Capítulo XXXVI

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Los ánimos se mantenían caldeados en las afueras del camerino médico, luego de que Bulma haya sido recluida rápidamente por la fuerte contusión presentada durante el reencuentro con sus fanes al ir en busca de sus padres que se hallaban entre la multitud de gente. Vegeta y Alan Brief, el padre de Bulma. Sostenían una disputa sobre la chica de cabellos azules; si debía quedarse o volver a casa con sus padres. Las personas que los rodeaban sentían temor debido a la discusión. Nadie deseaba que ellos discutieran, al contrario; lo mejor era esperar la valoración de los médicos y que acontecería cuando Bulma despertara. Bunny su madre, tomó del brazo a su esposo para intentar calmarlo.

—Cariño, no es el momento para discusiones, por todos los cielos. Nuestra hija está ahí dentro inconsciente. Sé que Bulma se entristecería mucho si los escuchara discutiendo. —instó ella mirándolo a los ojos y señalando la entrada al camerino.

Alan tenía la mirada fija en el peliflama que no bajaba para nada la guardia. Hasta que finalmente desistió de continuar discutiendo. Bulma era lo más importante que tenía en su vida. Y en estos momentos lo que deseaba era que ella reaccionara. Muy bien sabía que la ira había sido producto de todo aquel accidente de hace tan solo minutos.

Goku tomó a Vegeta del hombro para hacerlo reconsiderar su comportamiento ante los padres de Bulma. Este se giró para mirarlo, su semblante iracundo producía miedo.

—Vegeta. —mencionó su compañero con la intención de que su amigo se calmara un poco.

En ese entonces, el médico salió del cubículo para notificar a los presentes el estado de la peliazul. La tensión se había apaciguado, ahora la importancia era conocer el estado de la joven. Era injusto que todo hubiese ocurrido esa noche, en la que su mejor amiga posiblemente tendría que anunciar algo importante para la alegría de todos, la noche inolvidable de su primer concierto como artista, la noche en qué vio a sus padres después de tanto tiempo, y la noche en la que su crush adorado le había propuesto que se casara con ella. Ese accidente no pudo ser tan inoportuno, era realmente una mala suerte.

—¡Doctor, por favor! ¿Cómo está mi hija? —preguntó Bunny con los ojos llenos de lágrimas, pues el médico no expresaba serenidad, sino al contrario; preocupación.

—Señores. Es necesario trasladar a Bulma a un centro clínico. Su estado ha ido decayendo a medida que le aplicamos los primeros auxilios y suministros de medicamentos. Ahora lo importante es realizar una serie de estudios con urgencia.

—¡Oh, por todos los cielos! —gimoteó la madre de Bulma cubriendo su boca para no sollozar.

—¿Y que están esperando? ¡Debemos trasladarla ya mismo! —espetó el padre de la chica.

Los médicos rápidamente la habían preparado con una mascarilla de oxígeno. Una ambulancia se encontraba a las afueras del recinto. Los efectivos de seguridad rodeaban ésta para que las personas presentes no obstruyeran la salida de la camilla. Justo en ese momento comenzaron a deslizarla con Bulma sobre esta, parecía totalmente dormida. Su piel blanquecina más de lo normal y su frente perlada por el sudor, demostraban que estaba en estado crítico.

—¡Tesoro! —se estremeció su madre al verla. Le tomo la mano a la vez que caminaba mientras que llevaba un pañito a sus mejillas para limpiar las lágrimas.

Vegeta se cruzó ante la camilla para detener su andar y tomó la otra mano de su novia. No podía creer lo que sus ojos veían. Ella estaba muy mal, necesitaba que abriera sus ojos, tan solo deseaba que respondiera con un movimiento en los dedos de su mano para saber que estaba bien.

—Bulma, mi azulita. Debes volver, amor. Te necesito. —expresó muy cerca de su oído. Pero los médicos no podían detenerse, así que continuaron su camino.

Enamorada de mi Crush [En Edición]Where stories live. Discover now