblica. En ese instante los nervios otra vez presente. Dentro de mí resistían y tomé el micrófono muy fuerte, le dí la mano al pastor, luego me dirigí a la congregación.
—¡Buenas noches, hermanos en el señor, sean bienvenidos todos a la casa del Señor, y como siempre hacemos para iniciar es con la palabra de Dios! Por lo tanto, les invito a que abramos la biblia en el libro de los Salmos 42:11. La palabra del Señor la vamos a leer en el nombre de Jehová, Dios de los ejércitos, en el nombre que es sobre de todo nombre: Cristo Jesús y en el nombre del Espíritu Santo de Dios.
—¡Amén! —respondió tan fuerte la congregación ese día.
Luego dimos una poderosa oración. ¡Fue maravilloso! Aunque, sabía que había cometido un error, pues confundí el día con la noche. ¡imagínense, qué nervios tan serios, no! Debo decir que fue una mañana extraordinaria. ¡Dios nos administro de una manera tan especial!
"Narrador"
Así comenzó su inicio de actividades ese año con sonrisas, incidentes menores, burlas por parte de sus padres y saludos extraños a Verónica, sin imaginar que alguien desde las profundidades de la tierra planeaba quitarle esa sonrisa de serenidad y confianza que transmitía a todo el que la veía.
