008-

798 44 19
                                    

LIT killah.

—¡Te juro que yo no la cagué, Ignacio, no lo hice!.—Exclamé, molesto. Hace una hora venía repitiendome lo mismo, que fue mí culpa por ser tan apurado.—Por dios, flaco, para que tener enemigos, si ya te tengo a vos.—Bufé, golpeando la guantera de mí auto, mirando hacia adelante.

—Bajame los humitos, Monzón, mira que no soy tu mamá.—Chasqueo su lengua, con sus manos en el volante, frenando en un semáforo.—Entonces no entiendo porque se fue, si solo le dijiste lo que sentías, siendo cien por ciento sincero.—Arrugo su nariz, desviando su vista, mirándome.

—Callate maldito infeliz.—Rodé mis ojos.—Yo tampoco sé porque se fue, solo... Lo hizo, sin darme alguna explicación alguna. Fue raro, tengo que admitir que si lo fue.—Suspiré.—Me tiene preocupado, no me responde los mensajes, no le llegan, y tampoco las llamadas, me manda directamente al buzón de voz, es como si tuviera apagado el celular.—Llevé una de mis manos hacia mí boca, comenzando a morder mis uñas, nervioso.—Tengo un presentimiento malo, Nacho, muy malo.

—Se habrá quedado sin batería, quizás fue eso, no te la tires así abajo, down.—Hizo una mueca, volviendo a arrancar, volviendo con su vista hacia adelante;—¿Malo?, ¿Por qué?.

—Puede ser eso, solo espero que no esté enojada.—Asentí levemente.—No sé, es como una presión en el pecho, un dolor, que me está consumiendo, estoy nervioso y ni se porque. Hoy me cuelgo—murmuré lo último, recibiendo un golpe en el brazo, de parte de mí amigo.—Dale imbécil, dolió.—Me queje, sobandome la zona afectada.

—Esa era la onda—Sonrió burlón.—No digas pelotudeces, Román, te vas a morir, pero de la piña que te voy a encajar si no te dejas de hacer el pelotudo.—Rodó sus ojos, frenando en el cordón de mí casa. Apagó el motor y bajo, mientras yo hacía lo mismo.

—Sos un idiota, si sos.—Arrugue mí nariz, tanteando las llaves de la casa entre mis bolsillos, acercándome hacia la puerta.—Siempre agresivo, Matías, ya no me sorprende—Sonreí de lado, abriendo ésta, soltando un suspiró.—Parece que por acá no vino, todo sigue estando en su lugar y no hay ruidos.—Mordi mí labio inferior, colgando mí campera en la percha.

—Si soy... ¡Digo, no soy, salí!—Chasqueo su lengua, entrando detrás mío.—Cerra el orto, trolo.—Hizo un gesto de burla.—Es raro entrar y no escuchar los gritos de Vilu jugando con _____.—Murmuró, dirigiéndose hacía el comedor. Yo sólo asentí, haciendo una mueca de tristeza, tirándome en el sillón.—¡Eh, Mauro, creo que hay algo para vos!—Gritó el pelinegro desde su lugar.

—¡¿Qué cosa?!—Respondí de la misma forma, levantandome.—Me duele la espalda y vos me haces caminar más—Me quejé, arrastrando mis pies hacia él.—¿Qué es eso?—Pregunté, mirando la carta que tenía en mano.

—Creo que es para vos... Y esto también—me extendió el papel, junto con la cadena. La cadena con el dije favorito de _____.

—Ese... Es...—Apreté mis labios, evitando quebrarme, mientras mí amigo asentía, y yo agarraba el papel junto con el collar.

—La chain favorita de ___, si, lo sé—Suspiró—Lee la carta, en voz alta.—Pidió, apoyándose en la mesa, lo cual yo obedecí, abriendo el papel.

