The Flower That Never Withered

Las raíces de un viejo dolor

10 de abril 2007

Pasado.

10:30am.

No todo en este mundo es duradero ¿no es así? no todo es alegría, no todo es tristeza, todo está en una pequeña balanza invisible para que nosotros los humanos, podamos sobrellevar aquellos momentos trágicos que por ende, nos encontramos a mitad, comienzo e incluso en el final de nuestros caminos, para poder sobrellevar el sofocante dolor con recuerdos felices, pero ¿Qué sucede si carecemos  de  esos pequeños recuerdos felices? ¿Creamos nuevos recuerdos? Si es así ¿Cómo salimos de ese abismo de dolor y sufrimiento para poder crear tales recuerdos? ¿Fingimos ser felices? o ¿nos concentramos e esforzamos para que realmente lo seamos?

Aun no obtengo respuesta para todas esas preguntas que rondan por mi mente, aun no tengo palabras o argumentos válidos  para consolar a mi hermana, aun no logro procesar el hecho de que mama ya no se encuentre nunca más junto a  nosotras, sentirme inútil al no saber cómo reaccionar ante la vida a partir de este momento, supongo que, mi mente aniñada no me deja recapacitar,  ¿Cómo hacerlo?  Cuando mi madre se ha quitado la vida dejándome en el olvido a mí y a mi hermana, dejándonos solas, sin saber cómo sobrevivir en este enorme mundo lleno de engaños y maldad ¿no era que nuestros padres debían ser nuestros héroes? Déjenme aclararles algo, a medida que crecemos ese argumento se vuelve más un espejismo.

Que los héroes no existen.

-¿Alice?- miro a una pequeña Grace que sacude mi brazo- saldremos adelante…lo prometo Ali- sus grandes ojos azulados conteniendo todas esas lágrimas de dolor que no dejaba ir, que por más que en su mirada transmitía tristeza, no la abandonaba ese brillo tan característico de ella, que me transmitía esperanzas, me daba fuerzas para seguir adelante- solo somos nosotras tres…

Negué interrumpiéndola

Ya no más…

-somos solo nosotras dos contra el mundo-suspire viendo la  delicada lapida de mama- solo Alice y solo Grace

Ese fue el comienzo, o quizás mi punto de partida.

13. enero 2019

Actualidad

¿Alguna vez has sentido esa sensación de entumecimiento? ¿No?, es como estar allí, poder ver como las personas a tu alrededor pasan, como el tiempo transcurre, como el cascaron se rompe y nace una nueva vida, estar consiente como el sol pasa a volverse luna, como la primavera se vuelve invierno, los días transcurren convirtiéndose en meses, en años, estar consiente como todo pasa a tu alrededor sin poder ser capaz de ser parte de él, sin poder sentir, sentir que estas en un largo sueño, uno en el que no puedes despertar.

Justo así me siento, un sentimiento un tanto patético la verdad, pero, el único que en estos momentos me acompaña.

La primera vez que me sentí entumecida, fue la primera vez que temía por la oscuridad, fue en donde por primera vez odie tanto a una persona, tanto que desee que muriera en mis manos, desde entonces me he sentido entumecida todos los días de mi vida.

Observo efusivamente de la intravenosa al elegante techo del consultorio cerrando de manera agotadora mis párpados, solo pudiendo escuchar en la lejanía las indicaciones que el doctor Andrew le indica a mi hermana.

Ya son cuatro años desde que fui diagnosticada con una enfermedad llamada FQ Fibrosis Quística, o como yo lo llamo, monstruo roba esperanzas.

¿Qué es la fibrosis quística? O ¿monstruo roba esperanzas? 

Te diré que este monstruo es un trastorno heredado, lo cual puede ser mortal, daña los pulmones atacando en su proceso el sistema digestivo. No obstante este feroz monstruo afecta a las células que producen la mucosa, el sudor y los jugos gástricos, provoca que estos fluidos se  tornen espesos y pegajosos, asqueroso lo sé. Luego ataca los tubos los tractos y los canales respiratorios.

¿Qué sucede con los tratamientos? Bien el tratamiento puede ayudar a mantener a este monstruo dominado por unos días, esta enfermedad no tiene cura.

Bueno, al menos que tengas suerte y llegue hasta a ti un trasplante de pulmones nuevos, que la operación sea totalmente exitosa, es la manera que puedas encontrar la cura,  tienes que seguir yendo al hospital mensualmente para chequeos.

Lo cual es lo que el doctor Andrew le explica a Grace, no obstante, ya que no  soy la única persona con FQ, así que soy la cuarta en la fila de espera por un trasplante.

-¿vez ali?- la entusiasta voz de Grace aclama por mi atención- lo estamos logrando, ya falta poco

Sonrió volviendo mi mirada al techo, así se basaba mi vida, de días así, o de días más oscuros en los que el dolor podía más que yo, dominándome, en los que solo se basaban de análisis o estudios por imágenes.