Capítulo 2.

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Pov Normal.

Volkov caminaba por la blanca nieve con una mochila en la espalda. Su cuello abrazado por una bufanda azul que no era suya, y con su nariz algo roja debido al frío.
Sus pasos se detuvieron cuando estuvo frente a aquel niño que se encontraba con él cada día para jugar juntos. Al menos así había sido toda la semana.

Lo tomó de la mano para que lo acompañara y el más pequeño se dejó llevar. Ambos se sentaron en una banca muy cerca de allí.

Horacio observó atento cómo el ruso se descolgaba la mochila de los hombros y la abría dejando ver su interior. En esta había un jarro térmico y dos vasos.

Volkov le estiró un recipiente para que lo tomara y él lo hizo sin dudarlo. Luego destapó aquel jarro con delicadeza y sirvió chocolatada caliente en el vaso del menor, prosiguiendo a servirse igual en el suyo.

Horacio veía al niño de ojos azules realizar cada acción con lentitud y precisión, parecía que el entusiasmo no era su fuerte, sin embargo con aquel rostro serio siempre le llevaba algo caliente que beber. Con total parsimonia tomaban las bebidas y dejaban que sus cuerpos agarraran algo de calor.

Volkov solía decir palabras extrañas a veces, y él sólo le asentía como si le entendiera y le dedicaba una sonrisa.
Mientras, el mayor era consciente de que el otro niño no hablaba su idioma y no comprendía ni una sola palabra de lo que le decía.

Aún así, jugaban juntos y se hacían compañía.

"Comisario Volkov"

— ¡Comisario! ¿Me escucha? — Un oficial estaba en frente suyo y lo hizo cortar con aquella pequeña sesión de recuerdos que golpeaba su mente.

— Dígame, Torrente — Volkov le dedicó una mirada algo afilada debido al hecho de ser interrumpido.

— Hubo un problema con la PDA, parece que ayer se guardó información errónea y ahora tenemos personas registradas con cargos que no les corresponden — el oficial informó con un tono de voz preocupado.

— ¡Joder! — mufó el ruso, odiaba el trabajo mal hecho — Revisa en qué horario fue registrada la información y quiénes estaban de servicio —

— Ya lo hice, Comisario, sólo quedaban dos alumnos a esa hora — terminó de informar tratando de sonar firme.

.

Horacio y Gustabo entraron en vestidores a cambiarse ya finalizando sus turnos laborales. Había sido un día algo duro pero iban adquiriendo experiencia y eso los emocionaba bastante.
¿Quién iba a decir que terminarían disfrutando trabajar de maderos?

Ambos notaron las atentas miradas sobre ellos cuando se estaban cambiando, sin embargo no dijeron nada, ya se acostumbrarían aquellos compañeros a tenerlos alrededor.
Siempre era igual.

— Me adelanto a comprar unas cervezas, ¿Te vienes luego a mi casa? —  preguntó Gustabo cerrando su taquilla y dedicándole una sonrisa al menor.

— Venga, nos vemos en un rato — le respondió su hermano asintiendo con la cabeza y luego lo vio irse por la puerta.

Horacio terminó de acomodarse su sudadera y dirigió la mirada a uno de sus compañeros que mantenía la vista fija en él.

— ¿Sucede algo? — preguntó el de cresta, algo incómodo por la forma en que era observado.

— No tienes cuerpo de omega — dijo el otro repasándolo una vez más.

— ¿Y eso qué? — insistió Horacio sin darle mucha importancia, ya bien sabía que a diferencia de la mayoría de los Omegas, su cuerpo era fornido y bien marcado debido a sus entrenamientos constantes.

Roses - [ Volkacio ] - || Omegaverse ||Место, где живут истории. Откройте их для себя