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Sus ojos permanecían viendo el rostro calmado del peliblanco, acarició su mejilla de la forma más delicada que casi lo tocaba. Dejó escapar un suspiro bajito cuando la pequeña voz de su cabeza le decía que debía irse porque Mingi lo necesitaba pero era imposible prestarle atención correctamente con solo ver la carita de Hongjoong... No quería dejar de abrazarlo, no quería alejarlo de su lado ¿Por que? No era idiota, sabía que le gustaba el chico, pero también sabía en su extraña "relación" solo han tenido sexo más de tres veces y eso no es suficiente para amar a alguien... Le gusta pero ¿Solo por el sexo? Con solo pensar en eso la dan escalofríos ¿Por que? Se supone que es el gran Black... Aquel hombre que solo necesita una noche con cualquier mujer o hombre para satisfacerse, pero Hongjoong... Seonghwa tenía bien claro que Kim Hongjoong era diferente
- ¿En que piensas?
Se concentró en la mirada contraria y después de sonreír un poco le acarició una vez más la mejilla -Pienso en que diré para defender a Mingi
- ¿Que pasó con el?
- Luego... Luego te cuento ¿Si?
Cerró sus ojos y se acomodó en el pecho y brazo contrario -Como quieras
- Tengo que irme
- Está bien
Guardó silencio, mordió su labios y luego le preguntó -¿Me vas a esperar?
Abrió sus ojos otra vez -Aquí estaré
-¿Me lo prometes?
Se miraron en silencio, alejó su cabeza del pecho de Seonghwa y con una pequeña sonrisa le respondió -Aquí estaré -sintió como el mayor alejaba el brazo de su cintura
- Ya tengo que irme
Ninguno dijo algo más después de eso. Hongjoong veía como el mayor se cambiaba, el típico traje negro pero la diferencia es que el pantalón era rojo vino. Vió como se ajustaba la corbata y luego se arreglaba el cabello
Sentía la mirada del más bajo pero decidió no devolversela. Sentía un mal sabor en la boca cuando no escuchó las palabras que el esperaba del contrario. ¿Tan difícil era decir lo prometo? Negó levemente al mismo tiempo que se acomodaba la chaqueta. Decidió darle una última mirada al chico pero en ese momento Hongjoong se había girado dándole la espalda
Se acercó a la mesita de noche, tomó su reloj plateado y se lo colocó. Debería irse... Pero aún miraba al bajito. Se inclinó apoyando sus manos en la cama y con cuidado besó la cabellera blanca. Como si de hierro caliente se tratara se alejó lo más rápido que pudo y salió de la habitación. Sentía como su corazón latía con fuerza y eso lo confundió más de lo que ya estaba... Por lo menos, no era el único con el corazón acelerado
☁🌟☁
El teléfono sonaba y el solo lo escuchaba; sabía quien lo llamaba pero no le importaba. Tomó la botella de whisky y dejó caer el líquido en su vaso; bebió tranquilo mientras veía el nombre de su jefe en el teléfono. Sonrió aún con el vaso pegado a sus labios y siguió bebiendo
