Matrimonio Comprado || 𝒴𝑜𝑜𝓃𝑀𝒾𝓃

capítulo 6: ¿Quién es Jimin?

Yoongi despertó con bastante pereza, a su lado se encontraba Jimin desnudo y acurrucado a su cuerpo, él seguía sin comprender como es que se entregaba y era tan bueno con él, un desconocido. Incluso participaba en el acto sexual y se acurrucaba junto a él ¿Quién era Jimin?

Solamente por llevarse bien con él, se permitió besarle levemente los labios antes de irse a duchar y arreglarse para el trabajo.

—Buenos días señor Min—canturreo Jin en cuando lo vio salir del elevador. —¿Cómo le va en su vida de casado?

—Siempre tan irritante, ¿conseguiste lo que te pedí?

—¿Que? ¿Lo del trabajo o lo de tu esposo?

—Ambas.

—Bien, tiene dos juntas el día hoy, cierra tratos con la compañía japonesa, todos los archivos que me pidió están en su oficina y la compañía Jeon estará aquí para renovación de contrato.

—¿Qué me conseguiste de Jimin?

Jin espero a que la secretaria de Yoongi saliera de su oficina, él lo miro con curiosidad, debía ser algo muy turbio. Se sorprendió aún más cuando el chico cerró la puerta y se acercó como si fuese un gran secreto.

—No tiene familia, y tiene adeudos con el hospital infantil de china, uno con el nombre de Jong de catorce años y el otro con el nombre de ShuA de siete años.

—¿Algo más? —preguntó observando los papeles que le entró, todos en Chino.

—Jimin viene de una agencia de matrimonios express.

Yoongi lo miro, sintió como el coraje llenaba cada centímetro de su cuerpo, arrojó lo primero que vio en su escritorio hacia la pared.

—¿Estás enojado por qué te compró un esposo pobre o por qué no te emparejó con un millonario como a tu hermano?

—Debo hablar con ella.

—Me temo que no puedes, tienes juntas, asuntos importantes.

—¡No me interesan esos asuntos!

—Trata de calmarte Yoongi, mira el lado bueno, es joven y lindo.

—Compre un esposo Jin, compre a una persona.

—No lo sabias.

—¡Eso es algo ilegal!

—Los archivos de la compra están bajo control, si la policía llega a interrogarte que es imposible, solo basta con que Jimin diga que se casó contigo a voluntad propia.

—No es un objeto, es un ser humano.

—Jimin no te denunciará, no es tonto, con el dinero pago o pagara esas cuentas, se ve que tenía problemas con el dinero. Vamos Yoongi ¿o es que Jimin te teme?

Aquella pregunta lo dejo pensando todo el día. Jimin no le temía, o al menos no lo demostraba, comía con él sin despreciar o desperdiciar algún platillo, estudiaba y cumplía con todo su horario asignado, incluso se dejaba penetrar sin lágrimas o alguna objeción ¿por que Jimin era tan bueno?

Recordó las noches en donde lo "obligaba" a tener sexo, no lloraba, al contrario, Jimin correspondía a los besos e iniciaba las caricias, si, gemía en voz baja involuntariamente, y casi siempre miraba a otro lado. Pero aún así, se dejaba hacer y deshacer, incluso se acurrucaba a su lado. Jimin no le temía. Quizás le tenia asco. Ese pensamiento si le destrozo, prefería que Jimin lo odiase a que le tuviera asco.

Luego de un par de juntas, Yoongi se puso a investigar un poco de él. Antes pensaba que su madre lo había casado con él hijo de un amigo y que Jimin había aceptado por interés, llegaba a ignorarlo y a no tomarle importancia, pensaba que quizás se lo merecía. Sin embargo aquella tarde descubrió que Jimin se había vendido por que necesitaba pagar las cuentas de sus hermanos, la agencia no ofreció mucha información, eso debía averiguar directamente con Jimin.

Al regresar a casa, vio a Jimin dormido sobre la mesa llena de libros, sin duda, se estaba esforzando en sus clases, sin embargo trataba de evitar hablarle, llevaban un mes juntos, y Jimin no había salido de casa, no había pedido joyas, ni siquiera había explorado la casa ¿era tan estúpido cómo para no aprender bien el idioma?

Su pequeña cara de porcelana lo hizo pensar en que quizás, le provocaba asco a esa criatura tan linda. El simple pensamiento lo hizo salir a tomar aire fresco. Sentado, ahí, solo en la banca del jardín, pensaba en el cambio que le había traído Jimin a su vida. Vivió y creció solo, por lo que llegar a casa y saber que alguien lo esperaba con una pequeña sonrisa dispuesto a cenar con él, le calentaba el corazón. Yoongi necesitaba un poco de cariño aunque se negara a aceptarlo.

Jimin despertó adolorido, miro al rededor y pudo ver los zapatos de Yoongi en la entrada, pero él no estaba. Siguió la luz hasta dar con él, su esposo se veía en calma.

—¿Por que no me hablas Jimin? Se que vas bien en clases, ya deberías hablar un poco de coreano ¿o es que no quieres hablar conmigo?

—Pena—. Dijo jugando con sus manos.

—¿por que?

—Yo habló raro muy.

—Muy raro— Lo corrigió y Jimin mordió su labio, se sonrojó y miró el suelo. —¿Cómo esperas hablar fluido si no hablas con nadie? No deberías tener miedo a hablar, si alguno de los empleados se burlan de ti, será despedido.

—No, no lo hagas.

—Siéntate un rato, Jimin.

Jimin obedeció, se sentó a su lado y se sorprendió cuando Yoongi recostó su cabeza en sus piernas. Muchas veces, ponía así a sus hermanos para consolarlos cuando se sentían mal, por lo que comenzó a acariciarle el cabello.

—¿Quién eres, Jimin?

No entendía el significado de esa pregunta.

—No he sido bueno contigo, ¿por que eres bueno conmigo?

—Soy su esposo.

—Jmin ¿te doy miedo?

—No.

Yoongi le causaba varias emociones pero no sabía identificarlas, pero de algo estaba seguro, es que no lo odiaba.

—¿te doy asco?

—No.

Le miro a los ojos y él chico sonrió débilmente. Sabía que no mentía pero esa sonrisa era de conformidad y no de felicidad, le dolió ver eso. Aunque era lógico.  Jimin tenía una vida y fue obligado a dejarla debido a ese matrimonio arreglado.

Esa noche lo dejo descansar. Sin embargo cuando se disponía a ir, Jimin lo detuvo de la mano.

—¿Qué pasa?

—Miedo... solo...

El chico solo contaba con Yoongi en Corea, se había acostumbrado a él y a su presencia, se sentía bastante solo y triste cuando no estaba a  su lado. Yoongi se quedó con él, por primera vez en semanas, durmieron abrazados, necesitados, en bastante paz entre ellos.