tenemos un secreto.

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La escena que vais a leer era el verdadero final del OS antes de que decidiera hacer una segunda parte que, lamentandolo muchísimo, nunca ha llegado a existir.

Os pido disculpas de todo corazón, me hacía muchísima ilusión, pero he sido incapaz, esto es mi pequeño intento de arreglarlo, daros al menos un poco de lo que iba a ser.

Además de esta escena escribí un par más, pero esas están en mi perfil, en mi historia "Las historias que merecen ser", allí podéis ver un esbozo de lo que iba a ser y, por si no leeis el contexto, también lo digo aquí: teneis la libertad de terminarla, hacedlo, terminad esta segunda parte con total libertad si queréis hacerlo, yo estaré encantada de leerla.

Repito: Lo siento muchísimo, me prometí no dejar historias inconclusas y aquí estoy, lo siento de verdad, espero que esto sirva de algo ❤

2 años después...

—Buenos días.

Agoney dejó su mochila en su asiento tras el saludo, echándole un vistazo rápido a los profesores que estaban la misma sala en la que él acababa de entrar casi corriendo.

—Hola, Ago.

—Buenos días.

—¿Hoy se te han pegado las sábanas?

Agoney giró con una ceja alzada, observando como Raoul entraba con un vaso de café en la mano, dándole vueltas con un palito de plástico.

—Podríamos decirlo así.

—¿Te fallan los horarios de sueño? No deberías acostumbrarte a llegar tarde.

—Ni tú a meterte en los asuntos de los demás.

—Por Dios, que es muy temprano —les interrumpió Ana tras dar un golpe en la mesa con un puñado de folios y levantarse de su asiento para ir a su clase.

—Sólo estoy preocupándome por los hábitos de salud de mi compañero.

—Eres como una madrastra.

—Eso sería turbio, para empezar por el hecho de que eres más viejito que yo.

—Pues a veces llevas unos jerseys que dicen lo contrario...

—Chicos, he visto divorciados menos cansinos que vosotros.

—Ricardo, llevamos tres años en paz, es que sólo os fijáis en las cosas malas.

—Pasar de boicotearos a lanzaros pullas continuas no es estar en paz —declaró antes de salir por la puerta.

—Sois unos inconformistas —declaró Agoney—. Uy, como Raoul.

—A lo mejor es que hay alguien demasiado conformista.

—¿Por no cambiar de colonia cada dos semanas?

—Al César lo que es del César —intervino Roi antes de salir por la puerta—, ahora es mucho más divertido que cuando llegué.

—Es verdad, las discusiones sobre todo en lo que difieren en su vida cotidiana son mucho más entretenidas que cuando no dejaban de ponerse la zancadilla en cada actividad que se les ponía por delante —murmuró lo suficientemente alto otra de sus compañeras—. A lo mejor puedo hasta escribir un libro de anécdotas o de chistes malos.

—Algún día sabré distinguir tus ironías simpáticas de las que no lo son, Amaia.

—Apuesto por ello.

—Poco se habla de que Miriam ya no tiene miedo de dejarnos solos.

—Bueno —murmuró la gallega con cierta sorna que pocos de los presentes consiguieron descifrar—, más o menos.

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2023 ⏰

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Entre tú y yo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora