⚫ Negro ⚫

9 0 0
                                    


—Necesitamos un tiempo —escuché desde la otra línea. Las lágrimas comenzaron a brotar por mis ojos, pero no dejé que mi voz se rompa—. Es por nuestro bien, y... Por el mío.

—Bien—dije sin más, tratando de sonar lo más seria posible—. Lamento todo el daño causado y lo entiendo. Así que... Supongo que, adiós—me despedí.

Un suspiro resonó del otro lado.

—Adiós.

Y la línea se cortó. Mis ojos comenzaron a inundarse, cayendo así, las lágrimas por mis pómulos. Miré a mi prima, quién en esos momentos se encontraba expectante de toda la situación.

—Terminaron, ¿cierto?

Sorbí mi nariz, clavando mi vista en dirección a la suya. Y llena de sinceridad le dije:

—Creo que en unos días, sí.

Ante mis palabras, lo único que pude hacer fue llorar. ¿Por qué?, esto no debería estar pasando, el que un chico provoque tales emociones en mí, esto está mal.

—¿Y ahora?—preguntó ella apenada.

No contesté, solo sollozos se escuchaban en mi cuarto. Me lancé a los brazos de mi acompañante, destrozada por algo que yo misma había causado. Y sin darme cuenta comencé a sentirme tan estúpida, tan inútil, tan incapaz, tan... Incompleta.

[...]

La noche caía, sugar de Brockhampton sonaba en aquella oscura habitación. Me hallaba en cama, tapada hasta la nariz soltando maldiciones hasta más no poder. Mi cabeza daba vueltas por todos lados, rebobinando una y mil veces la misma escena.

—¿Qué es esto Erika?

—Es, sólo una broma, no es nada.

—Tenés una maldita foto de un pene en tu celular, ¿qué mierda es esto?

—No es de nadie... E-es sólo que, mi amigo gay suele compartirme este tipo de fotos y-

—¿QUÉ?, ¿CON QUÉ INTENCIÓN?

—NADA, NADA, sólo son cosas de nosotros, ¿si?

—Ya veo—soltaste molesto y entonces, tomaste tu mochila—. Tengo que irme.

Un pequeño llanto se ocultó en mi almohada, traté de acallar mis gritos para no despertar a nadie. Cerré mis ojos con fuerza, recordando tu rostro enfurecido y a la vez desilusionado, no podía, me golpee mentalmente por decir aquellas estupideces sin sentido.

¡No!, por favor, no—intenté sostenerte entre mis brazos, no quería que te fueras—. Te lo pido, te lo ruego, por favor, no te vayas.

Erika, dejame.

—Martín, por favor—puse más fuerza en mi abrazo—. Amor, no. Te amo, te amo, te amo.

—Basta Erika.

No quería seguir recordandolo, me dolía. Me lastimaba, ¿cómo pude ser tan horrible?. Me odio, y Dios, Martín, no te das una idea de cuánto me odio en estos momentos. Perdí lo que más adoraba por algo tan ridículo.

[...]

Los demás días fueron la misma tortura, no salía de mi cuarto. Pretendí estar enferma, con tal de no escuchar preguntas y cuestionarios. Intenté comer de a poco para no preocupar a mis padres, no quería más problemas.

Las noches se hacían pesadas. Tus mensajes ya no llegaban. Extrañaba nuestras llamadas de horas, nuestros "te amo", nuestras risas por cualquier cosa sin sentido, extrañaba todo.

Traté de no pensar en vos, en lo que había sucedido, pero cada vez era peor, terminaba por desahogarme en mi almohada, gritando y sollozando hasta quedarme dormida. Esperando a que esto fuese una tonta mentira.

Entre tantas noches, pensé que en alguna, volverías pronto, que estaríamos juntos y olvidaríamos todo.
Pensé en aquellos sutiles y hermosos momentos en los que empezábamos a conocernos. Ambos queríamos cosas distintas, ambos teníamos diferentes puntos de vista, ambos eramos tan únicos y especiales. Contrastábamos tanto, que nadie se creería lo bien que nos hacíamos.

Nos veíamos con amor, llenos de esperanzas, de confianza y tanto cariño por dar. Veía tantas cosas esplendidas que nunca creí que podía llegar a descubrir. Veía todo tan bonito, como si mi mundo tan seco y acabado, comenzara a brillar de un precioso color de rosa.

Pero ahora... Ahora sólo veo el negro escenario colmado de tristeza. Arropando mis emociones en una delicada cama hecha de hilos de penas. Mi ilusiones atrapadas en un baúl y mi corazón encerrado en una jaula sin salida.

Esto no es lo que me imaginé en algún momento. No es lo que veía en un "futuro" Para nosotros. No es nada de lo que quería.

Opuesta A TiWhere stories live. Discover now