Capítulo XII

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- Lo entiendo, en ese caso espero que encuentre a un caballero digno de ella.

Bebo el resto de mi agua y dejo el vaso encima de la mesa con más fuerza de la deseada. El camarero no dice nada, llena mi vaso y me deja por unos minutos mientras Eunji vuelve. Se ve mejor, reanimada.

- Así que -da sorbos a su Shirley temple, sonriendo con dulzura, y luego me frunce el ceño- vamos a intentarlo otra vez.

- ¿Los cumplidos?

- Sí, una vez más. Si tú quieres claro está.

Se abraza a sí misma, agarrando su bebida y centrándose en mis ojos con la precisión de un rayo láser. Casi consigue ponerme nervioso. Esta debe de ser la concentración con la que consigue todos esos locos sobresalientes, y estoy consiguiendo la mayor parte de ella. Su determinación es casi... linda.

- Eres guapa -lo digo rápido- Realmente guapa.

No se mueve, parpadea una vez pero conteniéndose fuertemente. Así que decido darle un poco más. Me reclino y pongo mi mejor sonrisa arrogante, esa que hace que las bragas salgan volando.

- Te miro y pienso: "Mierda, ¿qué chico no mataría por tener a ese lindo pajarito en su cama?"

Sus labios se tuercen, pero se mantiene indiferente. Me río entre dientes y vierto todo, dejando que todo lo que he pensado sobre ella se derrame por mi cuidadosa y profesional presa.

- Odio ser el que te lo diga, princesa, pero eres tan adorable. Sé que no te gusta esa palabra, preferirías algo como "elegante" o palabras así.  En realidad también eres eso. Eres un montón de cosas buenas. Estoy seguro de que mucha gente te felicita por tu inteligencia, así que no voy a hacer eso. Ambos sabemos que eres inteligente. Pero estoy jodidamente seguro que no sabes lo caliente que eres, así que déjame decírtelo directamente; tienes el rostro más sexy. 

Gime, el rubor apenas aparece en sus mejillas. Prácticamente puedo ver su lucha contra la necesidad de decir "No lo soy, idiota" con todo el ácido que tiene. Pero sigo hablando:

- Me gusta mirarlo. Tu rostro. Es extremadamente bonito. Largas pestañas, linda nariz, labios suaves, esa mirada dulce como el pecado. A veces pienso en besar tus labios salvajemente.

Su sonrojo ilumina sus mejillas como un atardecer de cerezos, pero de repente sus ojos están muy abiertos y tranquilos. Me congelo, un lento horror me paraliza cuando me doy cuenta de como debe haber sonado.

Ha sonado real.

Pero como el maldito experto que soy, no permito que lo vea. Retrocedo rápidamente como una comadreja.

- Eso parece como el tipo de sandeces cursis y sentimentalistas que Jin diría, ¿no? -me río- Le gustan esas repugnantes líneas de las películas románticas. Friki.

Cualquier hechizo que mantuviese a Eunji secuestrada, se rompe con mi risa, y frunce el ceño, su rubor retrocede.

- S-sí. Probablemente diría algo tan adorable y apasionado como eso.

Nuestra comida llega justo a tiempo para salvarme del repentino nudo de malestar que siento subiendo por mi garganta otra vez. Apasionado, adorable. No se refería a mí, así que se siente un poco amargo, pero aun así me hace sentir tambaleante y caliente por dentro. Feliz en el interior. Soy algo más que solo "caliente", como las chicas me llaman normalmente.

Por un segundo, soy apasionado y adorable. Me ha llamado eso. Por un segundo soy una persona real, en lugar de un eterno compañero de follada, para ser usado una vez y tirado como un pañuelo de papel que ha cumplido su función.

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