4 Situaciones únicas.

28 4 0
                                    

Al llegar a él, veo a mi prima en la entrada del edificio platicando con un "amigo", aunque se ve un poco incómoda, entonces él se le acerca más y:

- Prima que bueno que me esperaste en la entrada- le sonrió jalándola hacia mí- con eso de que olvidé mis llaves

- Espera ella- trata de decir el joven, alto, blanco, cabello castaño claro, ojos cafés, no es mi tipo, diría que bastante equisón, no me da buena espina, me da la impresión de ser gañan ¬¬.

- Ay lo siento, es que ando con prisa, sino, no alcanzo mi siguiente clase- y la meto al edificio lo más rápido posible.

Ella trae una cara de sorpresa por mi comportamiento, yo para ser honestos ando igual o peor, mientras está abriendo la puerta me dice:

- Gracias, no hallaba cómo quitármelo de encima- termina de abrir y entramos

- No hay de qué, pero normalmente esta no es mi hora de llegada- la tomo de la mano y la llevo a la cocina, siento que tiene ligeros temblores, así que le sirvo un vaso de agua- ¿oye estás bien?- que si ese idiota se intentó propasarse o algo se las verá conmigo

- Si todo bien- bebe rápidamente – creo que solo es cansancio- pero no me convence y la tomo del brazo acercándola a mi

- ¿segura? ¿te hizo algo? Sé que no nos llevamos bien, pero puedes confiar en mí -siento como tiembla más- Akiko dime – está rojísima

- De verdad no, él no me hizo nada, solo fue incómodo- se suelta de mí dando unos pasos para atrás- solo estoy cansada, tuve un día pesado con tu mamá- se da la vuelta para ir a su cuarto algo nerviosa, pero algo no me deja tranquila yendo tras ella, al volverla a tomar del brazo ella resbala y caemos las dos, yo sobre ella.

- Perdón, ¿estás bien?- cuando enfoco su cara me percato que está demasiado cerca de mí y me llega su aroma, debo decir que fue como un hechizo que tomó todos mis sentidos, ahora mis ojos no podían dejar de ver los suyos, eran embriagantes, no puedo describir todo lo que sentía, pero la razón y la cordura no estaban a mi favor, la verdad es que ni estaban

- Amy- fue casi como un susurro- Amy- Salí de ese estado en el que estaba para percatarme que estaba a nada de tocar sus labios con los míos

- Lo siento- me quite rápidamente, rojo tomate es poco decir a como estoy- yo- ni alcanzo a terminar porque ella sale corriendo y se encierra en su habitación, diablos ahora sí que la regué, toco su puerta

- Akiko, de verdad lo siento, me, me preocupé- y algo más, pero no se describirlo, no creo que sea buena idea mencionarlo-¿estás bien?

- Si no te preocupes, estaré haciendo pendientes- diablos su voz suena extraña, de verdad me pasé, no sé por qué de mi comportamiento.

Regresé a la cocina y preparé un especies de molletes, ya que aún no he ido a casa de mis madres por tortillas para hacer una buena dotación de quesadillas, hice suficientes para las dos y un agua de limón. Traigo su plato y vaso en la mano, toco su puerta, no hay respuesta, abro lentamente, la veo recostada en su cama, está muy dormida, le dejo las cosas en el escritorio y me acerco a ella, se ve tan indefensa, toco su hombro para moverla pero no lo hago, solo me quedo observándola, sin darme cuenta estoy tocando su lacio y hermoso cabello, sale un suspiro inconsciente de mí, al tomar aire ahí está de nuevo ese delicioso aroma cítrico al cual no puedo más que obedecer, lo siguiente que noto es como mis labios están sintiendo los suyos, tan suaves y adictivos que no me basta con uno y le robo otro más, pero para mi sorpresa ella responde al beso, yo solo me dejo llevar porque no puedo contra eso, jamás me había pasado esto pero de verdad que mi cerebro no funciona en este momento, mi ser entero solo obedece a sus labios y mi necesidad de ellos, mi lengua roza sus labios, ella me da apertura para pasar, con esto, así nuestras lenguas se encuentren, que cosa tan exquisita, nunca me habían besado de esa forma y en mi vida había besado de esta forma, con tanto deseo, con tanta necesidad de ella, entonces un ligero e insignificante gemido se escucha, fue lo necesario para que yo tomara conciencia y me separara de ella para salir rápidamente de su cuarto.

APRENDIENDO A VIVIR CONTIGOWhere stories live. Discover now