ᴅᴀʀᴋ sɪᴅᴇ • poe dameron ✓

treinta y uno • orientador

Lyra estaba sentada en uno de los sillones junto a Rey y Finn. Con los ojos cerrados, trató de pensar sobre lo que le había dicho su hermano. Él les volvió a preguntar sobre lo ocurrido

—Palpatine mató a mi madre y a mi padre—contestó Rey, Lyra podía sentir el enojo en su voz—Lo vamos a encontrar, lo buscaré y lo destruiré, lo haré pagar por lo que nos hizo.

—La venganza no es propio de los Jedi, Rey—respondió Lyra sin abrir los ojos.

— ¡Él robó tu infancia! ¡Nuestra familia! ¿Qué se supone que hagamos? 

—Sé lo que me hizo, y lo detendremos,  pero tu odio solo lo beneficiará a él, es lo que quiere—respondió Lyra, y luego agregó—¿De qué tienes miedo?

—Tengo miedo de que...—Rey suspiró— La conexión que hay entre nosotros como familia...tengo miedo que termine como él, de perder todo lo que tenemos ¿Cómo es que tu no tienes miedo? Era el maestro de tu abuelo.

—Oh, sí tengo miedo, pero no dejo que me controle. Los Sith se alimentan de su miedo para tener más poder; esa es la diferencia entre los Jedi, y los ellos—refriéndose a Ren y Palpatine—El miedo a la pérdida es un camino al lado oscuro, debes aprender a controlarlo, si vamos a detenerlo.

Lyra se levantó de su asiento cuando la nave se detuvo.

—Kylo seguirá buscándonos, debemos estar preparadas—le tendió una mano.

—Lyra...—murmuró ella—Si llega el momento, ¿debemos...matarlo? ¿serías capaz?

—No lo sé. 

Llegaron al planeta y descendieron de la nave. Caminaron hasta que se encontraron con el final del camino y se podía ver un mar inmenso con grandes olas que chocaban contra la orilla.

—¿Qué es eso?

—La estrella de la muerte—contestó Lyra mientras observaba la estructura en el mar.

—Es aquí—afirmó Rey, cuando puso la daga que mostraba el camino hacia el orientador.

Un grupo de personas montando unos caballos apareció detrás de ellos.

—Aterrizaje forzoso—dijo una chica.

—He visto peores—dijo Poe.

—He visto mejores, ¿son de la resistencia?

—Depende.

—Captamos una transmisión de alguien llamado Babu Frik. Dijo que eran la ultima esperanza.

—Debemos llegar a esos restos—explicó Lyra—Hay algo allí que necesitamos.

—Puedo llevarlos por el agua, pero no ahora, es muy peligroso, si no al amanecer.

—No podemos esperar tanto, no tenemos tiempo.

—No tenemos otra opción, Ly—le contestó Poe—Arreglemos la nave, así podremos partir cuando consigamos el orientador en la mañana.

Poe,  Finn, Chewbacca, C-3PO y la chica, Jannah, se dirigieron a la nave para arreglarla.

Lyra y Rey se miraron. Esperaron a que todos se fueran y se asomaron por el acantilado. Las dos sabían lo que debían hacer.

—¿Ves ese skimmer?—le dijo a Rey—Vas a ayudarme a manejarlo.

—¿Qué?

—Voy a ir a buscar el orientador, y necesito que me ayudes a controlar la olas—Rey asintió—No importa lo que pasé, no te detengas.

El skimmer ingresó al lugar y Lyra se bajó de este. Observó a su alrededor para encontrar el camino correcto y se dejó guiar por sus instintos. Trepó unas columnas y saltó hasta el piso más alto de la torre. Cuando llegó a la punta, recuperó el aliento.

El lugar se veía abandonado; con trajes de stroomtropers por todos lados, cuerpos tal vez. Caminó hasta que encontró la habitación donde estaba el trono Sith, que se veía igual al de sus visiones. 

Una brisa le erizó la piel. Continuó hasta que dio con el orientador y lo tomó con ambas manos. El sonido de un sable la hizo girarse y se vio a ella misma como Sith, como se veía un año atrás.

—No tengas miedo de quién eres.

Y la atacó con su sable rojo. Lyra levantó el suyo para detener su ataque y lucharon hasta que la empujó hacia afuera de la habitación con fuerza.

—¡Mierda!—murmuró mientras se levantaba.—Oh, no.

Sintió la presencia de su hermano, que se encontraba detrás. Tenia el orientador en las manos, que se le había caído.

—Mírate. Querías probar que eras una Jedi, pero has probado otra.

—Dámelo.

—Lyra, el lado oscuro está en nuestra naturaleza. Ríndete a él. Puedo sentir tu miedo—Kylo alzó su sable rojo para apuntarla con este—No puedes vencerme, estás demasiado rota para hacerlo, la única forma de que llegues a Exegol será conmigo.

—Tengo miedo, pero no dejo que me controle—respondió recordando lo que había hablado con Rey, y alzando su sable también—y el dolor, solo me ha dado más fuerza, cariño.

Kylo aplastó el orientador y sus sables chocaron de nuevo. Atacaron hasta que llegaron a la parte exterior.  Las fuerzas de ambos aumentaban con cada golpe. El blanco y el rojo chocaban y lanzaban chispas. Una ola se acercaba a ellos y Lyra saltó hacia la siguiente estructura. Su hermano hizo lo mismo.

Ambos ya se encontraban empapados pero continuaban enfrentándose. Los dos pararon de golpe, cuando sintieron que su madre estaba muriendo, Lyra tomó su sable que caía y lo atravesó el abdomen.

Se acercó a él y colocó su mano en su abdomen, hasta que se curó completamente.

—Yo quería tomar tu mano, la de mi hermano, la de Ben.