prólogo

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Se podía escuchar que el hijo mayor tosia con mucho dolor... Mayormente escupia mucha sangre por cada tos... También de milagro no tosia y podía dormir bien.

Cuánto llevaba así? Una? Dos semanas?

Sea lo que sea aquella nueva enfermedad, estaba matando a aquel Albino.

Su respiración era entrecortada, lágrimas nuevamente se acumulaban en sus ojos... Realmente le dolía aquella sensación.

Era como si algo lo desgarrara por dentro, quemandolo, comiendolo vivo, empezando por sus pulmones, el cual en poco tiempo terminaría en su corazón.

Los mayores estaban asustados, no sabían que hacer, habían ido a todos los hospitales de todos los lugares, pero ahora no podían movilizarse.

No con aquel niño agonizando, no con una mujer embarazada.

El hombre estaba frustrado, había hablado con todos, y nadie podía siquiera decirle que tenía su hijo.

Sea lo que sea... Parecía incurable con el paso de las horas infinitas.

La mujer fue a por un poco de agua del lago, para poder mojar el paño el cual se colocaba en la frente de su hijo mayor, para tratar de bajar su temperatura.

Pero no se movió... Comenzó a llorar mientras suavemente acariciaba su estomago de un gran tamaño...

Sintiendo los leves movimientos del hijo que venía...

- Snif... Lo siento pequeño... Ya no se que hacer... No puedo más... No quiero perderlo... No quiero perder a ninguno...- lloraba desconsoladamente.

Las nubes fueron alejándose, y en su lugar, dejaron ver una Luna llena, la cual de un momento a otro pareció ocultarse, formando media Luna, como si fuera una sonrisa.

La mujer  no estaba al tanto de la situación, hasta que se alertó al literalmente no escuchar nada...

Ningún sonido, ni el aire, ni el agua... Era como si todos los sonidos del mundo se hubieran ido.

- Si tuvieras un deseo, cuál sería? -escuchó de repente.

Obligándola a elevar su mirada, frente al lago.

Petrificandose y sorprendiendose al ver un peli negro, quien levitaba arriba del agua, con ropas finas de color negro y verde Esmeralda.

Con leves diseños dorados...

- q-quien eres?? -exigió la joven de forma inmediata y asustada.

Tratando de levantarse del piso, pero le dolía las leves patadas que le daba su bebé en su vientre.

Solo lo acarició tratando de relajarlo y relajarse a si misma.

- No lo volveré a repetir, Si tuviera algún deseo, cuál sería? -volvió a preguntar el contrario.

Quien la mirada seriamente, sus ojos eran negros y su pupila a la vista tenía un color Esmeralda.

La joven estaba asustada, pero meditó un momento las palabras del desconocido.

- por mis hijos yo.... Pediría cualquier cosa por ellos... Yo como madre haría cualquier cosa para mantener a salvo a mi hijo... -afirmó determinada mientras lograba levantarse.

- Y no importa si tiene que sacrificar a uno de sus hijos para salvar al otro? -cuestionó el peli negro.

Lo cual petrificó a la joven albina de pupilas Rojas....

- yo.... No podría... No sería capaz de... Sacrificar uno... -Afirmó acariciando su estómago.

- Entonces tampoco te importa que mueran ambos, no?

- s-si me importa! Son mis hijos! -elevó la voz asustada y preocupada.

- entonces hagamos un trato. Me darás al hijo que engendres, a cambio de curar a tu hijo mayor de la enfermedad que tenga, y que por el resto de su vida, no tenga ningún problema médico. -Sonrió el peli negro de forma maliciosa.

Pero se notaba que no mentía, sus palabras eran tan cortantes como sinceras.

La mujer estaba petrificada... No podía decidir... Sacrificar  a su bebé tan esperado, o dejar morir a su hijo mayor??

Elevó la mirada hacia el peli negro, viendo que éste ya no estaba.

Quiso negar, quiso pensar que encontrarian la forma de salvar a su hijo mayor... Pero...

Las horas pasaron... Las cuales fueron más horribles para el más bajo...

- m-mamá... Snif... Cof cof.... Duele.... Duele mucho... -lagrimeaba el menor a su madre.

Quien se sentía realmente mal al no poder hacer nada... Meditando una y otra vez las palabras de aquel misterioso joven peli negro.

Así que se Alejó levemente de la carpa para ir donde su esposo, quien estaba frustrado.

No podía hacer nada y aquello le enfadada bastante.

Pero no se rindió, a pesar de lo imposible que todo se veía, trató de incluso crear una fórmula medicinal.

- Querido... Hay algo que quiero contarte... -Llamó la joven albina al más alto.

Quien preocupado por el bebé, inmediatamente se acercó a la mujer.

Soprendiendose al escuchar lo que la contraria sabía...

- no! No le daremos a NUESTRO hijo. Yo encontraré una forma! Lo prometo! -Afirmó el mayor exaltado.

Pasaron los días de forma lenta y tortuosa, tanto para los adultos, como para el menor.

La joven no aguantaba más aquello, así que nuevamente fue al lago, y trató de llamar nuevamente a aquel extraño peli negro.

Quien había aparecido sentado al frente suyo en par de minutos.

- Te lo ruego, cura a mi hijo, por favor... -Rogó la joven determinada y preocupada.

- Si ese es tu deseo, te lo cumpliré, pero las cosas no son gratis. Me darás a tu bebé apenas nazca. -Ordenó seriamente el contrario mientras se levantaba. - Te demoraste dos meses en aceptar. Y por haber jugado con mi tiempo, entonces no sólo me llevaré a tu hijo, ME ENCARGARÉ A QUE MUERAS DESPUÉS.

la joven estaba asustada, y el de ropas finas simplemente se había ido al igual que llegó, de forma inexplicable.

Llegó a la casa con lágrimas de preocupación por su hijo, acordándose de lo que había leído en tantos libros.

Y entre ellos, reconoció las mismas caracteristicas de aquel extraño joven.

"Era el mismísimo joven de la Luna, con un gran poder para su bien, su paciencia es poca a veces, y no es buena idea provocarlo, si te lo encuentras, HUYE"

Pero ya era tarde.... Al llegar a casa, sonrió ampliamente mientras lloraba, su hijo estaba bien... Se recuperaba con facilidad, y su esposo al llegar se dió cuenta altiro de lo que había hecho su pareja...

Así que crearon un plan en el día, y así evitar las sospechas de la noche.

Lamentablemente... En el momento del parto... La joven murió, y el bebé fue inmediatamente escondido en el día, para evitar su muerte en la noche.

PERO EL PLAN NO DURÓ MUCHO.

Joven de la LunaWhere stories live. Discover now