IX

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Como cada día en la última semana, Naruto llegó temprano, derrapó frente a la puerta y llamó un par de veces antes de ser recibido por la afable mujer.

-Adelante

Naruto asintió agradecido, pasó de largo por el jardín, saltando por el caminillo de piedra hasta situarse frente a la puerta corrediza, la cuál abrió velozmente.

-Shikamaru- frunció los labios y dejó el índice suspendido. Como siempre, el ninja estratega estaba dormido, ajeno a todo problema y circunstancia en derredor suyo. Naruto infló los mofletes ante semejante descuido. Habían quedado de verse a las nueve, claramente ya pasaba de la hora acordada y aquel holgazan ni siquiera había abierto los ojos. -Qué debería hacer, dattebayo- se golpeó la barbilla con los dedos en actitud pensativa y entonces se le ocurrió algo. -Oiroke no jutsu!- creyó que la exclamación, aunado al sonido de la transformación, serían incentivo suficiente para despertarlo, pero no fue asi. Shikamaru seguía roncando a sus anchas, con los brazos tras su nuca y la manta cubriendolo hasta la cintura. -Que flojo- suspiró.

Se acercó con cautela a la cama, luego lo golpeó en la frente con los nudillos.

-Shikamaru, eres el más vago de toda la aldea, ttebayo. No entiendo como es que pasaste de rango antes que yo- optó por el plan b al no ver resultado. Se subió sigilosamente a la cama y se sentó en sus caderas con simpleza, mirandolo fijamente en todo momento. -Quizá- una malevola sonrisa zorruna surcó sus labios. Por más holgazan que fuera el castaño, poseía el mismo punto débil de todo shinobi: sensaciones..

Asi que, usando uno de sus dedos humedecido en saliva, Naruto comenzó a delinear el torso desnudo bajo su cuerpo, lo hizo lentamente y de arriba abajo, trazando figuras imaginarias y sonriendo en deleite al notar las reacciones que sufría Shikamaru. Primero había movido una mano, después una pierna, finalmente arrugó la nariz por el súbito cosquilleo en el abdomen.

Naruto detuvo sus movimientos de forma abrupta, sonrió a medias e inhaló una gran cantidad de aire que retuvo un par de segundos antes de soplarlo sobre el torso semihumedo.

-¿Pero qué...?- en menos de un minuto Shikamaru abrió los ojos, su cuerpo había sufrido una oleada de inminente escalofrío, después sobrevino un fuerte estremecimiento que lo hizo tiritar, y por último aquella gelidez grabada en su piel expuesta. Se incorporó rápidamente sobre sus codos y la sangre le subió al rostro cuando vio a Naruto en su forma femenina y sentado descaradamente en su entrepierna.

-¡Ya era hora!- exclamó Naruto, retornando a la normalidad. -Si no funcionaba iba a llamar a tu madre- y sacó la lengua en un gesto que se le antojó extremadamente infantil.

Shikamaru atinó a dejar caer la cabeza sobre la almohada. Esbozó una sonrisa ladina de despreocupación y tomó a Naruto del brazo para evitar que se apartara.

-Shikamaru, vamos tarde a lo de...- intentó replicar, pero sus palabras fueron infructuosas cuando el Nara estampó sus labios en un beso tanto sorpresivo como posesivo. Naruto permaneció unos segundos con los ojos abiertos, hasta que lentamente se permitió corresponder, rodeandole el cuello con los brazos y moviendo despacio los labios. Había tantas facetas que desconocía aún de Shikamaru, claramente esa era una, pero de cualquier modo le encantaba.

-Ha sido tú culpa- repuso el Nara al apartarse. Curiosamente no le molestaba en lo absoluto lo ruidoso e impulsivo que llegaba a ser Naruto. Lógicamente no aplicaba con las féminas. Temari e Ino eran un insoportable dolor de cabeza, y despertaban en él lo opuesto a lo que sentía actualmente por Naruto.

¿Cómo es que no se dio cuenta antes?

-Shikamaru, tú madre está...- ambos se giraron alarmados hacia la puerta. Y Shikaku Nara solo pudo parpadear delante de la escena poco varonil que se desarrollaba ante sus ojos. Su hijo en ropa interior y Naruto sentado en su regazo, con los brazos enredados en torno a su cuello, y ni que decir de lo peligrosamente cerca que estaban sus rostros. -Mal momento- se cubrió el rostro y cerró la puerta de golpe. Ya se imaginaba algo asi viniendo de su primogenito. El hecho de que Shikamaru no tuviera ningún tipo de interés en las mujeres era bastante sospechoso de por sí. Sin embargo no era un soplón. Yoshino se enteraría llegado el momento oportuno.

Shadows.Where stories live. Discover now