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Jackson pidió su segundo trago al mismo tiempo que la canción que sonaba en el bar terminaba para darle lugar a la siguiente. Ni siquiera sabía que hacía aún sentado en esa barra, tampoco tenía espacio en su mente para ponerse a pensar eso.
Hacía solo una semana que había terminado con su pareja, pero verla todos los días en el trabajo estaba haciendo que su duelo sea lento y doloroso. Y aunque todas las mañanas se propusiera tener un buen día, siempre terminaba de la misma forma: sentado en aquel bar por horas sin hacer nada más que beber. No es que no quisiera hacer algo diferente, pero sentía que su cuerpo no obedecía las ordenes que enviaba su cerebro, solo se movía por inercia hasta llegar a aquella butaca en donde se dedicaba a ahogar sus pensamientos con alcohol.

- ¿Este lugar está ocupado? —preguntó alguien obligando a Jackson a salir de sus pensamientos. Se mantuvó en silencio durante unos segundos, como si no hubiera entendido la pregunta, hasta que la chica frente a él movió la cabeza para señalar el asiento continuo al suyo que estaba ocupado por su abrigo. Asintió antes de quitarlo para que ella lo ocupara.— Joe, te pido un café.

- Un café entonces. —respondió el propietario mientras dejaba sobre la barra el pedido de Jackson.— esto es para ti, la bebida de los corazones rotos.

- Gracias. —contestó el moreno con una leve sonrisa.— realmente espero que funcione.

- ¿La bebida de los corazones rotos? Es solo un black russian. —acotó con cierta ironia la pelirroja sentada junto a él.—

- Lo dice la que se ha pedido un café. —respondió Avery con la vista fija hacia adelante.— ¿Eres experta en el tema que crees saber tanto?

- ¿En los corazones rotos o en los cócteles? Soy experta en ambas.

- ¿Qué me recomiendas entonces? —preguntó girando hacia ella para observarla con atención.

- ¿Para un corazón roto? Un bronx. —guiñó un ojo en su dirección antes de soltar una ligera risa.— Joe es el mejor haciendolos, te volará la cabeza.

- ¿No estarás exagerando? —Jackson observó a la contraria con una sonrisa en su rostro, ella le destinó una mirada hasta llevar ambas manos a cada lado de su cabeza para simular una explosión y dibujar una o en sus labios antes de volver a reír.— lo tendré en cuenta para la proxima vez.

- Tu café, como siempre. —interrumpió Joe apoyando la pequeña taza roja sobre la barra.

- ¿Es verdad que eres el mejor preparando...? —Jackson hizo una pausa intentando recordar el trago que le había mencionado.

- Bronx.

- ¿Tú le dijiste eso, April? —preguntó el muchacho luego de que la pelirroja terminará la frase.— es imposible saber si soy el mejor, pero soy bastante decente para hacerlo.

- Quiero dos entonces. —comentó Avery. Siguió el intercambio de miradas entre el dueño del lugar y April antes de volver a hablar.— ¿Sucede algo?

- No bebo alcohol. —explicó April restandole importancia al asunto.

- ¿Ni siquiera una copa?

- No puedo. —aclaró luego de darle un sorbo a su café.— pero no te quedes sin la oportunidad de probar un buen bronx. Trae uno, Joe.

- A sus ordenes.

Ambos vieron alejarse a Joe hacia la zona en donde se encontraban todos los vasos y botellas de diferentes colores. Se quedaron totalmente en silencio, era ruido suficiente con las charlas ajenas, el tintineo de copas, la campanilla de la puerta que anunciaba cuando alguien entraba y el baile que se estaba dando dentro del vaso de Jackson que, inconscientemente, movía los hielos dentro del recipiente vidriado.

I knew you were trouble. | JAPRILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora