𝟎𝟎𝟏 ━━ 𝐹𝑖𝑟𝑠𝑡 𝑖𝑚𝑝𝑟𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠.

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❝ ━━ Capítulo uno.

FIRST IMPRESSIONS.

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      𝐔𝐍 𝐓𝐑𝐔𝐄𝐍𝐎 𝐒𝐄 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐂𝐇𝐎́ 𝐄𝐍 𝐋𝐎 𝐀𝐋𝐓𝐎. Élise se paró en seco, mirando al cielo. Las nubes oscuras habían cubierto con éxito el sol, dejándolo como la noche. El viento soplaba frío y se escabuía a través del abrigo, las botas no habían logrado mantener el agua afuera. Sus calcetines chapoteaban con cada paso, el agua se acumulaba entre los dedos de los pies. Se apresuró, encorvándose contra el clima que impactaba contra su cuerpo.

      La casa surgió de la oscuridad, las luces brillaban contra la tormenta que se avecinaba. Caminó por el largo sendero, hizo una mueca de dolor cuando los truenos y relámpagos rugieron sobre su cabeza. Empezaban a caer sobre su cabeza grandes gotas de lluvia. Aceleró el paso y subió los escalones en dirección hacia la puerta. Respiró hondo, pasó sus manos sobre su falda, tratando de quitar las arrugas inexistentes en ella. Era la única ropa bonita que tenía, era la única forma de causar una buena impresión.

      Tocó el timbre y después puso las manos detrás de su espalda, tratando de ocultar el temblor que le causaba estar aquí. Vio una sombra crecer cada vez más a través de la vidriera. Respiró hondo para calmarse y puso en su rostro la mejor sonrisa.

      La puerta se abrió. Una mujer pequeña y rubia la miró parpadeando, esperando que dijera algo. Suspiró, metiendo un mechón de cabello detrás de su oreja.

  — Hola- dijo tímidamente —, estoy buscando a Hilda Spellman.

  — Oh, bueno, la has encontrado, linda. ¿Qué puedo hacer por ti?- preguntó, mostrando una amplia sonrisa.

  — Estoy buscando trabajo- dijo —, y creo que Spellman Mortuary es el lugar para mí.

  — Será mejor que entres entonces.

      Hilda la llevó a un enorme vestíbulo ubicado en la entrada, Élise observó la escalera que llevaba al segundo nivel. Un grupo de luces colgaban encima de ella y las lámparas cubrían los aparadores, iluminando la sala hecha de madera. Habían cuadros colgados en la pared. Sintió como las gotas escurrían de sus botas y caían sobre la alfombra. Hilda le sonrió y le hizo un gesto para que la siguiera.

      La llevó a una cocina espaciosa. Los mostradores estaban cubiertos de diferentes alimentos, el horno calentaba la habitación de manera casi cómoda. Había una mesa de madera en el centro de la habitación, como si esperara a que la familia se sentara.

𝐀𝐬𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫𝐞𝐬 (En Edición) Where stories live. Discover now