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A la mañana siguiente Larry se levantó tarde y cuando bajó Claudia ya se había marchado con el caballo a inspeccionar el ganado. Le dejó una nota en la mesa en un trozo de papel y de este modo se despidió de él:

"Larry, te he preparado el almuerzo para que pares de camino a la ciudad. Vete ya y así no cogerás atasco. Nos vemos el próximo viernes."

Pensó que tal vez era mejor así, una despedida después de lo acontecido durante la noche hubiese sido embarazosa para ambos. Así tendrían toda la semana para recuperarse de lo sucedido y recapacitar para próximas citas.

Arrancó si viejo chevrolet y comenzó el largo camino de vuelta. A mitad de camino paró y disfrutó de las viandas que su suegra le había preparado antes de irse y continuó camino.

Cuando llegó a casa ya el sol estaba cayendo y amenazaba con dar paso a la noche. Una nerviosa Betsy lo recibió justo tras la puerta mientras él la abría tras introducir la llave.

— ¡Hola cariño! ¿Cómo ha ido? —le soltó casi sin darle tiempo a pasar.

— Bueno ha ido bien, ayer le estuve ayudando con la valla norte a repararla. Ya que iba pensé que era lo menos que podía hacer por ella.

— ¡No me refiero a eso! —protestó Betsy.

— Ya lo sé Betsy, pero creo que es mejor que te ahorre detalles, ¿no crees? Lo hemos hecho y punto —dijo secamente Larry.

— Pero lo habréis hecho al menos dos veces, ¿no? Así aumentan las probabilidades.

— Sí Betsy, hemos cumplido, ¿contenta?

— ¡Oh si cariño! ¡Es maravilloso! Te imaginas, será niño o niña —dijo Betsy llena de ilusión.

Aunque Larry, más pragmático pensó que en realidad será además otra cosa, pero optó por guardar esos pensamientos para él, pues consideró que eran del todo inapropiados en aquella situación.

Betsy casi no le dejó respirar durante la tarde, insistió en estar todo el tiempo con él. Así Larry tuvo que ver el partido con ella a su lado, haciéndole toda clase de preguntas sobre el juego, preguntas que para nada ilusionaron a Larry que lo único que quería era tener una tarde de domingo tranquila.

Al acostarse notó que Betsy estaba muy cariñosa...

— Cariño, ya sé que te has portado como un campeón este fin de semana, pero yo soy también joven y te he echado de menos estos días, ¿sabes?

Le dijo poniéndose melosa a su lado.

— Bueno, pues será mejor complacerte, ¿no? Dijo Larry, que sintió la calentura en los besos que intercambiaron.

Betsy se mostró tremendamente caliente y excitada y agasajó a Larry con una de las mejores felaciones que él recordaba. Como había estado con Claudia pudo complacerla en cuantas posturas ella quiso, y al final terminó detrás de su hermoso trasero, aferrándose con ganas a sus anchas caderas y deleitándose con la suavidad y tersura de su interior, pero tuvo que esforzarse por concentrarse para tener un último orgasmo ese fin de semana, pues sospechosamente mientras la penetraba desde atrás, eran otra mujer y otro cuerpo los que venían a su mente...

Vaquero de CiudadTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon