Capítulo 33

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Cuando pasaron poco más de cinco minutos comencé a desesperarme porque Harry no regresaba. Y me sentí bipolar porque se supone que detesto tenerlo cerca pero detesto aún más no poder darme cuenta de lo que sea que piense hacerme, cierro los ojos y muerdo la punta de mis labios y trató de tranquilizarme porque es incoherente pensar en la posibilidad de que quiera asesinarme, si así fuera lo habría hecho hace bastante y sin problemas en el momento en que me encontró. Cuando jale el nudo de la corbata el chirrido de la puerta me sacudió dándome cuenta que Harry estaba parado en medio con una botella de leche en una de las manos.

—¿Tienes una idea de que tan patética te ves ahí tratando de forcejear? —para mi sorpresa, esta vez esta sin camisa porque supongo que el clima está tan caliente como el... ¿eh? Automáticamente siento como mi propio rostro frunce el ceño por la tremenda estupidez que acabo de pensar, porfavor mejor borra eso. Y justo cuando pensaba que la situación no podría estar peor Harry se sienta en la cama frente a mi mientras mis ojos siguen los movimientos de la cadena plateada que lleva en el cuello para evitar el contacto visual —Este fue lo mejor que encontre — luego señala la botella — abre la boca —dice, y luego agita la botella de leche. En otros momentos me negaría pero no e ingerido un solo bocado desde hace un montón de horas y estoy muriendome de hambre. —no tengo mucha paciencia Lili Ann ¿quieres desayunar o no? —y grita la última palabra.

—Innnsss —se me escapó un suspiro furioso antes de abrir la boca de mala gana. Harry levantó la leche y el pico  de la botella plástica calló en el borde de mi labio inferior, el sabor era una especie de combinación entre leche con miel así que supongo que por eso antes me había preguntando si me gustaba la miel. Mis ojos hacían todo lo posible por tratar de evitar el contacto visual, ser alimentada por Hemmings es una de las cosas más humillantes que jamás pensé pasar alguna vez en mi vida... de pronto hace un movimiento brusco tirando de su brazo hasta que mi cabeza se inclina un poco hacia atrás, Harry entrecierra los ojos con una sonrisa maliciosa. —bas...t..ta ya... —balbuceo con la boca llena y su mano sigue tirando de la botella hacia arriba, cuando siento que la leche se riega por los bordes de mi boca comienzo a pensar que está planeando ahogarme o algo por esos estilos.

—¿Y ahora que? ¿Te estás ahogado? No tenía ni idea que eras inútil incluso para comer  —cuando aleja esa porquería de mi boca siento como mi respiración es un poco más pesada, nisiquiera tengo ganas de responder a su insulto por la incontrolable tos..., pero por arte de magia el picor en la garganta desapareció cuando senti algo frío rozarme el mentón —venga ya, es aburrido cuando digo algo y no esparces tu mala yerba a la defensiva —se ríe mientras las yemas de sus dedos se arrastran hasta tocarme los labios. Supongo que me reiria si no supiera que es un desquiciado.

—Eres de lo más penoso, de verdad—le oigo reírse entre dientes mientras me escucha, y luego esos largos dedos toquetean mi barbilla obligándome a levantar la cabeza. No se como sigo respirando después de tenerlo tan cerca.

—¿Porque me seguiste el día? —de nuevo su voz, inclusive tiene cierta melodía hipnotizante y su humor cambio unos 360° grados. Siendo honesta prefiero el Harry de hace unos segundos: el que "bromea" a esta versión tan aterrador —¿no sabes lo que es meterte en tus propios asuntos? Aún sigo pensando y pensando y no comprendo las razones, no tienes ni una pizca de sentido común aquí. —toquetea mi cabeza— ¿Para qué te sirve la cabeza? ¿para el pelo? Porque esta clarísimo que para pensar y usar el cerebro nada.

—Para el carro y deja de insultarme, ¿soy sincera? Si ¿qué te puedo decir? Tenía curiosidad, veo un tipo como tu caminando hacia las afueras del bosque ¿qué es lo primero que se le ocurriría a alguien? Dudo mucho que yo fuera la primera o última en querer entender todo lo que a estado pasando, porque desde el día uno en que apareciste en mi vida se jodio todo.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora