Una aventura con la súcubo - Catradora AU

El pasado de Adora

Adora y Catra decidieron preguntar por un lugar para descansar en el mismo local donde comieron, y les ofrecieron amablemente alojamiento en una choza algo alejada del centro de la comunidad. A la súcubo aún le asqueaba tanta amabilidad de aquella gente, como si fueran bichos raros, por lo que siguió a Adora esperando poder estar a solas con ella al fin.

Swifty apareció de nuevo de la nada, lo que nunca dejaba de sorprender a Catra. La caza demonio, sin embargo, estaba acostumbrada, y le saludó haciéndole cariño, aunque el caballo ya parecía bastante feliz. Se adentraron en la choza, que consistía en una fogata en medio y una cama con cojines, sin ningún otro lujo.

Adora se quitó la espada de encima, y dejó las alforjas en el suelo, también se quitó algo de ropa para quedar más liviana. Se sentía cansada, por lo que se lanzó a la cama. La súcubo también se sentía agotada, por lo que se recostó al lado de la rubia con cierta suficiencia.

—Sabes que puedo ir a espiarlas sin que me descubran en cualquier momento, ¿verdad? —soltó Catra de repente.

—No lo harás, porque te descubrirán.

—No lo harán.

—Perfuma puede descubrirte con facilidad. No sólo usa magia que hace crecer plantas, su conexión con la madre tierra le permite percibir cualquier peligro. Por eso esta comunidad vive segura y feliz.

Catra resopló molesta, no le gustaba que Adora le refregara en la cara que no iba a poder hacer algo. Se levantó lo más silenciosamente que pudo, pero la rubia le agarró un brazo, asustándola.

—Quédate, por favor —dijo mirándola directamente a los ojos. Catra vio que en su mirada no había una súplica, ni tampoco una orden. Simplemente le estaba diciendo lo que realmente quería.

Entonces volvió a acostarse a su lado, y ambas se giraron para quedar frente a frente.

—Parece que conoces a Perfuma —inquirió Catra.

—Sí, hace un tiempo, me deshice de un monstruo por ella. Era bastante peligroso.

—O sea, trabajaste para ella.

—¿Esperabas algo más? —dijo con una sonrisa maliciosa Adora.

—No lo sé... en realidad, me gustaría saber más de ti, Adora.

—Te concedo una pregunta.

—Cuéntame sobre tu primera vez en la cama con una mujer.

Adora se rio a carcajadas, esperaba que le preguntara algo así.

—Bueno, la primera vez que estuve en la cama con una mujer, fue cuando tenía 5 años, había tenido una pesadilla y fui a dormir con Mara...

—No seas idiota, sabes a lo que me refiero —la interrumpió Catra.

Adora desvió la mirada, observando la colcha, gesto que le pareció adorable a la súcubo, pero se abstuvo de demostrar lo que sentía.

—En verdad, es algo vergonzoso...

—Ooh... ya tienes mi atención —sonrió con picardía la súcubo.

—Mmm... ¿estás familiarizada con los vampiros, Catra?

—Nunca he conocido a alguno, pero sé lo que son.

—Son los depredadores de la humanidad, al igual que los demonios—puntualizó Adora.

Catra sólo suspiró con hastío ante la mención de su especie, a veces olvidaba que era un demonio por estar cerca de Adora.

—Lo sé. Continúa.