"Mauro;
Sé que esto te va a doler tanto como me está doliendo a mí, y perdón.
Perdón por irme del estudio sin darte algún motivo, perdón por abandonarte cuando te prometí no hacerlo nunca, perdón por absolutamente todo.
Los sentimientos de Vilu están primero que los míos y los tuyos. Ella llora por nosotros, llora por cada cosa que pasa, llora por escucharnos, llora porque no somos la familia que antes éramos.
Y eso, te juro que me parte muchísimo el corazón, por eso hoy, me alejó, quiero ver a nuestra hija feliz como siempre quisimos que fuera, y no quiero decir que vos seas malo para ella, porque vos sabés lo tanto que te ama y lo bien que le haces, pero es por el bien de su estabilidad y corazoncito.
Retomando el tema de nuestra relación;
Yo te amo, muchísimo, y esto me rompe en mil pedazos, tus actitudes cambiantes, tu bipolaridad, me das miedo, Mauro.
Yo no sé lo que pasa por tu cabeza, yo no sé absolutamente nada, porque no me compartis lo que sentís, porque ocultas todo.
Te juro que intento ayudarte, y es lo que más quiero, verte bien, con esa sonrisa que me enamora y me hace morir de ternura.
Extraño tanto lo que éramos antes, nuestra historia fue y va a ser la mejor, no tengo dudas.
No nos busques, quizás estemos fuera del país o estemos cerca, aún no lo sé, solo sé que quiero sanar todas las heridas y que cuando me sienta realmente bien, vamos a volver, quizás a intentar nuevamente estar con vos, o formar algo nuevo con otra persona.

Cuídate y cuida nuestra casa, te dejé una parte de mí, junto con un pedazo de mí corazón.
Te amo.

_____."

Mí corazón se partió, lágrimas comenzaron a caer de mí ojos, la casa de adueñó de mis sollozos, mis piernas empezaron a temblar, dejándome caer arrodillado en el piso. Mí vida ya no tiene sentido. Lleve el dije hasta mí pecho, hundiendolo en éste, mientras Ignacio me miraba perplejo, no entendía nada.

—Nacho... Las... Las perdí.—Murmuré entrecortado, en shock.

—Mauro... Perdón, perdón, perdón.—Se tiró a mí lado, abrazándome, mientras ambos llorabamos.

—Me quiero matar, yo sabía que algo malo iba a pasar... Esto ya no tiene sentido.—Negué, levantandome, caminando hacia la habitación de mí hija.

El cuarto de encontraba vacio, sin peluches, sin ropa, solamente la cama y algunos pequeños juguetes. Deje escapar un puchero, agarrándome del marco de la puerta, entre llantos, no se que hacer, no sé cómo reaccionar... ¿Las busco?, ¿Dejó qué sean felices lejos de mí?, ¿Dejó qué alguien más las acurruque en sus brazos?, ¿Dejo qué se vayan así como si nada?. Miles de dudas y preguntas entraban en mí cabeza, mientras caminaba hacia mí habitación. Abrí la puerta con miedo, suspiré, cerrando mis ojos, para abrirlos una vez dentro. Las puertas de su placares abiertas de par en par, sin ropa, sus maquillajes no estaban, sus zapatillas menos. Las cartas que le hice, la caja con nuestros recuerdos, tampoco estaban. En la cama arreglada se encontraban dos fotos. Su foto favorita de los dos, y una de los tres. Agarre éstas, mirándolas atentamente, sentándome sobre el colchón, dejando que flashes de esos días de crucen por mí mente, fueron dos días tan felices, que son imposibles de olvidar.
Su conjunto de ropa interior, mí favorito, que amo como le queda, lo dejo dentro de un estante del ropero, apreté mis labios, dejando escapar sollozos, abrazando la misma con todas mis fuerzas.
Su perfume favorito sobre su mueble dónde solía maquillarse y arreglarse todas las mañanas y noches cuando salíamos.
Se llevó mí remera y mí buzo, las dos prendas que más le gustaban mías, que siempre se las ponía.
Mí cable a tierra se corto.
Mí mundo se derrumbó.
Mís motivos de seguir, se acabaron.

—Rompiste tu promesa, _____... La rompiste.—Murmuré, mirando las imágenes.—Juraste quedarte a mi lado aunque todo nos salga mal, y todos nos tiren la mala... Después de todo lo que pasamos para estar juntos, después de todo lo que esperamos para ser felices... Me dejaste, dejaste derrumbarme, me soltaste la mano.—Rompi nuevamente en llanto, tirándome hacia atrás en la cama, abrazando con fuerzas su almohada con su olor.

Me rompí, se me rompió el corazón:(.

G.A
03:22 A.M
06/01/21

ℋ𝒶𝓈𝓉𝒶 𝒬𝓊ℯ ℒ𝒶 ℳ𝓊ℯ𝓇𝓉ℯ 𝒩ℴ𝓈 𝒮ℯ𝓅𝒶𝓇ℯ - 𝐿𝑖𝑡 𝐾𝑖𝑙𝑙𝑎ℎ. |TERMINADA|Where stories live. Discover now