Eraser Daddy. {Terminada}

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T/N

El verano aquí era tan caluroso, mientras estaba fuera de mi habitación no podía usar ropa muy fresca "pirqui ni is cirricti", ah malditos japoneses y su pudor, moría de calor y sólo podía usar ropa fresca en mi habitación cuando dormía.

Ah, últimamente extrañaba las fiestas en casa, extrañaba bailar y pulir el suelo con el trasero.

Llevaba un par de noches poniendo música en mi habitación para hacer mi propia fiesta y bailar como yo quería, aunque la noche pasada me sentí observada.

Era una sensación recurrente pero ya estaba acostumbrada a ella, la verdad no creía que nos espiaran en la escuela.

Hace días que Aisawa Sensei no me hacía preguntas en clase, me ignoraba cuando quería participar y ni siquiera me miraba, eso me lastimaba.

Itentaba recordar si lo había hecho enojar pero no venía a mi mente un momento en el que algo así hubiese podido ocurrir.

Los fines de semana me gustaba pasar la noche fuera de la UA, a los mayores de edad nos dejaban hacerlo, me gustaba salir a divertirme y tomar el aire, ir al cine o a cenar fuera e ir sola no era ningún inconveniente para mí.

Era viernes por la noche e iba saliendo de un restaurante de yakiniku cuando ví a Aizawa Sensei saliendo de una tienda de autoservicio con bolsas de la compra, así que decidí seguirlo para saber si algo andaba mal.

- Sensei! - Grité intentando alcanzarlo pero a pesar de que sabua que me había escuchado, siguió su camino apretando el paso, aún así no me dejaría vencer y seguí corriendo tras él.

Avanzaba realmente rápido pero pude verlo a unas cuadras de distancia.

Se escucharon unos truenos y comenzó a llover de la nada, en pocos segundos mi ropa estaba totalmente empapada, éso no me importó ya que me habría mojado de cualquier modo de camino a la escuela o al hotel más cercano así que continúe siguiéndolo.

Lamentablemente el semáforo en verde me detuvo al querer cruzar la calle y lo perdí, estaba en un barrio desconocido totalmente mojada y sin saber a dónde ir.

No fui audaz, no me fijé hacia donde corría, sólo quería aclarar las cosas con él, sabía que era mi maestro pero precisamente por eso valoraba mucho la interacción tan limitada que teníamos y ahora ni siquiera podía aspirar a ello. Enamorarse de un profesor nunca fue una buena idea.

Comencé a caminar hacia un parque de niños que se veía a la distancia y me senté en un columpio con la respiración agitada por tanto correr.

No sabía si lo que corría por mi rostro eran gotas de lluvia o lágrimas.

Supuse que sólo quedaba esperar a que la lluvia pasara para que alguien saliera de su casa y poder pedirle indicaciones, aunque a esta hora de la noche eso era poco probable, en Japón todos se acostaban temprano, eran las nueve así que era poco probable que alguien saliera y no tenía saldo en mi teléfono, maravilloso.

En algún momento el agua dejó de caer sobre mi aunque aún la veía caer a mi alrededor, miré hacia arriba y vi a alguien sosteniendo un paraguas.

- ¿Sensei?