Una Broma a Malfoy

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Este sería el O.s que tocaría el día primero de enero, por motivo del fictober, pero por razones que ya les comenté lo tuve que atrasar, sin embargo trataré de ponerme al día.

Palabra: Ropa Interior

-¡Potter! ¡Potter detente ahí! - El azabache intentando contener la carcajada que amenazaba con brotar se giró hacia el blondo, que parecía más molesto que de costumbre.

-¿Qué quieres Malfoy?

--¿Donde está Hermione?

--No tengo ni idea, pero prueba en la biblioteca, ella siempre está ahí.

Draco pasó entre Harry y Ron hecho una furia.

-¿Y a este qué le pasa?

-- Hermione le jugó una broma.

El pelirrojo no creía lo que oía  - ¿Hermione? ¿Nuestra Hermione?

-¿Conoces a alguna otra?

-- No, pero no suena como ella.

--Lleva un tiempo alrededor de Pansy, no es de extrañar.

Ron negó y cambiando de tema siguieron en lo suyo.

--¡Hermione Jean Granger! -el grito de Draco hizo retumbar las mesas del lugar, la bibliotecaria lo regañó, pero él ni caso. Iba pisando fuerte y con la cara roja caminando directamente hacia la castaña.

-¿Mal despertar Malfoy?

-¿Tú me pudieras explicar por qué toda mi ropa interior es ahora de color rosa y tienen las iniciales HG bordadas al frente?

La castaña se encogió de hombros  - No sé de lo que hablas.

--¡Oh! ¡Por supuesto que lo sabes! Y lo vas a pagar caro, esta, Hermione Granger, ¡es la guerra!

Y así como así se giró y se fue resoplando de allí, Hermione puso la mano frente a sus labios para intentar amortiguar la carcajada, había valido la pena cada knut que le tuvo que pagar a Blaise para que la llevara a escondidas a la habitación de Draco.

El pobre debía estar de ella hasta las narices, todas las semanas le hacía una broma nueva y el aguantaba ahí estoícamente, fue para Granger u placer verlo explotar por fin.

Con una sonrisa todavía en su cara se giró a hacer el resto de sus deberes.

La tarde pasó sin complicaciones y dio paso a la noche, Hermione fue tan tranquila hasta la torre de los premios anuales, lo menos que se imaginaba era, tras que el retrato le diera paso al interior, encontrarse a Draco medio acostado en el sofá, con todo el peso del tronco cayendo sobre el brazo que tenía apoyado en el mueble, totalmente girado hacia ella, con una rosa en la boca y utilizando únicamente sus boxers rosados.

A Hermione las mejillas se le tiñeron de rojo y se apresuró a cubrirse los ojos.

-¿¡Pero qué mierda haces?!

-- ¿Yo? Responder a tu llamada de apareamiento, en algunas especies cuando las hembras están en celo molestan constantemente al macho hasta que este les da las debidas atenciones. Me imagino que contigo sea igual.

Con el ceño fruncido y ofendida a más no poder se quitó las manos de los ojos e importándole poco su desnudez lo miró de frente -¿Por alguna casualidad estas insinuando que sólo te molesto para tener sexo contigo Malfoy?

El joven puso una sonrisa de las suyas marca registrada y se puso de pie, haciendo que inevitablemente la vista de Hermione viajara hacia el sur de su cuerpo, a una parte muy específica que debido a lo ajustado de los boxers se podía definir claramente - No lo insinúo Granger, lo afirmó. Si  sólo hay que mirarte, ¡Te quedaste viéndome el paquete!

La chica reaccionó y llevó sus ojos de vuelta al rostro del chico - No te estaba mirando el paquete, pasa que como soy bajita y estoy a una distancia más o menos considerable, pues la vista da ahí.

La sonrisa del rubio se enganchó -Vamos a resolver el problema de la distancia entonces.

En tres zancadas se posicionó justo en frente de Hermione y haciéndola caminar hacia atrás finalmente logró acorralarla entre la pared y él -Bueno, ya no estamos tan lejos, ahora supongo que te puedas concentrar en mis ojos.

Pero para Hermione esa, que parecía una orden sencilla, se estaba haciendo imposible, Draco estaba completamente pegado a ella, el único espacio entre sus cuerpos era el que había entre sus rostros, y eran menos de cinco centímetros.

--Dime Granger, ¿te gustaría que te tome aquí? - la voz del rubio se volvió grave y cada palabra salía de su boca con un alargamiento tan... sensual. Él sabía lo que estaba haciendo.

--Que te tome de la cintura- bajó sus manos de la pared y las fue deslizando por los costados de la chica hasta llegar a las caderas, luego hacia atrás, apretándole el trasero para acercarla aún más, Hermione gimió - Que te levanté como si no pesaras  nada- sus labios rozaron desde la mejilla de la castaña hasta el lóbulo de su oreja, dándole un ligero mordisco -Y te haga mía justo aquí - Un beso en el cuello -Mientras te beso -otro- Y tú me pides más, más, más -Sus labios volvieron a su sitio original, a cinco centímetros de los de ella, en un rápido movimiento cerró casi por completo la distancia que los separaba, embriagándose ella con su aliento de menta -Y entonces, al momento de venirte, gritas mi nombre -Cuando hablaban sus finos labios hacían cosquillas sobre los de la castaña, provocándola para cerrar finamente esa distancia - Dime Granger ¿Lo quieres?

--Si... -Su voz salió en un susurro, pero Draco la escuchó claramente, dio un paso atrás y de un tiro se alejó completamente de la castaña con una sonrisa en la cara.

--Así que sí me tienes ganas Granger. ¡Qué cosa tan interesante!

Hermione, con apenas aliento y abochornada al más no poder se convirtió, ahora sí, en una leona. Con paso seguro le fue arriba a Draco con la única intención de golpearlo hasta la muerte, o al menos de herirlo de gravedad. Pero el rubio se mandó a correr encerrándose en su habitación, y como ellos tenían la norma de nada de magia dentro de la torre que compartían como perfectos no le quedó más remedio a la castaña que resignarse. Sin embargo, dejó un grito de venganza al viento que con suerte Malfoy oírla a través de la puerta.

-¡Esto no se ha acabado Malfoy! ¡Apenas y estamos empezando!

One shots Dramiones Where stories live. Discover now