Inesperado. [Arthur x Reader]

Capítulo 3. - Más. -

Trataré de regresar del Hiatus poco a poco, aunque a nadie le importa, empecemos ya con esto!

Arthur golpeaba el suelo con su zapato, repetidas veces, mientras sus ojos violetas admiraban a el grupo de personas a lo lejos.

Sus labios formaban una muñeca de desagrado, y vaya que él era paciente.

Pero tratándose de ella no podía.

La esperaba a la salida como siempre. Gustaba de acompañarla para que salieran a algún lado, tener una cita, acercarse más a ella de forma personal y no simplemente como compañeros.

Pero ella siempre salía con lo mismo. "Tengo que trabajar".

Y entonces Arthur caía de su nube a la dura, fría y cruel realidad.

Su trabajo.

Sabía a qué se dedicaba. Lo sabía y pensar en ello le estrujaba el corazón. Saber que otro tipo la tendría de la misma forma que él, que iba a tomarla, le dolía el pecho.

No le gustaba. Lo odiaba. Deseaba que la escuela nunca terminará para que ella no tuviera que ir a ese lugar donde dejaba de ser suya.

Y ahí volvía a caer tan rápido como subía, dándose cuenta de que era egoísta y tóxico pensar que era suya, porque no lo era aunque lo quisiera inocentemente.

Siempre pasaba y no podía evitarlo. Quería, pero por ahora no podía hacer nada. Ni siquiera era muy cercano a ella, y estaba trabajando en solucionar su casi nula relación.

Pero no podía cuando todos se lanzaban a ella como una manada de lobos hambrientos y deseosos de conocer a la carne fresca.

Si bien fuera de la escuela no podía impedirlo, dentro si.

Se acercó a aquel grupo que iba saliendo. Distinguió una melena color __________ entre el círculo de varones alrededor. Decidido, se encaminó a dicho grupo, abriéndose paso y tomando del hombro a la peli________ para acercarla a su pecho, posesivo.

Arthur: Disculpen, pero el director le llama, señorita _________. [T/a]

____________: Oh.. —se separó un poco del de ojos violetas, con ese alivio se ser salvada del grupo de hombres que de cierta forma le molestaba, pero eran algo amables— .. nos vemos.

Fastidiada de aquello, tomaste tu morral luego de arreglar tus cosas para seguir al ojivioletta, el que te tomaba de la mano suavemente, de cierta forma era muy lindo.

Caminaron de nuevo dentro del instituto para que fuera creíble.

___________: Ya estamos lo suficientemente lejos para que me digas que necesitas de mi. — Hablaste, pues el chico parecía no querer soltaste—