ʜᴇ's ᴍɪssɪɴɢ.

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YeonJun comenzaba a impacientarse. Había dormido en el sofá de la sala de estar, esperando en algún momento escuchar la puerta principal abrirse y que se dejase ver el líder.

Sí, la puerta se abrió al rededor de las 3 de la madrugada, pero habían sido BeomGyu y TaeHyun los que entraron a la casa.

Recuerda incluso la noche anterior haber estado consolando al pequeño Kai, quién había comenzado a llorar por la preocupación, cosa que hizo que se detuvieran de ver películas, porque sí, YeonJun y Huening habían pasado juntos el año nuevo en el departamento con la compañía del otro y nada más.

Era un constante mirar el fondo de pantalla de su celular, el reloj del mismo y levantar la mirada a la puerta principal. Una de sus piernas comenzaba a moverse, ansiosa, y sus dientes mordían con fuerza sus labios, los cuales en algún punto comenzaron a sangrar ligeramente, dejando el metálico sabor en su boca.

—Ya casi son las 2 de la tarde, deberías comer tan siquiera algo. —. La voz de TaeHyun resonó en toda la sala de estar, captando inmediatamente la atención del mayor.

—No tengo hambre. —. TaeHyun resopló y giró los ojos ante las palabras de su hyung.

—Claro que tiene hambre. —. Se acercó hasta él, sentándose a su lado. —Solo que no quiere comer porque eso implicaría que se levantara y no pudiera ver cuando SooBin llegara.

—¿Qué? Claro que no. No es eso. —. Miro hacia otro lado, de vez en cuando echando una mirada a la entrada.

—¿En serio? ¿Entonces por qué durmió en la sala? ¿Había un monstruo abajo de su cama? —. Cuestionó Tae. —Hyung, lo conozco. Puede aparentar estar enojado y ofendido y todo lo que quiera con SooBin, pero no puede ocultar que todavía lo ama. —. Se levantó, caminando a la mesa del comedor.

—Yo no lo amo. —. Sus mejillas sonrojadas lo delataban.

—Claro, y la reina Isabel acaba de nacer. —. Rió mientras tomaba dos manzanas, caminando hasta la cocina para comenzar a lavarlas. —¿Sabe, hyung? Últimamente he notado que ha dejado de comer, y todo desde la ruptura con SooBin. Y mire, lo entiendo, debe ser difícil de digerir que no estén juntos, —. Secó sus manos y las frutas, caminando de vuelta a dónde estaba el mayor. —pero eso no tiene que afectar su alimentación ni su estado de ánimo. Tenga. —. Le tendió la manzana. —Y además, sabe lo que realmente ocurrió, ¿no? Sí, SooBin fue un pendejo y todos lo sabemos, pero ambos no se merecen estar mal por una equivocación. O bueno, al menos usted no.

—¿Por qué me dices todo esto? —. Cuestionó, mirando al menor y dando un mordisco al fruto en sus manos.

—Porque no quiero que esté mal, hyung. —. Lanzó la manzana al aire un par de veces. —Somos como una familia, y la familia se cuida los unos a los otros. —. Lo miró y le dedicó una de sus más sinceras sonrisas.

—Gracias Hyunnie... —. Sonrió, recargando su cabeza en el hombro ajeno. —Pero... Realmente estoy preocupado por SooBin...

—Yo también lo estoy, no piense que no. —. Rió algo nervioso. —Realmente me preocupa que le haya pasado algo, o que haya hecho algo. —. Suspiró. —¿Qué le parece si le damos una hora? Si no llega, les decimos a los demás y ahora sí empezamos la búsqueda del conejo. —. Codeó suavemente las costillas de su mayor, comiendo de su manzana.

—Me parece bien. —. Sonrió. —Gracias, Tae.

—Oh, y por cierto, creo que debería hablar con SooBin cuando lo hallemos y tratar de arreglar las cosas... O al menos terminar en buenos términos. ¿No cree? —. Miró a Yeon, quién ahora tenía los ojos bien abiertos. —Digo, así tal vez podría quitar un peso de su espalda.

—Tal... Vez... —. Suspiró, acurrucándose más a su menor. —Pero no estoy seguro, Tae... ¿Qué tal si vuelve a pasar, pero ahora de verdad? —. Sus ojos pronto cristalizaron, el corazón del menor doliendo al ver aquello.

—Tranquilo, si pasa de nuevo yo mismo me encargaré de romperle todos los huesos y hacer que se arrepienta por serle infiel a tal cariñosa y talentosa persona. —. Dijo, mientras pasaba uno de sus brazos por los hombros del otro y apoyaba su cabeza en la del mayor.

Rió levemente. —Gracias, Hyunnie... No sé qué haría sin ti.

—No hay problema, hyung. Siempre estaré para usted en todo lo que necesite.

Aún así, en la mente de YeonJun no dejaba de pasar el pensamiento de la posibilidad de que a SooBin le hubiese pasado algo terrible. Que hubiera hecho algo terrible. Algo tan terrible como para huir sin dar un previo aviso. Algo tan terrible que le hubiera hecho pensar que era mejor no verlos nunca más. Porque sin SooBin, YeonJun no sabía qué hacer. Sin SooBin, YeonJun se sentía perdido. Porque sin quererlo, YeonJun seguía amando a SooBin y lo haría hasta el final de los tiempos.

 Porque sin quererlo, YeonJun seguía amando a SooBin y lo haría hasta el final de los tiempos

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—SooBin, tienes que volver... Tus chicos deben estar muy preocupados.

—No, hyung, ellos ni siquiera deben extrañarme...

—Estoy seguro que lo hacen.

—No, hyung. No quiero volver. Yo... Solo les hago daño... —. Lágrimas comenzaron a resbalar por las dulces mejillas del chico.

—No digas eso, Soo...

—No importa lo que haga, solo les hago daño... Solo... Solo mira a YeonJun... Termin-namos por mi cu-ulpa... —. Pronto, había comenzado a hipear.

—SooBin, tranquilo... Tan siquiera podrías decirles dónde estás.

—No... Me van a venir a buscar...

—SooBin...

—No, es no.

Suspiró. —Bien, si tú lo dices... Pero no sé hasta cuándo pienses jugar al desaparecido. Cuando le digan a tu mánager todos se van a volver locos.

SooBin se quedó callado, sentado en aquella cama ajena y mirando al suelo.

—Si necesitas algo, estaré en la sala.

❝ 2 En 1 ❞  ⎝Stray Kids & TXT Chats⎞Where stories live. Discover now