Parte 2

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Los finales felices si existen, pero son más complejos de lo esperado, para llegar a ellos es necesario tener fe y trabajar duro, las cosas no pasan solo porque sí, y llegados a este punto la felicidad se vuelve una decisión.

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Algunos días transcurrieron desde la llegada a casa de sus padres, volvió a trabajar en el invernadero como cuando era joven, no es que ya no lo fuera, solo que no lo era tanto, volvería a sus antiguas investigaciones de biólogo, no dejaría de intentarlo, se esforzaría hasta ser mejor o eso pensaba, en ese tiempo llegaron pequeños cactus y algunos comenzaron a florecer, era curioso como una planta tan tosca pudiese dar una flor tan delicada, aunque conociera toda su explicación científica de cabo a rabo, admiraba aquellas plantas, tanto que la ventana de su habitación estaba llena de ellas. Había días donde pensaba demasiado en su pasado y se entristecía, pero el solo hecho de ver sus amadas plantas le hacía recobrar el buen humor, pasaba discutiendo mentalmente lo mucho que perdió, se preguntaba cómo estaba a quien había amado con tanto furor quien no era precisamente su ex-esposa.

¿Estaría bien aquella persona? Recordaba su lindo y largo cabello castaño, la delicada sonrisa, esa que le hacía delirar de felicidad ¿Por qué no pudo tener eso con su esposa?

Sencillo, todo se fue al caño cuando se casaron, no es que nunca la halla amado pero el amor se apaga, el amor también muere, aunque sea verdadero, aunque sea bondadoso, amable y sufrido necesita ser construido día con día y eso nunca pasó, ni siquiera recuerda cómo fue que pudo casarse con aquella mujer, los celos y los conflictos que ella sentía y la falta de interés que él no niega haber tenido con su familia, sus hijos que crecieron con un padre casi ausente, todavía cuestiona demasiadas cosas.

Luego de todo esto pasó un año, un año de cambios de humor, de horarios, incluso de gusto musicales ¿Quién diría que la música acompasaría sus sentimientos?

-Axel… ¿Dónde estás ahora? Quisiera que aún me amaras…

Repetía para sí mientras regaba una de sus plantas favoritas, lo que nunca imaginó fue que aquel a quien extrañaba le oyera.

-Aun te amo…idiota…

Resonó una voz detrás de él, el cabello largo ahora era corto, su sonrisa no estaba, en lugar de ello estaba un ceño fruncido haciendo una mueca en intento de no llorar, la sorpresa de Samuel era tanta que cayó sentado al suelo.

- ¿Tú? ¿Qué haces aquí?

El biólogo traga saliva, incrédulo de la vista.

- ¿Qué hago aquí? ¿Crees que te dejaría solo porque me lo pides sin ninguna razón? ¡Nunca estuve contigo por lo que tenías!

La voz masculina se quebró en llanto para abrazar a Samuel que yacía en el suelo inmóvil a causa de la sorpresa, mas no tarda en reaccionar también, se aproxima a éste, le rodea con sus brazos y de sus ojos salen algunas lágrimas de felicidad.

- ¿Por qué desapareciste así? Tuve mucho miedo… Creí que algo te había pasado...

El chico de cabello castaño apenas puede contener su llanto.

-Yo… Ya no tengo nada para ti… Ahora lo único que tengo es lo que ves aquí, este pequeño invernadero…

Comenta el mayor, sin parar de acariciar el cabello de su amado.

- ¿Y crees que yo te amo por tu dinero?

El joven de unos veintitantos años toma el rostro del mayor para que le vea a los ojos y sin dudar demasiado une sus labios en un delicado beso lleno de amor, de añoranza no sin un poco de fuego, le abraza, acaricia la espalda de aquel quien le lleva poco más de una década en edad.

-Juntos lo lograremos Sam…

El mayor se levanta del suelo, claramente se puede ver la diferencia de estatura entre ambos, como es que un chico así de joven y pequeño esté dando ánimos a quien debería de haber sido capaz de protegerle.

-Está bien…

Sonríe, hace mucho no es capaz de sentirse feliz y ahora lo era, entonces todo su amor no se había ido al caño, su tiempo en el pasado con Axel nunca fue en vano, todo lo que vivieron construyó algo que le dio la capacidad de no darse por vencido, de ir por él.

-Te amo Axel...

Así permanecieron juntos, abrazados hasta que el sol comenzó a ocultarse y la tarde a oscurecerse.

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-¿Como me encontraste?

Cuestionó Sam.

-El día que Lila murió y fuimos al cementerio... Me dijiste que de donde venias habían muchos arboles de flores amarillas...

El mas joven tomó la mano del mayor y se aferró a esta.

-Esta era mi ultima esperanza...

El biólogo sonrió conmovido por la insistencia del joven, entonces no pudo evitar acercarle a sí y volver a besarle, finalmente comprende porque se ha enamorado de ese chico, no era su apariencia o su inteligencia, ni si quiera su audacia, era aquella capacidad de querer demostrarle que sus sentimientos eran verdaderos, por ello sabe que fue capaz de dejarlo todo sin sentir culpa.

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⏰ Last updated: Jul 23, 2023 ⏰

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Bajo  el Árbol de Flores AmarillasWhere stories live. Discover now