CAPITULO 2

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Adonay

—Mierda...

Maldije a darme cuenta de la hora, se suponía que ya debía de estar en Toledo pero me había quedado dormido y no había puesto alarma por que inútilmente crei que podía despertar por mi mismo, me levante rápidamente y corrí a mi baño para darme una ducha rápida.

10 minutos después ya estaba cambiado y agarrando mis cosas con prisa para después salir corriendo de mi casa hacia mi auto.

Solo esperaba que Sergio no se enojara conmigo y me diera un discurso por mi irresponsabilidad y mi falta de puntualidad. Me subí a mi auto y conduje de manera rápida por la calle.

En Toledo 

Estacione mi auto enfrente de la gran casa abandonada y camine hasta la entrada, abri la puerta y esta hizo un chirrido raro típico de las película cutres de terror.

Entre a la casa y subi hasta las escaleras siguiendo la voz de Sergio, llegue a un tipo de salón de clases que parecía improvisado pero seguramente mi amigo había armado por días con cada detalle perfeccionado.

Lo mire escribiendo en la pizzara que estaba detrás de el.

—¿Cinco meses? ¿Que estamos locos?—Escuche la voz de aquel hombre y me cruce de brazos—

Yo ya sabía el plan, Sergio ya me lo había explicado antes en mi departamento por lo cual ya sabía que debíamos de pasar 5 meses entrenando y enseñarles a los demás el plan para que todo saliera perfecto y ningún fallo se cometiera, también me había explicado sobre cada una de las personas que estarían involucradas en esta mierda.

—...Bien, de momento no os conocéis y quiero que siga siendo asi—Sergo miro a todos y camino hacia el pizarrón que estaba a sus espaldas—No quiero nada de nombres, nada de preguntas personales y por supuesto nada de relaciones personales, nada

Remarco la última palabra y yo mire como varios se burlaban de lo último que había dicho Sérgio y yo la verdad entendía por qué había puesto la última regla.

Cuando cometimos el atraco a la joyería de E.U yo ignore la regla de "no relaciones personales" y me permiti acercarme de más a uno de los chicos que estaba con nosotros en el atraco y todo naturalmente salió mal, muy muy mal.

—Ahora necesito que cada uno elija un nombre, algo sencillo, puede ser números, planetas, ciudades...

—Osea rollo tipo "Señor dieciséis y señorita diecisiete"

Solté una pequeña risa, ante el comentario de ese chico. Aún me encontraba en la parte más escondida del lugar, era interesante ser espectador de cómo Sérgio parecía perder la paciencia poco a poco.

—Yo no voy a ser Urano así que te olvidas, tiene mala rima—Negué divertido ante eso y solo tenía una pregunta en mi mente—

«¿De dónde había sacado Sérgio a esta gente?»

—¡Cuidades! Van a ser ciudades—Dijo Sérgio un poco arto lo cual me causaba mucha risa, no había conocido a alguien que alterará sus nervios como yo lo hacia—

Y así fue como todos terminaron con nombre de ciudades, yo había escogido el nombre de Omán.

Sérgio me había contado previamente de cada uno de los que estaban involucrados en el plan y ahora con los nombres clave que habíamos escojido se me hacía más fácil identicarlos, claramente a mi manera.

Tokio, la puta loca que manejaba las armas con maestria y con la que podía hacer alianza en caso de que el plan saliera mal y nos tuviéramos que defender de los policías.

Personalmente no me daba muy buena espina.

Denver, una bomba de tiempo que en cualquier momento podía explotarnos en la cara, drogas, alcohol y peleas en los clubes que terminaban con sus victimas en el hospital, era lo que mejor definía a este chico y tenía bastantes huevos, eso nos servía bastante.

Estaba bastante bueno he de decir.

Moscú, minería y excavación, nos serviría al momento de crear el túnel para poder escapar y manejaba cualquier herramienta industrial.

Realmente se veía buena persona.

Río, un niño, un jodido niño. Al principio no estaba deacuerdo en incluirlo en el plan, era muy joven pero Sergio me habló y convencio al contarme que era un puto genio de la computación.

Estaba sonriendo y parecía que la situación le daba gracia.

Oh. Al parecer Tokio ya le hecho el ojo al pequeño Río.

Alce una ceja al ver qué el chico le sonreía de vuelta y que al parecer ya tenemos a los primeros rompe reglas del grupo e íbamos a tener una parejita, tendría que vigilarlos para que no se cargarán el plan.

Nairobi, una falsificadora experta con la que tendría que trabajar mano a mano, ambos nos encargaríamos de que todo estuviera correcto a la hora de estar produciendo billetes.

Es posible que esté loca, como todos los que estamos aquí.

Oslo y Helsinki, en toda guerra se necesitan soldados y en esta no pueden faltar, por lo mismo ambos gemelos serían los indicados para este trabajo.

Lo que me había contado el profesor era que ambos eran muy callados y reservados, en especial Oslo.

Y por último el jefe, el que estaría a cargo de toda esta locura.

Berlín, un experto en robos y a quien todos teníamos que rendirle cuentas, sospechaba que algo tenía que tener con Sergio por como ambos se miraban con complicidad, a pesar de ser disimulados yo era muy buen observador y podía notarlo muy bien.

Se miraba elegante, serio y me llamaba la atención como se miraba tan confiado. Interesante.

—...La opinión pública es muy importante si queremos que esto salga bien, vamos a ser los puñeteros héroes de toda esta gente pero mucho cuidado ya que como haya una sola víctima pasaremos de ser unos Robin Hoods a convertimos en simplemente unos hijos de puta.

Asentí aunque nadie pudiera verlo, el trabajo limpio era lo que siempre había caracterizado a Sérgio y era algo que me gustaba de el, no era un puto loco que se metía a robar y mataba a diestra y siniestra. Todo estaba calculado y si seguíamos todo al pie de la letra esto no podía salir mal.

—Profesor—La voz de Tokio me saco de mis pensamientos—¿Que vamos a robar?

Y ahí es cuando entro yo, a hacer mi entrada épica. Si, no solo a Sérgio le gusta ser teatral.

—La jodida Fábrica Nacional de Moneda y Timbre cariño, eso vamos a robar

Salí de mi escondite y me coloque al lado de la maqueta de papel que estaba a mi lado. Todos me miraron confundidos sin saber quién era yo, yo sabía de ellos pero ellos de mi no.

—¿Y tú quien eres?—Mire a Denver quién era quién había hecho aquella pregunta—

—Yo soy Omán, falsificador calificado y experto en armas de fuego. Con un historial de cinco robos a las joyerías más grandes de Estados Unidos.

Mencioné y ante mirada le todos camine hasta llegar a dónde estaba Sérgio.








Hi amores ✨
Por fin actualice esta historiaaaa! Yeii!
Espero que el capítulo les guste, recuerden votar, comentar y seguirmeeee! ❤️

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🌈TODO EL LOVE PARA USTEDES🌈

𝙾𝙼𝙰́𝙽 | 𝐋𝐂𝐃𝐏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora