3. Other people

319 137 44
                                    

Heather: Al menos tendrás algo más para distraerte

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Heather: Al menos tendrás algo más para distraerte.

El mensaje de Heather apareció en la pantalla de bloqueo de mi celular, pero no pude evitar sentir un nudo en el estómago al leerlo. Regresar a la escuela después de lo sucedido me ponía nerviosa, aunque no pudiera mencionar directamente la muerte de mi hermano.

Había conseguido un trabajo. Sí, yo. Pero no me sentía orgullosa de ello, ya que la señora Maveli me había contratado de una manera peculiar; fue durante un viaje en tren. Y ahora, una vez más, me encontraba en el tren, pero esta vez no era para escapar, sino para enfrentar mi realidad. Me sentía como una cobarde por haber tomado la decisión de alejarme de mis sentimientos en lugar de quedarme en casa, donde los recuerdos me abrumaban.

Yo: Después tendré que lidiar con la escuela también.

Respondí en el chat con mi mejor amiga, tratando de disimular mi inquietud. Ella tenía razón, era solo cuestión de tiempo antes de que tuviera que enfrentar el dolor y tomar una decisión sobre cómo seguir adelante.

Heather: Cuando decidas enfrentarlo.

Sus palabras resonaron en mi mente, llenándome de incertidumbre. La vida me había dado una oportunidad que no supe aprovechar, y ahora me encontraba en una encrucijada, sin saber qué camino tomar. Había dejado todo lo que me resultaba familiar para aventurarme en un viaje sin rumbo dentro de mi mente, pero ahora debía regresar y enfrentar las consecuencias de mis decisiones.

No podía seguir huyendo de mis sentimientos. Sabía que en algún momento tendría que enfrentarlos y tomar una decisión. Pero en ese instante, mientras el paisaje pasaba frente a mis ojos sin que pudiera enfocar mi atención en nada, me sentía perdida en un limbo, esperando que algo o alguien me sacara de allí y me diera las respuestas que necesitaba.

Miré mi reflejo en la ventana y me sentí extraña, como si no me reconociera a mí misma. El cristal de la ventana del tren estaba un poco empañado, pero la sensación de extrañeza era interna. Me miré detenidamente, observando los rastros de tristeza en mis ojos y la fragilidad en mi expresión. ¿Cómo podría enfrentar a mis compañeros de clase así?

Al mismo tiempo, sabía que en algún lugar dentro de mí estaba la respuesta a todas mis preguntas. Solo tenía que encontrar el valor para enfrentarla. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y cada latido resonaba en mis oídos como un recordatorio constante de la carga emocional que llevaba.

Negué con la cabeza, tratando de alejar los pensamientos negativos que amenazaban con consumirme. Sin embargo, en ese instante, vi el reflejo de un chico que seguía resonando en mi mente, lo cual me petrificó. Lo reconocí y no creía estar imaginándolo después de la decisión que acababa de tomar. Parecía ser un ex compañero de la escuela a quien no estaba emocionada por ver precisamente.

Tomé el borde de mi sudadera para cubrirme la cabeza con la capucha y pasar desapercibida ante esa persona. Intentaba fingir tranquilidad, convenciéndome de que se sentaría en otro vagón y no habría ningún problema.

Celebré demasiado pronto. Mi ritmo cardíaco volvió a su estado natural cuando vi al susodicho sentarse en el asiento detrás de mí, con una vista perfecta hacia la salida del tren. Ahora me vería sin problemas.

Una sensación de frustración se apoderó de mí. "Tenía que arruinarme el día", murmuré sarcásticamente.

—¿Ellinson? —lo llamaron por su nombre un par de chicos antes de acercarse a él. Hice todo lo posible para que tampoco me vieran.

Me quedé petrificada. Sí, me convertí en una estatua que intentaba actuar de manera normal frente a esa situación, después de darme cuenta de que Marvin y su grupo de amigos del equipo de fútbol estaban en el mismo lugar que yo. Giré mecánicamente, con sorpresa plasmada en mi rostro al descubrir que mi viejo amigo de la infancia estaba a solo dos pasos detrás de mí.

Traté de ser discreta al verlos y notar cómo Marvin ya no era el pequeño y tierno chico que recordaba, sino un joven atlético y atractivo. Me esforcé por tranquilizarme, pero en un descuido, mientras observaba sus zapatos, volví a levantar la mirada y nuestros ojos se encontraron.

Mis piernas cedieron y caí en mi asiento de golpe.

No podía negar que nos habíamos visto el uno al otro.

—Un momento —escuché que él decía, interrumpiendo a los demás chicos. El sonido de su cuerpo levantándose del asiento me provocó escalofríos.

Sin pensarlo dos veces, me di la vuelta y agarré mi patineta. Sabía que había una alta posibilidad de hacer el ridículo, pero no me importaba. Prefería sentarme con cualquier persona con tal de evitarlo. Antes de que pudiera arrepentirme, crucé rápidamente hacia el otro extremo del vagón. Mi corazón latía desbocado, mi respiración era agitada como la de una corredora en una maratón, y sentía una extraña debilidad en el estómago. Rodeé la mesa donde ese chico de la esquina del tren, a quien conocía, se encontraba. Era aquel que claramente prefería no ser molestado, dibujando en su libreta y con auriculares Bluetooth puestos. Me senté justo enfrente de él.

—Hola —lo saludé de inmediato, tratando de hacerlo rápido para que fuera más sencillo. Sin embargo, cuando sus ojos se dirigieron hacia mí y su mirada se encontró con la mía bajo esas cejas oscuras, tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para contener mi impulso de salir corriendo. Sentí una mezcla de nervios y excitación que hacían que mi piel pareciera erizarse. No tenía a dónde ir, estaba atrapada en ese momento con él.

DaykerWhere stories live. Discover now