8.

409 38 11
                                    

- ¿Te quiere a ti como niñera? —cuestionó Jo abriendo exageradamente los ojos.— tú odias a los niños.

- ¿Qué? No... no los odio, no simpatizo con ellos. —explicó April.— no lo sé, quiero tener un empleo.

- Pero no puedes tener un empleo que odies.

- Excepto que tengas una buena paga. —agregó Amy mirando a sus dos amigas.

- Es lo mismo que nada. 

- ¿Cuánto crees que pueden pagarle a una niñera? —le preguntó April a Amelia, ignorando el comentario de Jo.

- No lo sé, no conozco ningún niñero. 

- April. —Wilson llamó la atención de la pelirroja que la miro.— nunca estuviste con niños a solas, no sabes si eres buena con eso.

- Es hermana mayor. —recordó Amy.

- ¿Y que tal fuiste con tus hermanas?

- No lo sé, jamás las cuidé... de eso se encargaban mis padres. —respondió April sabiendo que no era la respuesta que su mejor amiga quería escuchar.

- Entonces estas muerta, el mejor entrenamiento para una niñera comienza con sus hermanos menores. 

- Eso es. —comentó Amy subiendo el tono de voz, logrando que sus amigas se sobresalten.— tienes que entrenarte, es todo.

- Oh, claro... ya mismo te anoto en un curso de niñeros. —dijo irónicamente Jo.

- No necesitas anotarte. —continuó Shepherd sin quitar la sonrisa de su rostro.— tengo dos sobrinos geniales, a los que cuido frecuentemente. Lo único que tienes que hacer, April, es acompañarme y cuidarlos tú.

- No, no. Eso es una idea...

- ¡Una idea fantástica! —contestó April interrumpiendo a Jo.— amo tu mente, podría besarla.

- Llamaré a Derek para preguntarle cuando necesita que cuide a Zola y a Bailey. —Amelia se mostraba emocionada ante su idea, contagiando de esa emoción a April que asentía a todo con una sonrisa en el rostro.— puedes venir conmigo y rodearte de unos hermosos niños por un par de horas. 

- Genial. —continuó Kepner con felicidad.— muchas gracias, Amelia, no sabes lo que esto significa para mi. 

- ¿Puedo opinar algo de todo esto? —Jo interrumpió a sus amigas y no esperó una respuesta a su pregunta para continuar hablando.— April, esto puede no salir como esperas, pero eso no significa que tú seas mala. Ser niñera puede ser algo complicado, algunos niños son malos, otros muy revoltosos, otros...

- Jo, tranquila, sé que...

- No he terminado. —siguió Jo.— quizás ser niñera no es lo tuyo, no quiero que te desanimes por eso. Tú eres genial, si no quedas en esto, podrás conseguir otra cosa. Solo quiero que me prometas que no te desanimaras si esto sale mal.

- Jo. —la pelirroja estiró la mano para acortar el espacio que la separaba de su amiga y así tomar su mano.— sé que tienes miedo, yo también, pero te prometo por mi... —guio su mano libre hasta llegar a la piel de su cuello, abrió sus ojos alertada al no sentir nada sobre esto.— Oh, no... no tengo mi cadena.

- ¿Cadena? —preguntó confundida Amelia.

-  La cadena que me regalaron mis abuelos cuando era pequeña. —April se levantó deprisa buscando a su alrededor.— no puedo perderla, es importante para mi. 

- Tranquila, debe estar por aquí. —Wilson se puso de pie también.— yo revisaré aquí, Amy el baño y tú la habitación. 

Tardaron un largo rato en recorrer cada rincón del apartamento, mover todos los cojines y mirar por debajo de los muebles, hicieron todo lo posible por encontrar el amuleto que April llevaba con ella desde que era una niña, pero fue una misión imposible. 

I knew you were trouble. | JAPRILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora