Tira los dados una vez más

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La tarde transcurrió para Zino bajo la mirada de todos. Nadie se atrevió a decirle una palabra; pero los susurros llegaron hasta sus oídos: De que quizá el estaba metido un gran lío y que talvez era un acosador al cual Evelynn había llegado a poner en su lugar.

Pero poco o más bien nada le importo esto a Zino. Su mente estaba congelada por el miedo hacia ese contrato. La tarde se esfumó y la noche se hizo presente. Mike había permanecido en el baño todo el día y seguramente había salido corriendo a la hora de salida. Mimi se había reportado enferma y la señorita Kazu se fue casi al mismo tiempo en que Evelynn había abandonado el edificio.

Zino comenzó a tener todo tipo de ideas en que no era posible de que ella fuera matarlo. ¿Debería reportarla a la policía? No, eso sería muy estúpido, además quién creería que una prestigiosa estrella estaba interesada en matarlo.

La noche siguió su camino y las horas fueron corriendo hasta que la oficina quedó en un silencio abrumador. Fue el sonido de su teléfono el cual lo regreso a la realidad.

 Fue el sonido de su teléfono el cual lo regreso a la realidad

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El mensaje fue contundente. Zino se asomo por la ventana y efectivamente el mismo auto deportivo estaba frente al edificio. Un cambio de luces le saludo desde la distancia. Zino, trago saliva ¿Qué estaba pasando?

Al bajar del elevador pudo ver atrávez de la puerta de cristal el vehículo. El vestíbulo estaba vacío. Ni el guardia de seguridad estaba alrededor. Comenzó a caminar; cada paso lo sentía pesado.

Mientras se iba acercando la puerta del copiloto se abrió, pero la oscuridad en el interior no dejaba ver al conductor. Para Zino lo que estaba viviendo era digno de una película de terror. Se introdujo en el deportivo muy despacio. Procuro no voltear la mirada y cerró la puerta con suavidad. De inmediato los neumáticos, movidos por todos esos caballos de fuerza rechinaron, y dejando una nube de humo el vehículo partió a toda velocidad.

Zino, miro por la ventana pero las luces parecían destellos debido a la velocidad a la que se dirigía, volteo su mirada hacia el velocímetro y logro apreciar 187 KPH. ¿Era esa velocidad siquiera legal?

Entonces mientras Zino estaba perdido entre sus pensamientos sintió justo en su pierna izquierda la caricia de aquellas garras doradas y finalmente se atrevió a verla.

-Mi querido Zino, No te preocupes soy toda una experta, además yo no puedo morir -dijo mientras el sonido del motor lo estremecía y el velocímetro marcaba 212KPH.

Zino sintió un yunque en el pecho y trato de agarrarse al asiento tan fuerte como pudo. La velocidad era increíble y su cuerpo se había entumecido. Se percató como una patrulla los había visto pasar y los había ignorado. Para él está mujer estaba loca.

Entonces sintió mas caricias en su pierna izquierda y cuando volteo la mirada los ojos ámbar de Evelynn estaban clavados sobre él, ella ni siquiera estaba viendo el camino: para Zino todo comenzó a transcurrir en cámara lenta y se dio cuenta como los labios de Evelynn dibujaban un beso para él. ¿Cómo era posible? La velocidad era increíble ¿Acaso está sería la forma en la que el debía morir? Sus ideas se esfumaron cuando el auto se detuvo de repente frente al autódromo de la ciudad.

-Muy bien bebé este viaje a terminado, ahora comienza la noche -dijo Evelynn mientras abría la puerta y bajaba del deportivo. Zino no pudo evitar apreciar la tanga color rojo que salía de su pantalón; además a ella tampoco parecía molestarle.

Ambos bajaron del vehículo y Evelynn lo miro si pestañar. Sin decir una palabra Zino se acercó a ella la cual lo tomo del brazo y lo acaricio en el rostro.

-¿Te gustan las carreras? -dijo Evelynn mientras le sonreía y la mirada de Zino se clavaba sobre los colmillos de su Diva.

KDA, Evelynn - Las Delicias de la Oscuridad [Red Label]Where stories live. Discover now