Deseo Intenso

Capítulo 3: Combinación De Ira Y Dulzura

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Kageyama, quien estaba furioso por las palabras de Hinata, sujetó el rostro del pelinaranja con ambas manos y enredando sus dedos en el cabello del contrario, lo besó.

A pesar de lo enojado que estaba con Hinata al expresarse de esa manera, nunca dejó de ser gentil.

/////(A partir de este punto narra Hinata)/////

Recuerdo muy bien ese beso. Fue tan suave, dulce y la vez tan brusco...

Pensé : ¿Qué es esto?... Se siente tan bien... Quiero más... 

Kageyama tocó mi mentón, como si me dijera que abriera la boca. Tenía miedo pero lo hice.

Lentamente introdujo su lengua dentro de mi boca, mientras succionaba apasionadamente mi saliva como si fuera algún tipo de elixir.

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"... Tan bueno..."  pensó Hinata
"Maldición... Si no me detengo ahora..."  pensó Kageyama

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Estábamos tan cerca el uno del otro, que sentí inmediatamente un bulto que chocaba contra mi cuerpo. Era la erección de Kageyama, pero no solo él, yo también lo estaba.

Kageyama me susurró al oído : 

—... perdóname ...

Me arrojó al suelo con fuerza, él había perdido el sentido común por tanta excitación acumulada. ¿Cuánto tiempo llevaba estando reprimiéndose?

Introdujo su mano por debajo de mi camisa y toco mi pecho, mientras succionaba una parte de mi cuello con su boca. Cuando terminó, sentí como comenzaba a lamerme hasta subir a mi oreja. Su lengua estaba tan caliente al igual que su respiración.

Nunca había visto ese lado de Kageyama, me asusté.

Al fin reaccioné, mis lagrimas estaban a punto de salir, y grité :
—KAGEYAMA... POR FAVOR... ¡NO!

Inmediatamente Kageyama se detuvo y me dijo:
—Nunca haría algo que no quisieras por muy excitado o enojado que esté. Perdón por asustarte.

Se levantó del suelo con la cabeza agachada como si fuera un cachorro al que acaban de regañar y dijo:

—Tomaré prestado el baño por un momento y luego me iré.

Fue lo último que escuché de su boca, tomó su mochila y salió de mi habitación.

Todo pasó tan rápido, Tenía tantas preguntas en mi mente: ¿A caso Kageyama es alguien homosexual? ¿Yo hice que Kageyama se excitara tanto? ¿Cómo fue que lo provoqué? ¿A mi también me gustó que me besara y me tocara?

—.... ¡No! Esto solo debe ser un mal entendido, Seguramente Kageyama estaba bromeando por el comentario que hice, fui muy desconsiderado, no debo juzgar a las personas sin importar su orientación sexual. Bien aprendí mi lección, ahora solo borraré este momento de mi mente y todo volverá a la normalidad. Me cambiaré de ropa y....

Esa vez, al verme al espejo me lleve una gran sorpresa:

—¿¡ES ESTO UN CHUPETÓN!?

Fue la primera vez que me sucedía algo como eso, estaba totalmente confundido.

***

Luego de lo que pasó esa mañana, pensé que nada más incómodo podría suceder, pero no fue así, mi vida comenzó a cambiar desde el momento en que me dejé llevar por ese beso.

Durante la práctica del club por la tarde, Kageyama ni siquiera me miró a los ojos. Me evitaba y no hablaba con nadie.

Estaba preocupado, pensé :
"¿Qué tal si sigue enojado conmigo? O ¿Será que fui yo el raro por dejar que me besara?"

Cuando todos salieron del gimnasio y solo estábamos él y yo, me acerqué y le dije:

—Hay que olvidar lo de esta mañana y seguir como si nada hubiera pasado.

Pero Kageyama me miró a los ojos y respondió con un tono frío:

—No colocaré más el balón para ti.

Me quedé inmóvil de lo sorprendido que estaba. Y con un tono de preocupación trate de persuadirlo:

—¿Cómo qué vas a dejar de hacerlo?
No es justo, ya te pedí perdón ¿no es así? De verdad me arrepiento mucho de mis palabras y mis acciones. No me hagas esto por favor... 

—No te estoy preguntando si te parece o no. No estoy dispuesto a estar en el mismo equipo con un estúpido que dice palabras tan hirientes. 

Muy enojado, le grité: —¿¡POR QUÉ TE AFECTA TANTO LO QUE DIJE!? NO ES COMO SI TU FUERAS ALGUIEN ASÍ ¿¡O SI!?

...

—Voy a refrescar tu memoria, dijiste "Es ridículo que un hombre haga con otro hombre lo que podría hacer con una mujer" Pero según recuerdo, disfrutaste cuando nos besamos y cuando te toqué esta mañana —dijo Kageyama.

Él sonrió de manera arrogante, se acercó a mi y me susurró al oído:
—Somos igual de ridículos, ¿verdad, Hinata? 

No pude decir nada, solo me sonrojé, estaba a punto de llorar por la impotencia.

Kageyama se dio la vuelta, estaba a punto de irse cuando sin pensar le hice una propuesta:

—¿No querrás irte del equipo si dejo que me beses una vez más? 
...