Parte 2

513 47 44
                                    

Unas horas después, el equipo de Senku se volvió a encontrar en el punto de reunión del puerto, y cada uno tenía las manos llenas de comida, materiales, insumos medicinales y bolsas de dinero gracias a las ventas de objetos y medicinas.

- Senku, ¿consiguieron todo para hacer la medicina de Kohaku? –preguntó Ryusui, mirando a su amigo.

- Sí, lo hicimos. Se complicó en conseguir dos, pero tuvimos que recurrir al mercado negro del pueblo, por sugerencia del boticario. De no ser por eso hubiéramos tenido que mandarte a bucear al fondo del mar por materiales.

- ¡Jaja! Ningún problema, un marinero y pirata como yo con gusto va personalmente a buscar los tesoros del mar profundo.

- Sí, pero el problema hubiera sido que no teníamos el equipo para eso, además de que el tiempo no sobraba ni un milímetro.

- Pero ya está resuelto, Senku, es una victoria.

- ¿Victoria? Todavía no empezó lo verdaderamente difícil, que es hacer una medicina sin precedentes, para un ser mitológico y que escapa en diez billones por ciento a la lógica.

- ¡Yo te ayudaré, Senku! –Dijo Kohaku con confianza, aunque tenía sentimientos contradictorios con que la llamen un "ser mitológico que escapa a la lógica", pero había aprendido que Senku era así de racional y directo ya.

- Sí, cuento con tu ayuda, Kohaku. La necesitaré para que me guíes, y para hacer pruebas.

- ¿Partimos hacia el mar en cuanto terminemos? –Preguntó Ryusui.

- No, hoy nos quedaremos aquí, y seguramente mañana también.

- ¿Y eso por qué, Senku? –Chrome lo interrogó, confundido.

- Porque tengo que hacer una visita extra, a la única persona que conoce y que se deja llevar por historias legendarias, y que podría darme alguna idea poco lógica para esa otra medicina mucho más compleja de hacer, la cura definitiva para la hermana de Kohaku.

- ¿Hay alguien así? –Preguntó Kohaku esperanzada.

- Sí, pero ahora tenemos que preocuparnos por ti, sin más tiempo que perder. No podemos permitir que vuelvas a tu forma real e irreversible. Te di mi palabra, pienso cumplirla.

- Senku... gracias –Los ojos de Kohaku brillaron, no se había equivocado al confiar en él– Daré todo de mí para ayudarte, ¡vamos!

Sin demorar un segundo más, entraron al barco, acompañados de Tsukasa que ayudaba a Kohaku a caminar, y a Chrome que era el colega científico de Senku. Los demás volvieron a dispersarse por el pueblo luego de dejar las compras en el barco, buscando más provisiones y descansando un poco de pasar tantos días en el mar, necesitaban pisar terreno firme y verde, comer carne roja, y enterarse de las novedades que pudieran ofrecerles nuevos trabajos u oportunidades.

Senku preparó la mesa de su laboratorio, disponiendo de todos los frascos y los ingredientes. Tenía muchos pasos por delante, aunque por suerte contaba con ayuda para moler los materiales, así como preparar las infusiones y combinaciones químicas. El trabajo en equipo era fundamental, y sus amigos ya estaban tan acostumbrados a ayudarlo con sus experimentos y medicinas, que el peliverde podía confiarles varios pasos a ellos sin tener que detenerse a revisar si lo habían hecho bien. El científico tuvo que racionar los exclusivos ingredientes para preparar cuatro dosis diferentes, al fin y al cabo, eso sería prueba y error. En medio de las preparaciones, Chrome dijo en voz alta una duda que no podía resolver.

- Oigan... ¿y cómo sabremos si la medicina funcionó? Podría ser demasiado tarde si esperamos que pasen las horas para verificar que haya surtido efecto.

Sueños de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora