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– Pedí permiso para faltar a las dos primeras clases de la mañana. – dijo el peliazul mientras manejaba a la universidad de Rius.

– Bien, hace tiempo no hablas con el profesor Stones. Creo que la última vez fue cuando me tocó las piernas.

– Ese imbécil... preguntaba muchas cosas. Y mira que venir a tocarte el puto.

– Te me calmas. 

– Lo siento bebé.

– Ni se te ocurra insultarlo. Es un muy buen profesor y se lleva bien conmigo.

– Me contendré, te lo prometo.

– Espero que así sea.

Llegaron a la Uni.

– Pollito, te veo en la tarde.

– Sí, adiós Timbi.

Se despidieron con un beso y separaron caminos. Timba buscó la oficina, encontró una puerta que decía "A. Stones". Bueno, no podía ser otra. Tocó la puerta.

– Pase

Entró y se saludaron.

– Tome asiento señor Timba. Ha pasado un tiempo.

– Me hace sentir viejo, quite el señor.

– Como guste.

– Profesor Stones, ¿de qué quiere hablar? – sabía perfectamente lo que era.

– Rius llega varios días a la semana con molestias para caminar. No me hace muy feliz tener un alumno en esas condiciones.

– Rius siempre ha tenido problemas para caminar.

– Le hago clases desde los 15 años, lo que usted dice es cierto. Pero hubo un tiempo donde esto se detuvo, ¿Qué pasó?

– Pues mejoró y ya. Después tuvo un accidente y volvió atrás.

– Muéstreme los papeles médicos.

– Hombre, ¿cree que los llevo a todas partes?

– Tráigalos mañana entonces.

– ... Se me perdieron...

– No me mienta, Rius no está enfermo, ¿verdad?

– No, no lo está. – aclaró con sinceridad.

– Estaba claro. 

– Usted cree que algo le pasa a Rius, pero dígame qué cree usted que le pasa. – Timba quería conocer sus pensamientos.

– La verdad... no encuentro manera de decirlo sin que suene indecente.

– Con eso me dijo todo, si cree eso, no es asunto suyo.

– Cojea demasiado.

– Él ya no es menor de edad, si lo fuera yo lo entendería. Pero ya tiene 19, que usted se ande metiendo en nuestra vida privada y que ande infiriendo cosas es inaceptable.

– Entiendo, yo solo quería asegurarme. Recuerde que tengo conocimientos médicos y sé darme cuenta de lo que pasa con las personas.

– No se me olvida... – bufó con exasperación. – debo irme, ¿no hay nada más que hablar?

– Nada. Recuérdele a Rius que mañana hay examen.

– Claro, adiós.

– Que tenga buen día. 

El peliazul salió de la oficina. Había ido bastante bien a su parecer.

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– ¡Llegaste algo tarde! – Timba recibió a su novio con un beso.

– Lo siento, me quedé en la biblioteca leyendo.

– El piedras dijo que tenías examen mañana.

– Que dolor de cabeza, y más encima debo hacer unas tareas.

– ¿De qué ramo?

– Matemáticas

– Sabes que tu Timbi es un maestro matemático, ¿te ayudo?

– Debo poder hacerlas solo. Lo que dice la tarea será más o menos lo que entrará en el examen, así que no puedes ayudarme. 

– Y yo que tenía ganas de tontear con números.

– No te desanimes, después te recompenso la intención.

– ¿Cómo exactamente?

– Con una linda felación.

– ¡Haz la tarea rapidito! – lo empujó hasta la mesa y le subió la mochila para que sacara las hojas con la tarea. – estaré esperándote. – se fue dando saltitos.

Rius sonrió. Timba solía ser muy varonil y seme, pero cuando decía las palabras correctas actuaba de esa manera, algo tierno y aniñado.

2°a temporada del otp / YAOI HARDTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang