IRA

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El zumbido en los oídos que constantemente se intensifica,
que parece estar ahí como el recordatorio de que siempre va todo mal,
aunque se censure, se niegue o se oculte,
aunque se cubra la sangre con mantos de seda blanca
y luego se venda comotela teñida de la más alta calidad. 

El temblor en las manos por cuanto oímos los llantos y las suplicas de la tierra,
por les muertes convertides en cifras insuperables,
por vivir en el cementerio más grande y profanado de Latinoamérica. 

Las lágrimas,
cada que las pupilas tiemblan al ver los uniformes de la muerte
caminar a pasoacelerado en dirección a nuevas víctimas,
que no dejan de ser jóvenes,mujeres, negres, originaries, campesines, humanes. 

El odio creciente que no permite al cuerpo descansar,que deprime,
que estrangula cada atisbo de esperanza en el futuro y se parece,
cada vez más,
al deseo de morir.

Los malos poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora