Capitulo 4

12 4 3
                                    

El sonido de mi celular taladró mis oídos mientras la claridad entraba por la ventana, mí mano voló hacia la mesa de noche buscándolo a tientas, no entendía quien pudiera llamar, no le interesaba a nadie ni había conocido gente nueva todavía.

Acerqué medio dormida el teléfono a mi oreja.

-Hola!- una voz que arrastraba las palabras de oía del otro lado de línea.

-Si?, Quién eres?.

-Hola ,soy Min, la secretaria del rector me pidió que te llamara para darte la dirección del colegio, debes venir y traer tus documentos, para poder empezar cuanto antes las clases.

-Espera!... qué?- dije levantándome de la cama y clavando mi vista en el piso

-Como es que hablas mi idioma?

-Ja,ja, por eso me lo han encargado, tienes para anotar?.

Pronto salté de la cama en busca de papel y lápiz, anoté los datos que me decía al teléfono sin entender mucho, pero si quería comenzar una nueva vida aquí debía de hacerlo y hacerlo bien.

-Ok,ya hice mi trabajo, que tengas buen día- oí el click del otro lado, el infeliz había cortado sin darme tiempo ni siquiera de agradecerle, aunque se notaba a leguas que era una molestia para él haber hecho este recado.

Caminé hacia el baño masticando el fastidio que el desconocido había dejado en mi, me alisté rápidamente y cuando la imagen que el espejo me devolvía me pareció correcta salí, tomé mi mochila, las llaves, puse mi teléfono en mi bolsillo y me dispuse a salir. Mientras bajaba en el elevador llamé a Jeon para que me llevara dónde había apuntado para así también entretener mi mente de la maldita sensación de vacío que me daba el viajecito por el ascensor ,una vez abajo

Esperé a Jeon junto a la acera, mirando a mi alrededor, realmente estaba en una zona casi residencial donde yo y mis ropas no encajaban, las miradas de los que pasaban caminando me lo afirmaban, pronto vi girar por la esquina el mismo auto en que me habían traído ayer.

-Buenas días señorita!- saludo Jeon con una reverencia.

-Buenos días para ti también, y ya te dije que me digas Angie!- dije con una sonrisa, parecería estúpido pero Jeon daba la impresión de que se alegraba de verme y eso era algo nuevo.

Subí al auto y acomodé mi mochila sobre mis piernas mientras le decía la dirección donde debía ir y como siempre tuve que hablar de más.

-A propósito, Jeon, ha pasado algo hoy? Se te ve de muy buen humor!-

-Oh!, Disculpe si la incomodé señorita Angie-dijo con una sonrisa enorme mirándome desde el espejo retrovisor- es que por primera vez desde que trabajo en la compañía me toca ser chófer de alguien acorde a mi edad - dijo de manera avergonzada, la manera en la que su voz y su mirada iban bajando a medida que lo decía me dió ternura.

-Pues, me alegro yo también, algo me dice que he conseguido un amigo y quizá un compañero de copas también- dije dándole un guiño-luego ya me mostrarás la noche de Seúl.

Asintió de manera leve mientras el auto comenzó a moverse lentamente, pasando calle tras calle, una más bonita que la otra, con bellos árboles, parques y negocios llamativos que invitaban a visitarlos, miraba por la ventana prometiéndome que me daría el tiempo de recorrerlos.

Veinte minutos después me encontraba parada frente a una enorme mole de ladrillos a la vista, con varios pisos y caminos de grama negra que llevaban a diferentes puertas. Miraba los carteles tratando de encontrar la rectoría o secretaria para entregar mi legajo, pero no entendía nada, tarde caí en la cuenta de que Jeon podría haberme ayudado.

Lo imposible.Where stories live. Discover now