XXIII. Pánico.

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan me pertenecen.

NOTA: Negritas es ruso, cursivas son pesadillas.

Para Aroa.

—Steve, ¿qué vamos a hacer?

—No sé que más, cariño—el soldado acarició el rostro de la niña, que seguía viendo a sus padres sin entender lo que Natasha había dicho antes—Por ahora, lo único que se me ocurre es volver a la base.

—Eso no es a lo que me refiero.

—¿Entonces?

—Alinka necesita estar lejos de todos. No podemos permitir que se le acerquen.

—Estamos bien protegidos en la base. 

La Viuda Negra no le creía, no podía dejar de pensar en los ojos de Maya James al verla en el video; y de la voz llena de fanatismo de Mary Davies cuando hablaba de Alinka y de su hijo.

—Mami, queyo casha. Queyo juyar.

—Vamos, entonces.

Steve no podía dejar de notar algo raro en su novia. Iba desde la forma en que abrazaba a la niña hasta en como miraba a su alrededor, probablemente buscando a algún enemigo. Había fracasado en encontrar a Wanda, después de la llamada de Natasha pidiéndole cosas para Alinka pensaba que podía volver pero ahora no estaba seguro. Quizá lo mejor era no dejarlas solas. No tenía miedo de Natasha, pero sabía muy bien que si algo desataba un evento en el que pudiera hacerle daño a su hija no se perdonaría nunca.

—¿Has venido en automóvil?

Natasha asintió con la cabeza.

—¿Y tú, cariño?

—Me trajo Lance, estaba buscando unas cosas sobre la misión de Bobbi en la base.

Eso le recordó algo a Natasha que la hizo sonreír ampliamente.

—Niko está vivo, Steve.

—¡Cariño eso es genial!

Alinka prestó atención a la conversación, dejando de jugar con el collar de su madre para verlos a ambos.

—¿Qué esh genial?

—¡Qué Niko vendrá pronto con nosotros!

—¿En sherio?

—Steve, no le digas eso. Aún no sabemos como actuar. Necesito el informe final de Morse y de Barton para tomar una decisión.

El Capitán América se quedó callado, pues sabía que la pelirroja tenía razón. Alinka podría ilusionarse fácilmente y si ellos pretendían mantener lo poco que quedaba de su inocencia no podían hacerle eso.

—¡Vamos a cambiarte, preciosa!—dijo Steve cambiando de tema—¡Para irnos a casa!

Natasha sintió un nudo en el estómago al pensar que Alinka debía considerar una base pseudo-militar como su hogar. ¿Qué tanto estaban haciendo ellos para que no creciera en una versión americana de la Sala Roja?

—Nat, déjame llevarla a la cama de nuevo. No puede irse a casa solo envuelta en esa toalla.

La pelirroja titubeó. No era capaz de soltar a la niña. ¿Y si alguien se la llevaba de su lado? Racionalmente sabía que Steve era el padre de Alinka y conocía muy bien a su novio. Moriría antes de que alguien le hiciera daño a ellas. La herida en su rostro lo comprobaba. Sus terrores estaban tomando lo mejor de ella. Suspirando, dejo ir a Alinka a los brazos de su padre. Los observaba atentamente, admirando como Steve era capaz de mantener a la niña sin llorar mientras hacían las tareas cotidianas. Definitivamente, ella no tenía lo necesario para hacerle bien a esa niña. Se abrazó a si misma mientras caminaban por el Triskelion.

Proyecto: Rebirth 939 || ROMANOGERSWhere stories live. Discover now