Diario de Harriet O'Connor

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Fecha: noviembre 25

Me encanta pasar los días con Nathaniel, excepto ayer. Oliver se va con su familia para las fiestas. Y regresa hasta el 25 de enero; estoy acostumbrada a ese viaje, pero lo extrañare demasiado así que pase todo el día y noche con él.

Después de despedir a Oliver y su familia en el aeropuerto, me dirigí hacia la librería de mi abuelo. Entre brindándole una gran sonrisa a una mujer que estaba pagando su compra, y a mi abuelo, Heihei cuando me vio entrar fingió que estaba trabajando.

¿Puede ser más tierno?

"Harriet" me susurro mi abuelo con una sonrisa pícara "Ayer pregunto por ti"

"¿Por mí? ¿Nathaniel?"

Asintió a ambas preguntas, le pedí permiso para llevármelo y el acepto diciendo que los fines de semana eran tranquilos en la tienda. Camine hasta Nathaniel, jalándolo por el brazo lo obligue a caminar detrás de, recuerdo sus ojos azules arrugándose de confusión.

"Tengo que trabajar" susurro hacia mí.

Amo eso, amo que susurre, amo que sus palabras sean solo para yo las escuche, que solo yo pueda deleitarme con el sonido de su voz y amaba que cada día me hablara más.

Salimos a la calle donde me asegure con la mirada de que tuviera el abrigo bien, estaba comenzando a nevar de nuevo.

"¿Qué haremos"

"Te enseñare el camino..."

"¿A qué?"

"A no olvidar nunca"

Diario de Nathaniel Evans

Noviembre 25

8:00 pm

Harriet comenzó a alejarse de la librería, en algún momento su mano se había deslizado hacia mi mano entrelazando torpemente nuestros dedos.

Caminamos hasta una cafetería que estaba algo vacío, ella me dijo que ordenaría mientras yo me sentaba en una mesa lejos de las otras a la par de una ventana, me quito mi abrigo y observe como los copos de nieve caían lentamente afuera.

Harriet apareció frente a mí con unas galletas en forma de... No lo sé, parecían escudos. Más tarde me enteré que eran los escudos de las casas de Hogwarts.

Las de Slytherin eran sus favoritos, dijo que el sabor a manzana verde le recordaba a Draco Malfoy. Amaba las Gryffindor porque eran su casa, tenían un ligero sabor a manzana y canela. Las Ravenclaw la ponían feliz ya que eran de chocolate amargo y nueces, y las Hufflepuff la hacían reír ya que tenían un ligero toque ácido debido a que eran de limón y crema.

Mis favoritas fueron las Hufflepuff.

Y ella dijo que combinaba bien conmigo.

Me pedí un chocolate caliente, y ella un batido de chocolate con mucho hielo.

"Está haciendo frio" le dije.

"Lo sé, pero amo los batidos con mucho hielo. Puedo tomarlos en verano, otoño, primavera, invierno. Me hacen feliz, ¿A ti que te hace feliz?"

"No lo sé" respondí cortante.

"Púes... Te diré que me hace feliz a mí. Los batidos de chocolate, los gatos en especial cuando están bien gorditos y super abrazables, me gustan los libros, me gusta Harry Potter y cazadores de sombras, me gusta pasar tiempo contigo y mi abuelo en la librería y me hace feliz pasar tiempo con Oliver"

Le pregunté por Oliver y me dijo que siempre pasaba dos meses en casa de sus tíos en Suiza. También me dijo que eran novios hace cinco años, desde que tenían 15, y que eran muy felices.

También me dijo que Oliver era el chico que siempre imagino para ella, amable, tierno, leal, sincero y bondadoso. Si él sabía que alguien tenía un problema hacia todo lo posible por solucionarlo, siempre trataba de animar a los demás y estaba ahí para escuchar.

También me comentó que era Hufflepuff, y también dijo que yo quedaría en esa casa si no fuera tan... No mágico.

No sé cómo hice para no olvidar eso.

Pero querido diario.

Veré todas las películas de Harry Potter.

La chica de las converse rojas [Amores inefables#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora