One Touch (Jennie Y Tu)

Adiós

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Por lo que me había dicho Jimin, ya habían dormido a Jennie. Lo tuvieron que hacer porque al parecer ella no quería hacerlo hasta que yo me despidiera de ella, pero la operación estaba programada a una hora y no podían dejar pasar más tiempo. 

—¿Dónde te has metido? —Me preguntó Lisa molesta, pues ya no vería a Jennie despierta.

—No pude venir antes. —Y era cierto. Mi padre le pidió a Trevor que me llevara al aeropuerto y en un descuido de él, me alejé y vine al hospital. Aunque no sabía cuanto tiempo tenía hasta que Trevor me encontrara. —¿Dónde está? —Pregunté por Jennie.

—Van a llevarla al quirófano en unos minutos. —Me informó, yo solo asentí lentamente.

—Necesito que hagas algo por mí, y no puedes hacer preguntas. —Ella me miró confundida y extrañada pues no tenía ni idea del plan de mi padre y no tenía planeado contárselo, no ahora. —Asegúrate de que le vaya bien a Jennie. Cuídala y si necesita a una amiga está ahí para ella, siempre, incluso cuando pase por su peor momento. —Le dije con dolor, pues sabía que yo sería la causante de dicho dolor.

—No lo entiendo, ____. ¿Porqué me pides esto?

—Sin preguntas ¿recuerdas? —Le dije y ella asintió no muy segura. —Sólo promételo, necesito que me lo prometas.

—De acuerdo. —Contestó aún extrañada. 

—Bien. —Suspiré un poco más aliviada. —Iré a verla.—Sabía que ya estaba dormida pero tenía que verla antes de irme. Verla por última vez.

Vi que estaban a punto de meterla por el pasillo en donde se encontraban los quirófanos. 

—¡Esperen! —Les grité y ellos se detuvieron. Me alegró ver que el padre de Jimin participaría en el operación pues lo vi junto a los demás doctores. —Necesito despedirme, por favor. —Les pedí, ellos me iban a decir que no, pero el padre de Jimin me miró con compasión.

—Tienes cinco minutos. —Me dijo y se llevó a los demás quienes no estaban de acuerdo con ello.

Cogí la mano de Jennie y la apreté levemente.

—Llegó el día, te vas a operar. —Dije con un sentimiento agridulce. —Volverás a ver...aunque no estaré para que me veas a mí. —Intenté no llorar, me prometí no hacerlo. —Te amo tanto y duele tanto dejarte...pero no será para siempre, volveré. Quizás no en una semana ni en unos meses pero lo haré. Y espero que el día en que lo haga no me odies mucho, no creo que pueda soportar que ya no me quieras. —Suspiré. —Ojalá hubiera una manera distinta de hacer esto. Una en la que no nos rompa el corazón en el proceso. 

—_____ —La voz de Trevor resonó en el pasillo. Ya me había encontrado. 

—Te amo, necesito que lo sepas. Necesito que entiendas que lo que hago es por ti. —Dejé un pequeño beso en su frente y me alejé de ella cuando vi como los doctores y enfermeras venían para llevársela al quirófano.

—Está en buenas manos. —Me aseguró el padre de Jimin.

—____ hay que irse, tu vuelo sale en menos de una hora. —Insistió Trevor, sin ganas me giré y caminé hacia los ascensores, no me molesté en esperarlo pues sabía que venía detrás mía para asegurarse de que no intentaba algo parecido como lo de antes.

Durante el trayecto al aeropuerto mi móvil no paró de sonar, entre llamadas y mensajes de las chicas los cuales eran más que nada de confusión al no verme en el hospital pues les dije que estaría allí aunque no fuera así.

—Ha tomado la decisión correcta, señorita. —Me dijo Trevor mientras me ayudaba a bajar las maletas.

—No hables sin saber, Trevor. —Le dije seria. Él no tenía derecho a opinar sobre algo de lo que no sabe, como lo era mi historia con Jennie.

El se mantuvo callado y me siguió hacia dentro del aeropuerto.

—¡_____! —Fruncí el ceño pues aquella no era la voz de Trevor sino la de Jimin. —_____ —Lo vi corriendo hacia mí con una maleta. 

—¿Se puede saber que haces aquí? —Le pregunté, esperé a que su respiración se calmara y me pudiera hablar.

—Me voy contigo. —Dijo seguro.

—¿Estás loco? No te puedes venir conmigo.

—Puedo y lo haré. —Me enseñó el billete de avión. —Mira, no tengo amigos en esta ciudad y la persona que amo me ha echado a patadas de su vida. No quiero quedarme donde no soy bien recibido y bueno, puedo decir que tu y yo nos tolerarnos, por lo que me iré contigo. —Dijo y yo sonreí de lado. Sabía que no admitiría que al final me había cogido cariño al igual que yo a él y que sin saber como, entre los dos se estaba forjando una rara amistad.

—Está bien. Creo que no me queda otra. —Le dije y el sonrió.

—Haré que el tiempo en Londres se te haga más corto. —Aseguró. Ya podía imaginarme la de locuras que me obligaría a hacer. 

—La que me espera. —Murmuré mientras empezaba a caminar junto a él.

Jihyo

—¿No crees que es demasiado el mandar a _____ a otro país con tal de separarla de Jennie? —Le pregunté a mi padre.

La idea de mandar a _____ a Londres era claramente para que ella y Jennie no pudieran estar juntas pero creo que la cosa está yendo muy lejos.

—Haré lo que sea necesario para alejarla de ella. —Respondió él. Estaba de espaldas por lo que no podía verle la cara. —Si algún día ____ se llega a enterar de que tuvimos algo que ver con el accidente de Jennie lo contará a los demás y nuestra familia se verá arruinada. —Aseguró. —Seremos una vergüenza y todo por lo que he luchado no habrá servido para nada.

—Pero estás poniendo tus prioridades antes que la felicidad de tu propia hija. —Le comenté molesta. 

—Sé muy bien lo que estoy haciendo. —Se dio la vuelta para mirarme. —Soy consciente de ello. Ahora no lo entiendes pero cuando pase el tiempo y veas en lo buena cirujana que se convertirá tu hermana, verás que todo el sufrimiento habrá merecido la pena.

"No estoy tan segura de ello, padre."

¡Es el cumpleaños de Jennie!

No me puedo creer de qué ya tenga 25 años (26 en Corea).

Debido a que es su cumpleaños he publicado una nueva historia: Lo que pudimos haber sido.

¡Espero que os guste tanto como esta historia y le deis tanto amor como se le da ha está historia!