21. Marcado -Mewgulf -Hombres Lobo Terminada

Once

Era por la mañana y Gulf llegó al campo de entrenamiento como cada día pero entonces notó algo raro, un olor conocido pero desagradable, el cual llegó a sus fosas nasales.

Este miró a los demás pero al parecer solo él lo notaba pues ni sus compañeros, ni su entrenador se quejaban..

El moreno entró en el vestuario para dejar sus cosas y allí sintió un escalofrío, como si alguien lo vigilase  esperando el momento preciso para echársele encima.

Llevaban un rato entrenando cuando de repente el entrenador les hizo una seña, entonces los reunió a todos en un lado del campo y acto seguido a lo lejos aparecieron dos hombres que venían hacia ellos.

Según se fueron acercando, Gulf volvió a notar el olor y contempló con terror que se trataba del presidente y por lo tanto era el ojos rojos, Willy McIntosh.

Este traía su indumentaria de ricachón y las mismas gafas de sol oscuras, seguro para ocultar su verdadera identidad porque esos ojos rojos eran antinaturales y todo el mundo sabría que no era un hombre normal, sino una bestia endemoniada.

El moreno se dio cuenta de que el olor procedía de este pero de repente su cuerpo empezó a estremecerse y sin poder evitarlo su bulto empezó a crecer, su agujero empezó a lubricarse y su piel sintió calor, ardiendo por un calor extraño.

...-Bien muchachos, como bien sabéis este es nuestro nuevo presidente y él os va a hablar, porque tiene algo importante que deciros- dijo el entrenador.

- Hola muchachos, en primer lugar quería deciros que sois un equipo fantástico... Me gustaría deciros también que me encanta formar parte de esto y creo que juntos podremos formar una buena alianza, ya que yo estoy a vuestra entera disposición con todo mi ser y todo mi tiempo -dijo mirando a Gulf-...Bueno como bien ha dicho vuestro entrenador tengo algo muy importante que deciros y es que he estado en tratos con la Federación Estatal y he conseguido que jugueis un partido contra el mejor equipo del Estado.-finalizó satisfecho.

Todos los jugadores empezaron a aplaudir y victorear a McIntosh pero el moreno permaneció impasible, mirándolo como si lo estuviese analizando entre sudores y calores repentinos.

-Oye, parece que no estás contento con la noticia, ¿te ocurre algo?, pareces algo enfermo- le dijo él ojos rojos con una sonrisa burlona en su rostro.

-Sí e-estoy bien, es so-solo que no he dormido bien -mintió este.

-Bien pues tenéis que descansar todo lo posible y alimentaros bien para poder ganar. .. A mí me gustan los equipos ganadores y yo quiero hacer de vosotros los mejores del mundo, así que fuerza y nos vemos pronto- dijo el presidente antes de irse de nuevo por donde se había venido.

Gulf y sus compañeros terminaron el entrenamiento y entraron a las duchas, como siempre este se metió en su individual, luego se vistió y se fue al aparcamiento para meterse en su coche, lo arrancó y cuando llevaba un rato conduciendo notó que un coche negro lo seguía.

Aumentó la velocidad y este también lo hizo, giró a la izquierda y el coche también lo hizo, luego se metió en un túnel y él persecutor también se metió, finalmente ya asustado hizo una maniobra para poder deshacerse de él, con tan mala pata qué perdió el control del vehículo y chocó contra el poste.

Aún estaba algo conmocionado cuando de repente la puerta de su coche se abrió y unos fuertes brazos lo agarraron y lo metieron en otro.

Se incorporó y vio que estaba en el asiento de atrás y frente a el había dos hombres enormes que parecían esos matones de las películas.

-¿A dónde me lleváis?, ¿quiénes sois?-preguntó.

-Tranquilo muchacho, el jefe solo quiero hablar un rato contigo...Enseguida volverás a tu casa.-le dijo uno de ellos.

-¿Quién es vuestro jefe?, ¡soltarme quiero irme de aquí!- gritaba este intentando salir del coche.

Como no podían tranquilizarlo, uno de los hombres sacó un paño, vertió un líquido en él y se lo acercó a la nariz y a la boca, entonces el moreno cayó desmayado de nuevo en el asiento

Cuando recobró la conciencia, este se encontró en una habitación en la que solo había una cama y un espejo enorme, entonces escuchó abrir la puerta y con horror contempló al ser que estaba allí.

El ojos rojos lo miraba triunfante con una gran sonrisa perversa,

-Hola precioso, por fin te tengo donde yo quería y vas a pasarlo tan bien que jamás querrás irte de mi lado.

Este entró y la puerta se cerró tras él, caminó hacía la cama donde estaba  el moreno temblando de miedo pues enseguida comprendió que nada bueno saldría de allí.

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