Más Humana Que Diosa

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¡Aburrida! Así es como me encuentro en este momento.

Uno pensaría que su segunda  vida estaría llena de aventuras, misterios sin resolver, personas que salvar y todo lo cliché que existe en el mundo. Tal vez incluso un amor no correspondido que trasciende la vida o algo más ¿Genial?

La realidad es que ¡No! Vivo bien he de admitirlo, tengo sirvientes lo cual en algunos aspectos es incómodo, tengo Shinkis a las cuales quiero como mi familia aunque eso es básicamente mas una obligación que otra cosa. Pero de cualquier forma amo a cada una de ellos como si fueran mis hijos, hermanos y abuelos.

Tengo años de vida, he vivido mucho más de lo que espere vivir, realmente la esperanza de vida de los humanos "mortales" es bastante corta desde las nubes todo luce diferente.

He presenciado guerras, muertes, Nueva vida, familias crearse... Pero aún así me siento incompleta, siendo una diosa he querido voltearme, mostrarles el dedo a los dioses que tengo por camaradas y largarme de aquí aunque eso lleve a mi muerte una vez más.

En una ocasión vi hacia abajo, quise intervenir y fui severamente castigada y regañada por siquiera tener ese pensamiento aberrante, quería ayudar a ese niño llamado Yato cuidarlo y decirle que no por ser Dios de la calamidad tenía que sentirse menos.

La vida tiene muerte y viceversa el que quiera vivir sin ninguno de ellos, ni siquiera es considerado un ser vivo, fin.

Cuando intente ir por el, fui restringida de mis habilidades como Diosa, pero lo que me daba más miedo es que ellos borraran mis recuerdos. Al parecer jamás en toda la existencia de este mundo un reencarnando había sido un Dios y mucho menos que este recordará su vida pasada, cuando vine aquí investigue y todos decían lo mismo "Es una aberración de los cielos y de ser así es necesario eliminarlo" jamás le he dicho a nadie quien soy, mi nombre real, nada, no confío en los dioses y valga la ironía yo soy una de ellos.

—Kamisama. — Llamo mi atención una niña de pelo negro.

—¿Si? —Le sonrei con suavidad.

—La noto triste, ¿Desea algo? — Dijo inocente.

Ella fue mi primera Shinki, cuando la conocí tenía 8 años ahora tiene más que eso y mantiene su apariencia antes de morir.

—No sucede nada Toga-chan. —Sonreí. — Solo... Quiero salir

—Bueno, este es su templo y usted puede hacer lo que quiera. Si desea salir hágalo. — Dijo animada.

—¿No crees que los cielos se enojen por que me gusta convivir con los mortales? — Arquee una ceja.

Se encogió de hombros. —Ellos se molestan por todo, y con usted es más común de lo que parece.

Bufé divertida. —¿Me estás diciendo busca pleitos?

Asintió. — Eso suena más lindo de lo que yo pensaba. —Sonrio. —Salga, iré con usted como su Shinki todo estará bien.

Mire hacia afuera, apreciando el cielo que se encontraba despejado, perfecto para recorrer las calles de Japón.

—Salgamos a pasear Toga-Chan, pero primero. — Tome un papel a mi lado que tenía anotado un número de teléfono. — Quiero disfrutar nuestra salida. — Tome mi teléfono marcando el número. — ¿Hola?... Quiero que me ayude con algo. — Sonreí.

Toga negó divertida saliendo de la habitación por ropa para cambiarme.

[...]

—Mi deseo es que salgamos como amigos a divertirnos. — Dije sincera con una sonrisa.

One - ShotsWhere stories live. Discover now