Matrimonio Comprado || 𝒴𝑜𝑜𝓃𝑀𝒾𝓃

Capítulo 13: Familia

—Quisiera llevármelos a Corea conmigo—dijo Jimin poniéndose la pijama mientras Yoongi yacía acostado.— Están muy felices por todo lo que les has dado.

—Sabes que llevártelos sería imposible, los dos niños tienen apellidos diferentes.

—Lo sé—suspiró sentándose a su lado.—Maldigo la hora en que mamá decidió ponerles el apellido de sus padres cobardes. Por eso no busque ayuda del gobierno, nos iban a separar por no ser legalmente hermanos.

—Hiciste lo correcto Jimin—lo abrazó. —Cada decisión tomada por ellos fue la correcta.

—La mejor de todas mis opciones está aquí, abrazándome como si su vida dependiera de ello.

—Depende de ello, Jimin, eres mi mundo.

—Somos tu mundo— lo corrigió feliz.— A partir de ahora seremos una familia.

—Así será.

(...)

—Se que estas feliz Jimin, pero hay que apurarnos nos iremos pasado mañana—. Dijo Yoongi terminando de separarlo de su rostro.

—¡Sí si! Tengo que hacer las maletas y ¡tengo que comprar regalos! ¿Podemos ir? Por favor~

—Podemos ir—. Río.

—Entonces vamos ¡No hay que perder tiempo!

—Pero Jimin. El desayuno...

—Compremos algo en el camino, ¡vamos!

Jimin salió corriendo hacia la habitación para comenzar a arreglarse, Yoongi tomó su café y se levantó dispuesto a seguirlo.

—No tiren la comida, desayunen ustedes—. Les ordeno a sus empleadas las cuales sonrieron felices.

Jimin miraba emocionado todas las tiendas, no tenía ni idea cuáles tenía que comprar, quería llevarles todos los juguetes que pudiera a sus hermanos, pero Yoongi le había dicho que eso sería imposible, y que tomara las cosas con calma, pero no podía dejar de sentir tanta emoción.

Caminando por los pasillos, Yoongi le comentó que tenía que responder a una llamada de la oficina y le indicó que se adelantara a entrar en la tienda. Jimin se distrajo con otra tienda a la cual no tenían planeado entrar, los colores rosas y azul pastel le causaron demasiada ternura que le fue inevitable entrar. Solo compro algo rápido, y regreso hacia Yoongi justo cuando esté terminaba la llamada.

—Creí que habías entrado...—

—Decidí esperarte ¿Qué tal si agotaba el dinero de mi tarjeta y necesitaba la tuya? No podía permitir eso.

Yoongi solo río  y lo acompaño. Cuando regresaron a casa, ya era demasiado tarde, se dedicaron a hacer las maletas que llevarían el día de mañana. Jimin le había montado por la gran felicidad que le había hecho ese regalo, ocasionado que Yoongi quisiera regalarle más viajes seguidos.

La mañana siguiente, Yoongi despertó deleitándose con el cuerpo desnudó de su esposo a punto de entrar a la ducha.

—¿Hoy no hay besos de buenos días?

—Tendrás que venir por él si te apetece.

El agua de la regadera recorría su cuerpo, apenas iba a acostumbrarse a su temperatura cuando unos fuertes brazos lo rodearon.

—Te estaba esperando—murmuró sonriendo.

—Aquí estoy.

Jimin se giró para verlo de frente, ahí comenzó a besarlo. Últimamente andaba muy caliente. Gimió al sentir lo frío de la pared, sonrió cuando Yoongi comenzó a succionar la blanca piel de su cuello.

La fricción fue más fácil  y placentera debido al agua que caía sobre ellos. Jimin no dejaba de besar a su esposo mientras este lo penetraba, sus gemidos eran tragados por su boca, a Jimin le encantaban los hombros anchos y la suave espalda de Yoongi, la acaricia y rasguñaba una y otra vez.

Jimin salió envuelto en su típica bata de baño, con una gran sonrisa en su rostro, Yoongi por su lado solo se envolvió la cintura con una toalla.

—Me encantas—. Comentó apoyándose en el marco de la puerta.

—Lo sé, por que también me gustas tu.

—Hagámoslo una vez más—. Camino hacia él sosteniendo su cintura.

—No ¿Acaso no te bastó ahí adentro?

—Nunca me cansare de ti.

—Min Yoongi....

—¿Que? No negaré que eso estuvo muy caliente y me excito aún más que la vez del auto.

—Oh, cállate—golpeó su hombro y se alejó de él.—Tengo un regalo para ti.

—¿Para mi?

—Sí, no pude dártelo ese día por la emoción de los boletos de avión pero, fue lo mejor, conseguí un estímulo mejor.

—¿Estimuló? ¿De que hablas?

Jimin entró a su armario, tardó un par de minutos antes de salir con una pequeña caja blanca.

—Tengo miedo, no se como te lo vayas a tomar.

—Todo lo que venga de ti lo amaré.

—Eso espero—. Suspiró entregándole la pequeña caja.

El corazón de Jimin se quería salir de su lugar, estaba emocionado al principio pero luego el miedo de ser rechazado lo invadió por completo.

Yoongi abrió la caja, no supo reaccionar, no lograba ligar los cables en su cerebro.

—¿Enserio? ¿Cómo lo...? ¿Cuánto tiempo...?

—Seis semanas....—se mordió el labio.

Seis semanas. Yoongi hizo cuentas, hace seis semanas fue cuando Jimin se entregó a él en cuerpo y alma, jamás olvidaría ese día.

Lo abrazó como nunca antes, lo lleno de besos y al final volvieron a entregarse cuerpo a cuerpo, Jimin no necesitaba palabras para saber lo que Yoongi pensaba.

(...)

El matrimonio estaba tomando de la mano, todos los empleados estaban en el comedor, era tan grande que todos cabían perfectamente, catorce personas en realidad. TaeHyung y Jungkook estaban ahí como amigos de Jimin, y por supuesto también estaba Jin, quien fue de gran ayuda para ellos.

Las cocineras terminaron de colocar la comida en la mesa y después tomaron asiento, Justo como Yoongi había ordenado.

—¿Ya nos van a decir a que viene todo esto? —preguntó Taehyung. —Me estoy poniendo nervioso.

—Sí, hay algo muy importante que queremos decirles—miro a su esposo.— Jimin y yo comenzaremos a formar una familia. Jimin...

Todos estaban confundidos, Jimin sacó sus manos que estaban en su espalda, sosteniendo un pequeño babero blanco con la frase "I love my daddy". Las felicitaciones comenzaron a llegar.

Taehyung fue el primero que corrió a abrazar al Chino, y como no lo soltaba, Jin y Jungkook se acercaron a abrazar a Yoongi.

—Queríamos compartirles la noticia a ustedes primero, estuvimos esperando el momento indicado, Jimin requiere de muchos cuidados y, ustedes serán los encargados de brindarle todo lo que él desee, en especial los antojos de embarazo—decía Yoongi a los empleados. —Todo lo que el señor Min Jimin pida se le tiene que dar.

Jimin tenía cuatro meses de embarazo, lo habían ocultado por miedo a que fuera demasiado pronto o en otras circunstancias, que el bebé no terminara de desarrollarse. Pero ahora estaba bien, el doctor les había dicho que no había ningún problema y parecía completamente sano.

Su vida comienza a ser feliz, y no iba a perder esa felicidad.