Capítulo 5

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Kageyama volvió a obtener el control de su cuerpo cuando su alfa aseguró al omega, despertando de la ensoñación en la que se encontraba.

-Tus ojos cambiaron ¿Eres Tobio o aun eres su lobo?- el suave roce de sus manos le hizo suspirar, ese era su lugar, y tendría que darle mérito a su lobo por conseguírselo.

-Soy Tobio- No apartó el rostro del cuello de Shoyo en ningún momento, tampoco disminuyó su agarre sobre él.

-Bien- Hinata se relajó, lo supo de inmediato cuando su respiración disminuyó.

-Eres un hombre ¿Cómo no me dijiste de esto?- Kageyama se dignó a mirarlo, siendo consciente del tentador brillo en los ojos del contrario, uno que lo llevaba a cometer el pecado. Era demasiada tentación para él.

-Pensaba que te diste cuenta anoche cuando, ya sabes.- Sus mejillas se tiñeron de rojo mientras desviaba la mirada de la suya.

-No recuerdo nada.-

-Yo tampoco.- afirmó.

-Igualmente, ahora eres mío.- Kageyama lo tenía claro, sus instintos se lo marcaban, no podía dejarlo ir ahora que sabía de su existencia, por mucho que le pesara su abuelo había tenido una buena idea por una vez en su vida al obligarlo a reunirse con su omega.

-¿No te desagrado? Soy un hombre.- Hinata tenía que probar, mucha gente lo molestaba diariamente por ello.

-¿Porque me desagradarías? Eres un lindo omega-

-Que pesados estáis todos con decir que soy lindo.-

-Lo eres, y ahora este lindo omega es mío.- a este ritmo, Hinata acabaría aplastado entre sus brazos, ya no podía ejercer más fuerza o le haría daño.

-¿Sabes que solo nos conocemos desde hace un día y ya estás en mi nido?- El pelinaranja le reclamó con un puchero en el rostro mientras le desafiaba con la mirada.

-Bueno, y también llevas mi marca.- el suave roce en la herida le hizo estremecer, soltó más feromonas sin poder evitarlo.

- No es algo que pudiese controlar, estaba borracho.- Nunca más volvería a tomar, no sabía lo que podría llegar a hacer si volvía a suceder. Prefería ahorrarse el mal trago.

-Bueno, no importa, de todas maneras hubiese venido aquí hoy-

-¿Por qué? Dijiste que te rechazarías a mi hermana.- Se acordaba perfectamente de que se lo prometió, era de lo que mejor recordaba.

-Hubiera venido a por ti, no te me escaparías.- Eso no era del todo cierto, aunque cabía decir que la buena impresión sobre el se la llevo igual.

-¿Y por qué yo y no otra persona?-

-Eso es secreto- Aunque podía empezar por explicar la profundidad de sus ojos y la facilidad que tenía con perderse en ellos. También tendría que hablarle algún día sobre la fuerte conexión que sentía con él, el fuerte tirón que no le dejaba dormir tranquilo si no estaba con él.

-¿Como que secreto? Yo quiero saberlo.- hizo un mohín.

-No.- no pudo resistir la tentación de tocar el cabello anaranjado de Shoyo en el proceso.

-Eres malo, además has dejado abandonado a tu abuelo con mis padres, después de eso no va a querer que te acerques a mi.- le mostró la lengua en un tono de voz infantil.

UN BONITO ENGAÑO(KAGEHINA)Where stories live. Discover now