Capitulo. 3

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La mandíbula de Dulce cayó. No podía creer que esto estuviera pasando. Ucker, aquí, en este exclusivo club BDSM, y tratándola como si fuera su maestro. Y la emocionó como nadie lo había hecho antes.

Ucker habló antes de que pudiera reaccionar a su comentario de castigo.

"¿Ibas a ser esclava sexual de un amo extraño?" ¿Ibas a joder con alguien que no conoces, Dulce? La atrajo más cerca presionándola contra él, clavando sus dedos con fuerza en la mejilla de su trasero y agarrando su cabello con fuerza con la otra mano. La apretó tan fuerte contra él que sus manos y pechos se aplastaron contra su pecho.

-No dejaré que eso suceda. - continuó. "Deseé y esperé lo suficiente para dejar ahora que otro hombre te tenga".

Dulce tragó. ¿La había deseado? ¿La había esperado? Ciertamente, nunca lo había demostrado.

-No sé qué pensar de esto, Ucker. ¿Tú, dominándome?

-Sométete, sé mi esclava sexual. Relajó el tirón de su cabello y pasó los dedos por las olas temblorosas. La percepción de sus dedos examinando levemente su cabello envió oleadas de placer a través de ella.

-Este fin de semana no tiene nada que ver con el mundo exterior. Tiene que ver contigo viviendo tu fantasía. Y me complaces de la forma que elijas.

Sus ojos se abrieron y sus dedos se agarraron con fuerza, apretando su camisa.

-¿Cómo sabes que esta es mi fantasía?

-Tu estás aquí. Ucker se llevó el dedo a los labios para calmarla. - Y es obvio que nunca antes has estado en un club BDSM. Permaneció escondida en las sombras, sosteniendo su bebida con fuerza como si fuera un escudo. Admitelo. Estás aquí para experimentar lo que siempre has soñado. Y yo soy el hombre que hará realidad tu fantasía.

Dulce miró sus profundos e interminables ojos azules, el color del mar Caribe. Entre el Martini y su deseo por Ucker, estaba bastante borracha. Dijo lo único que podía decir.

- Si.

La sonrisa de Ucker era absolutamente carnal y aflojó el agarre de su cabello, ella exhaló un suspiro de alivio, pero su corazón aún latía como loco.

-¿Donde empezamos?

Si iba a hacer esto, lo haría bien.

Se frotó las manos arriba y abajo por los brazos y el codo desnudos.

-Maite me lo preparará.

- ¿Maite? Dulce quitó las manos del pecho de Ucker. - ¿No vamos a ser tú y yo?

Hizo un gesto detrás de ella y Dulce cambió de dirección y se quedó boquiabierta al ver a una Morena gordita y hermosa. La mujer llevaba un traje rojo ajustado con sus grandes pechos prácticamente colgando en el escote. Una pequeña y cómoda falda de cuero rojo le moldeaba los muslos, apenas cubría su vagina, y se había puesto un par de botas rojas de tacón alto. Pero lo que llamó la atención de Dulce fue el collar con tachuelas de cuero rojo que llevaba alrededor del cuello y el lazo de la cadena que colgaba de él.

- Profesor Uckermann.- Maite inclinó la cabeza profundamente, rompiendo la atención de Dulce en ella y volviendo a él.

-Por favor toma a Dulce y prepárala para mí. - Su mirada fija en Dulce, tragó bajo una corriente de anticipación. - Ponle un traje negro ajustado que se verá mejor que la ropa que usa. Pasó su dedo a lo largo de la mandíbula de Dulce hasta sus labios, sin apartar la mirada de ella.

-Pero mantén los tacones puestos.

Dulce se estremeció, sintiéndose despierta, emocionada y asustada al mismo tiempo. ¿En qué te metiste?

Fin De Semana Erotico 🔥 Vondy Hot. Where stories live. Discover now