3 Entrando en la rutina

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Han pasado varios días de todo el ajetreo de la mudanza, creí que la primera semana en la escuela sería sencilla pero no, no lo fue, esto de adelantar materias y que por eso los maestros te agarren de encargo no es tan divertido, estoy en la mesa del comedor con la computadora en ella, varios libros y libretas, afortunadamente, sola en el departamento tratando de concentrarme en las materias.

- ¡Vaya! Hasta que te veo ocupada en algo- ¡ah! y para colmo ella llega

- ¿no tienes una fiesta, café o amigos que ver?- de verdad quiero sacar esto y tengo dudas, creo que llamaré a la abuela para eso

- No, aun no- sonríe feliz y se sienta a un lado mío para observarme

- Que lástima- con ella viéndome me va a costar trabajo concentrarme- bueno para no molestarte me iré a mi cuarto- me paro para recoger mi tiradero y siento como me regresan al asiento de forma suave

- No me estorbas, es más me servirás de modelo-¿eh? ¿qué paso aquí?- tú en lo tuyo y yo en lo mío.- saca su sonrisa que me descuadra, pero que se le ve encantadora.

- Bueno, pero le hablaré a la abuela porque necesito sacar una duda y ningún maestro pudo- voltea a verme y podría decir que es de curiosidad

- Y ¿Por qué no les dijiste a tus mamás?- que te importa, iba a decir, pero esto de llevar la fiesta en paz

- Me gusta más cómo me explica ella- sonrió feliz al recordar cuando ella me enseña.

- Bien sirve que la saludo- pone la compu para marcarle

La conversación con la abuela estuvo bien, me sacó de mis dudas y creo que me avanzó más, espero eso no me provoque más problemas con mis maestros, lo bueno fue que como siempre la abuela Marian nos pone en amistad, bueno no tanto, pero si en estado de paz a las dos para poder soportarnos un poco más, cuando terminamoss de hablar con ella fui a preparar la cena, unos sándwich sencillos y le hice también el suyo, me concentré tanto que no me di cuenta que ella seguía dibujándome hasta que me paré para irme a dormir, pero las dos sin decir nada nos retiramos a nuestros respectivos cuartos.

Debo decir que no ha sido tan mal vivir juntas, puesto que casi no nos vemos, estamos tan en nuestras actividades que es difícil poder coincidir, aunque cuando una cocina, mínimo si tratamos de cocinar para dos y les confieso que cocina delicioso, comida oriental que me encanta, pero trato de que no siempre cocine ella, a veces le dejo el desayuno echo ya que yo salgo antes y nunca lo he encontrado en la basura o refri así que supongo no le sabe mal.

- Llamó mi tía Lylieth, nos quiere ver hoy en su oficina- entra a mi cuarto haciendo todo el ruido posible

- Tock tock, ¿puedo pasar? Buenos días ¿Cómo amaneciste?- le digo irónica toda modorra debajo de mis cobijas, que me desvelá haciendo tarea y a ella le vale

- Si, si, como quieras, apúrate que quiere vernos temprano-Miro el reloj, son las 8 y es sábado, quiero dar el grito en el cielo

- Ya me arreglo- ¿acaso no puede ser más tosca en sus formas? Se queda ahí parada en la puerta viéndome- oye necesito privacidad- ella sonríe ladinamente, se da la media vuelta y sale

- Pensé que no te importaba que te vieran- ¡ah! con que quiere jugar

- ¿eso quiere decir que no te afecta si soy impúdica?- creo que se detuvo en seco

- ¿A mí? lo que menos me importa eres tu- ni volteó a verme y retoma su paso

- Siempre es bueno saberlo- bien, creo que así estaré más cómoda, aunque aplicaré la regla de casa de mis madres, mínimo ropa interior.

APRENDIENDO A VIVIR CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora