VII

190 29 9
                                    


Quería dejar ir a Yamada, pero algo dentro de mi no me dejaba. No sabía si era un simple capricho o egoísmo, pero algo me decía que ya no podía parar.

El rubio me besaba con fuerza apretando su pecho contra el mío, de pronto se detuvo para mirarme a los ojos.
—¿Estás segura de esto?—dijo entre jadeos.

Nunca he sido muy buena para leer a las personas, quizás sea por lo descuidada que soy. Pero había algo en la mirada de Yamada que pedía a gritos que le dijera "sí". 
No sabía qué responder, sabía que si lo dejaba entrar las cosas se enredarían entre nosotros, pero luego estaba esa vocecita en mi cabeza que me repetía una y otra vez que me iba a arrepentir si lo alejaba. Por culpa de esa voz nunca he podido negarme a él y siempre termino aceptando a todas las cosas en las que me arrastra el rubio.
—Me gustaría decirte que no— llevé mi mano a mi mejilla—, pero la verdad es que me vuelves loca y me cuesta tanto negarme ante ti.
Yamada no dijo nada, solo reaccionó a tomarme entre sus brazos. Me levantó con tanta facilidad como si fuese algún trozo de papel.
—Entonces perdóname—dijo con un tono bajo y mirándome a los ojos.
—¿Por qué?—pregunté.
—Porque ahora que sé eso no voy a poder controlarme.
Su voz ya no era ruidosa ni chillona, esta vez era baja y grave. Su rostro también era distinto. 

Le indiqué entre besos y jadeos mientras me tenía en sus brazos dónde quedaba mi habitación. Abrió de un golpe la puerta y me arrojó sobre la cama posicionándose sobre mi. 

A pesar de estar a punto de tener sexo con Yamada no dejaba de cuestionarme si era lo correcto o no. 

El rubio comenzó a desvestirme lentamente mientras besaba cada zona de mi piel que iba quedando expuesta. Poco a poco comenzó a enredarme entre sus brazos, sus verdes ojos recorrían cada facción de mi rostro, disfrutaba al ver como gemía de placer. 
Su cuerpo era blanco y delgado, pude notar algunas cicatrices en su torso y espalda. Su pecho era marcado, tan tentador que no pude evitar posar mis labios encima de el. De a poco comencé a tomar el control y mi boca recorrió cada parte de su cuerpo, sus gemidos ahogados me hacían querer seguir.
Yamada tomó mi cuerpo volviéndose a colocar encima de mi.
—Lo siento, pero quiero seguir escuchando tus gemidos—. Dijo entre jadeos mientras comenzaba a entrar. Su sudor se apegaba a mi cuerpo y yo no podía dejar de gemir. 
Me embestía de una manera brusca y fuerte; mis manos recorrían su espalda y mi boca mordisqueaba su largo y delgado cuello. 
Ya casi ni recuerdo cuántas veces lo hicimos aquella noche, ni cuántas veces gemí su nombre. 

El sol golpeaba mi rostro, me había quedado dormida.
—¿Qué hora es?—. Dije mientras buscaba mi celular.
—Al rededor de las nueve quizás
Me volteé asustada, claro lo había olvidado. Pasé la noche con el rubio... la cabeza comenzó a darme vueltas
—¿Estás bien?, ¿quieres que te prepare el desayuno?—. Yamada se acercó a mi tratando de acariciar mi rostro.
—No... estoy bien—, detuve su mano— Yamada, creo que deberías irte.
—¿Estás molesta por lo de anoche?, ¿crees que fue un error?
—No... no lo sé, no puedo estar con alguien ahora Yamada. Lamento si te hice entender otra cosa.
Hizashi en silencio se levantó de la cama y comenzó a vestirse con rapidez. —Está bien, es algo que yo me busqué... cuídate, adiós—. Dijo Yamada antes de salir del cuarto.

Guardé silencio por un buen rato hasta que las lágrimas comenzaron a salir. Estaba arrepentida, pero no sabía de qué... ¿estaba arrepentida de haber pasado la noche con él o de haberle pedido que se fuera?, no sabía. Era algo tan estresante no saber ni siquiera por qué lloraba tanto, pero no podía parar.
—Supongo que así tiene que ser—. Me dije a mí misma.
Los recuerdos de aquel día no dejaban de perseguirme.

Decidí alejarme de todos por unos días, apagué mi móvil personal y solo tenía encendido el de mi trabajo. No había venido a Japón para hacer vida social o para tener enredos amorosos. Debía avanzar en mi libro, lo mejor sería solo preocuparme de eso.
«Se supone que iba a alejarme de cualquier cosa que pudiese confundirme y aún así sigo pensando en aquella noche... realmente soy una estúpida», pensamientos como esos no dejaban de venir a mi mente.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 06, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Noisy Boy (PresentMic x OC)Where stories live. Discover now