Dryl

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Artista imagen multimedia: payuwu013 (twitter)

Luego de 13 días, por fin llegaron a las puertas de Dryl, el enorme castillo que pertenecía a Entrapta, la prima de Scorpia. Huntara se había unido a ellas porque tenía negocios, ya que era conocido que Dryl era el paraíso para el gremio de los alquimistas. Toda clase de cosas se inventaban allí, y a veces se necesitaba sangre, piel o cualquier otra cosa de bestias o criaturas que Huntara solía cazar.

—Va ser difícil que hablen con la misma Entrapta —dijo Huntara divertida, mientras entraban a caballo dentro del castillo.

—¿Por qué?— preguntó Scorpia.

—Siempre que vengo a dejarle sus encargos, me los recibe alguno de sus empleados o compañeros alquimistas, ella siempre se encierra en la torre principal, donde hace sus inventos.

—¿Cuándo fue la última vez que viste a Entrapta? —preguntó Adora a Scorpia, consciente de que no le agradaba mucho Huntara.

—Cuando tenía 13 años.

—Se va sorprender bastante cuando te vea —soltó Catra.

—O quizás no la reconozca —dijo la caza demonio, en tono preocupado.

Huntara se fue luego de entregar lo que debía, así que el inusual trío trató de conseguir la manera de ver a Entrapta durante horas, ya que todo el mundo parecía ocupado o simplemente los ignoraban. Como el lugar era enorme, tampoco podían explorar hasta encontrarla.

Parecía que no iban a conseguirlo, hasta que sin querer Catra chocó de frente con una chica, que luego se presentó como Emily, quien usaba una extraña ropa de cuerpo completo verde oscuro y amablemente les preguntó si estaban perdidas. Adora le explicó que buscaban a Entrapta, por lo que se ofreció a guiarlas hasta ella, ya que era su asistente.

El lugar era un completo laberinto, ni siquiera Adora logró hacerse un mapa mental, dependían completamente de Emily si querían salir de ahí. Finalmente llegaron a la torre que había mencionado Huntara. Era bastante grande y alta, por donde miraran había artefactos, frascos y cosas de dudosa procedencia a lo largo de la ancha escalera que rodeaba el muro hasta arriba.

Cuando llegaron a la planta superior, estaba tan llena de cosas que apenas distinguieron a Entrapta trabajando en una mesa.

—Adora, no esperaba verte por aquí. No creo haberte llamado, no necesito tus servicios —dijo Entrapta sin voltearse. Unos segundos después volteó para mirar a la inesperada visita.

—No vengo por trabajo esta vez, Entrapta.

—Me imagino, ya que eres una caza demonio que anda con una demonio. ¿O tal vez cambiaste de oficio?

—¿Cómo sabes que es una demonio? —preguntó Adora intrigada, no todos los humanos podían percibir a los demonios.

—Porque ella trabajaba para Hordak.

—¿Conociste a Hordak?

—Sí.

—¿Te hizo daño?

—No, de hecho me pidió ayuda, y yo lo ayudé —respondió encogiéndose de hombros.

Adora estaba estupefacta. Pero se recuperó para volver a preguntar. Tanto Scorpia como Catra estaban absortas en la extraña conversación.

—¿Por qué lo ayudaste? ¿Te ofreció algo a cambio? Es un demonio perverso, lo sabías, ¿verdad?

—Sí... me ofreció sexo. Eso fue todo. No te preocupes, luego de satisfacer mis deseos carnales ya no tuve contacto con él.

Una aventura con la súcubo - Catradora AUWhere stories live. Discover now