#12🌕

1.2K 104 17
                                    

Continuó - Mismo Día.

Departamento.

Un suave suspiro, casí un ronroneo, hizo que quisiera sonreír más algo entre sus dientes y colmillos se lo impedía, con fuerza cerró su boca y con ella atrajo un gemido que la hizo abrir los ojos de golpe y notar como aún dormida había estado mordiendo la nuca de Asta, apenada lo soltó.

-B-BakAsta ¿estas bien? -pregunto Noelle-

La risa despreocupada del Beta la hizo relajarse, eso hasta que algo punzante y duró se sintió tras ella, haciendola sonrojar furiosamente.

-¡Yuno! -grito la mujer-

El mencionado dijo un vago y sin sentido "mmm" para seguidamente abrir los ojos, inclinarse y besar al de hebras gris.

-Buenos días -murmuro con desgano-

Asta rio y Noelle fruncio el ceño.

-Creo que ya es de tarde -habló burlón el de ojos verdes-

-No me importa -dijo la Alpha entre dientes- ¡Sal de mí, tonto! -regaño al azabache-

Yuno ignoró olímpicamente la petición de la fémina y comenzó a besar al Beta, el trío sabía que esto no terminaría ahí pero tampoco es que se quejaran.

Amaban sentirse los unos a los otros.

.....

Sentado en medio de la cama, en vuelto entre sabanas y almohadas, Langris Vaude sentía que un carro lo había atropellado y no hubo tiempo de anotar las placas, con algo de enojó bufo.

Le dolía todo.

¿Quien era el cretino que lo había dejado en tal estado?.

Y como si hubieran leído sus pensamientos y buscado darle una respuesta al instante una delgada y alta figura apareció con una toalla enrollada en su cintura y otra colgada de su cuello mientras secaba su cabello, cuando sus ojos se encontraron, lilas contra azules, Langris sintió que la sangre se le escapaba del cuerpo y un sin fin de obscenas imágenes llenaban su mente.

-¿F-Finral? -tartamudeo por primera vez en su vida-

¿Como pudo dejar que esto pasará? ¿como pudo dejarse llevar por su tonto hermano mayor?.

-Langris ¿te encuentras bien? -pregunto con amable rostro el Alpha, acercándose y tomando su mano-

El Omega tembló y quitó su mano rápidamente, notando por unos breves segundos como la expresión del mayor se oscurecia.

-M-Mi ropa ¿dónde esta mi ropa, Finral? -pregunto y con torpeza comenzó a bajarse de la cama-

-Esta en el mueble -señalo tras él- permíteme ayudarte a llegar al baño -se acercó e intentó tomarlo entre sus brazos-

-¡No! digo, no, no yo puedo -hablo rápidamente, nervioso-

Langris vió y sintió como Finral ignoró sus palabras, acercándose y tomándolo con suavidad para seguidamente guiarlo al baño.

-No digas eso Langris -sonrió el castaño a ojos cerrados- es lo mínimo que puedo hacer por mi Omega -

La palidez llenó la cara del menor, quién se encogió pero miro con terror al mayor.

-¿T-Tú .. Tú Omega? -el aire comenzaba hacerle falta-

Roulacase rio y miro está vez con fríos ojos lilas al Vice-Capitan de Amanecer Dorado.

-Tú, Langris, eres mío, mi Omega, para siempre -aseguró sin ningún titubeo, inclinándose y besando sutilmente los temblorosos labios del castaño oscuro-

Al ver esa sonriente cara Langris no pudo más con la presión y todo a su alrededor se oscureció.

¿Que mierda estaba pasando?.

...

El constate y suave tarareo lo hizo ronronear y frotarse cual gato sobre la calida superficie, el aroma a tierra húmeda y fresca madera lo hizo girar sobre si mismo y buscar más de ese reconfortante olor, cuando lo hizo la punta de su nariz rozó con algo sin calor, con el ceño fruncido nego y acercó más su nariz junto a su brazo, atrayendo hacía sí aquello que emanaba calor y suavidad.

-Blando -murmuro, enterrando más su nariz-

-¡Y-Yami! -gritaron-

Gruño y bufo ¿quien demonios se atrevía a interrumpir su sueño?.

-D-Despierta -pidieron con voz temblorosa-

El azabache fruncio el ceño y abrió los ojos, encontrándose de frente con un plano y blanquecino abdomen, le recordaba al helado de vainilla, quería morderlo.

Y bueno, él era Yami Sukehiro así que no se negó a su deseó.

-¡¡AGH!! ¡YAMI! -se quejó y golpeó el hombro contrario-

Fue en ese momento que el Alpha abrió grandemente sus verdes ojos y se alejó, cayendo de espalda.

-William -dijo con preocupación, levantadose-

Y tal vez y solo tal vez aquello fue una mala idea pues sus ojos observaron en todo su esplendor lo que había provocado.

Brillantes y vidriosos ojos morados a nada de derramar lágrimas, una suave y blanquecina mano que se apretaba contra el pecho del Omega, alzando ligeramente su camisa, piernas ligeramente separadas y una rojiza marca de dientes en el abdomen del rubio, cerca de su ombligo.

¡Dios!

¡Santanas!

Quien sea. ¿Podia cojer a esta endemoniada tentación y empotrarla sin misericordia contra la pared, los muebles o el escritorio?.

Su dominante aroma se filtro lentamente.

William tembló, no supo si de miedo o expectativa, Yami desde el suelo lo miraba cual León a su presa, esperando tan solo un movimiento de él para atacar, trago y olfateo discretamente las feromonas del Alpha.

Sukehiro gritaba dominio y testosterona.

Menta.

Sangre.

Y mental.

Todo lo que podría significar peligro.

Y oh por Dios en ese momento el estaba amando el peligro.

Con timidez y dudas estiró su mano hacia el peli-negro.

Yami gruño y literalmente salto sobre el Omega.

Lo deseaba tanto que no sabía si podría controlarse más, aun así suspiro y con una pesada y lujuriosa mirada enfocó sus ojos con los contrarios.

-¿Estas seguro? -pregunto con voz profunda y ronca- si no es así puedes- -

Vangeance negó y se alzó, rozando con suavidad y dulzura sus labios contra los del Alpha.

-E-Estoy seguro -sonrió-

Yami sonrió y se inclinó, comenzando besar el cuello contrarios.

-William, maldición, eres tan malditamente dulce -apretó los dientes- no creo poder hacertelo con suavidad -confesó, alejándose ligeramente-

El Omega soltó una pequeña carcajada y alzó una de sus cejas.

-¿Y quién te a dicho que lo quiero con suavidad? -

Sukehiro sintió que su corazón se saltaba un latido.

-Yami~ quiero que me des duro contra el muro~ -

El Alpha rio.

William Vangeance era de otro mundo.

Maldición.

William le gustaba.














Sugerencias~🌻

¿Metí La Pata? -(Yami/William)-Where stories live. Discover now